Como
siempre, la izquierda va a contramano. Después de haber sido el PSOE quién
quería cerrar, definitivamente, en 2019 las minas de carbón, ahora, junto a la
izquierda radical, apoya las subvenciones y además apoya que se cometan actos
irregulares en el Congreso, como la presencia de un grupo de sindicalistas con
unas camisetas reivindicativas,
Que
un colectivo tan a la baja y de una media alta de edad, se “levante”
radicalmente parece extraño, pero no lo es tanto si observamos que la mayoría
de los piquetes y terroristas con cohetes no son mineros, sino miembros de
grupos antisistema de izquierda radical, alimentados ideológicamente por PSOE
y la llamada “izquierda plural”.
La
policía y la guardia civil ha detenido a numerosos neoterroristas y, curiosamente,
los “piqueteros” solo eran mineros en un 10% de los apresados, lo que demuestra
que esos trabajadores no son, mayoritariamente, los responsables de esas
guerrillas. Los mineros siempre han dado la cara y han luchado, duramente, por
sus reivindicaciones, incluso con la violencia, pero jamás han adoptado
tácticas más propias del Black Block y otros grupos terroristas.
Los
sindicatos deberían tener cuidado de a quién protegen bajo sus
reivindicaciones, pues no parece que la ciudadanía apoye este movimiento,
máxime en un momento de crisis y en un sector que tiende a desaparecer. Resulta
contradictorio que quienes ahora apoyan subvenciones sean los mismos que reniegan
de las calefacciones de carbón o de las industrias que lo usan, lo que
demuestra que lo único que quieren es barullo para medrar políticamente.
No
empieza bien el nuevo gobierno asturiano, apoyando esta mamelucada, y Dª Rosa
Díez debería tentarse la ropa sobre a quién apoya: a quienes desobedecen el
orden constitucional y animan las acciones de guerrilla, creo que su minúsculo partido
se está “cubriendo de gloria” con Ud. a la cabeza.
El
gobierno debe ser firme en este aspecto, así como en otros y no vacilar ni por
la presión de esa oposición ridícula ni por la de la guerrilla urbana. Contra
los primeros, seguir con las medidas para sacar a España del marasmo, contra
los segundo la Ley y los Tribunales, sin concesiones, sin debilidades, nos
jugamos no solo el desarrollo socioeconómico, sino la libertad y la democracia,
que es lo que odia esa izquierda atrabiliaria y rancia.