martes, diciembre 04, 2012

Craso error


El cometido por el gobierno español al reconocer a los terroristas palestinos como “estado observador” de la ONU. Bien sabemos que las Naciones Unidas no sirven para nada salvo para que terroristas y asesinos se pavoneen y para que una casta funcionarial, encabezada por el cretino Ban Ki Moon, vivan de nuestros dineros. Pero es lo que hay y países como España no deberían a poyar iniciativas tan peligrosas.
Y ello por diversas razones, en primer lugar porque no es el pueblo palestino el favorecido, sino sus dirigentes y los grupos terroristas como Hamas, Jihad Islámica o Brigadas Al Aksa, quienes  unos días antes habían lanzado más de 1000 cohetes sobre Israel y, aunque no todos los medios de comunicación, caso TVE, informaron, se regocijaban y comían bombones para celebrar el atentado a un autobús, o arrastraban, en medio del regocijo general, tampoco TVE lo creyó importante, los cadáveres de supuestos colaboradores de Israel, tras masacrarlos, onviamente sin juicio alguno.
En segundo lugar, porque se incurre en la contradicción de negarse a reconocer la independencia de Kosovo por unilateral, razonable, pero se admite la de los terroristas palestinos¿?.
En tercer lugar, porque nos oponemos rotundamente al terrorismo como el de ETA y apoyamos a los ya mencionados arriba, dándoles aval internacional. ¿Con que cara podemos ahora negar a ETA ese aval?, piedras a nuestro tejado.
En cuarto lugar, porque Israel es la cabeza de puente occidental en Oriente Medio y el único estado democrático de la zona, de un área donde han pululado y aun lo hacen algunos de los tiranos más sanguinarios.
En quinto lugar, porque Israel no ha ayudado a combatir el terrorismo, ya fuese ETA y sus alianzas con las organizaciones terroristas palestinas a las que hora apoyamos, o las redes islamistas y el pago que le damos es apoyar a los asesinos.
Es evidente que hay más razones para apoyar a los hebreos y no a los palestinos, pero tampoco podemos olvidar los intereses de nuestra patria que, otra vez, se enfrenta a EE.UU. a los que pediremos ayuda frente a las provocaciones marroquíes o los atentados islamistas. Que podemos esperar de esta política, de este síndrome de Estocolmo que tenemos con los musulmanes cuando olvidamos que es el enemigo ancestral y, sin embargo, desde siempre les tratamos como amigos y aliados y les recibimos con los brazos abiertos a sátrapas y dictadores.
Creo que nuestra política internacional está demasiado anclada en atavismos pasados, tan pasados como el antisemitismo, lo que nos lleva a servir los intereses antiisraelíes, o la guerra de Cuba, lo que nos lleva al antiamericanismo. Mientras no rompamos con ese estúpido pensamiento, iremos dando tumbos y sin aliados para los momentos necesarios y bien merecido nos lo tendremos.
 
 

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