En
esta época en que antaño se reunían las familias alrededor del belén a cantar
villancicos y colplillas, casa vez se parece más a una fiesta veraniega con las
discotecas a rebosar y siendo el “dios” alcohol, drogas y sexo. En los últimos
años, lo erótico se impone y no hay que ver más que los a nuncios en
televisión, muchos de los cuales incurren en pornografía sin que nadie parezca
sorprenderse.
Estamos
en la época de la laicidad más cutre, donde se prohíben los belenes en escuelas
so capa de no ofender a no se sabe quién, pues que alguien me explique que hay más
hermoso e inocente, más humano y divino que un nacimiento, tan hermoso. Hoy los
que se exponen se, visitan por su arte y la mayoría de los que los contemplan
no tienen ni un momento de reflexión sobre lo que simbolizan.
Los
niños son atormentados con anuncios sobre muñecas horribles o videojuegos
desquiciados cuando no fuertemente crueles y ¡ rechazan las armas de juguete
los mismos que animan a estas compras!.
Sin
que nadie me acuse de racista u homófobo, cada vez están en mayor cantidad
quienes perteneciendo a grupos minoritarios, copan anuncios y proclamas, como
si representasen a la mayoría social, lo que no deja de ser una aberración y no
un reconocimiento.
La
cabalgata de Reyes se ha convertido en una especie de “love paradise” o
similar, nada que ver con las entrañables cabalgatas que con menos recursos,
pero auténticas, re4corrían las calles de nuestros pueblos y ciudades n o a
tanto.
De
la iluminación para que hablar, ni un solo reconocimiento de la entrañable
fecha y si mucho “modernismo” horrendo e inadecuado, nada que parezca Navidad y
si cualquier otro festejo lúdico.
Creo,
que se pierde con estos desvaríos, pero, lament5ablemente, nuestra sociedad
parece ir por esos derroteros que no son más que la representación de nuestra
decadencia moral.
De
cualquier forma, a quienes me hacéis el honor de leerme y a todo el mundo ¡
Felices Navidades y nacimiento de Cristo!