lunes, enero 11, 2010

Europa nos desprecia

Resulta curioso, a la vez que lamentable, que nuestra Patria se haya convertido en el hazmerreír de la Unión, tras haber sido el país referencia durante años.

Desde el Plan de Estabilización del ´59, que conllevó el inicio de la apertura económica y el fin de la autarquía, empezamos a ser considerados en el Continente, pese a que España tardaría aun casi dos décadas en convertirse en una democracia, hasta el extremo que en 1970 España y la entonces CEE, firmaron un excelente Acuerdo Preferencial, muy favorable a la primera. En aquellos momentos era embajador ante la misma Alberto Ullastres, persona muy competente y respetada en todos los ámbitos económicos internacionales, pese a que en esos foros hubiese discrepancias políticas con el Régimen.

Así mismo, una pléyade de excelentes ministros ocupaban las carteras económicas en la época: Alberto Monreal Luque en Hacienda, José Mª López de Letona en Industria, Silva Muñoz en Obras Públicas o Laureano López Rodó, Comisario del Plan de Desarrollo. Todos ellos contribuyeron, decisivamente, al gran desarrollo iniciado con el mencionado Plan del ´59, al conocido como “milagro español”.

Las turbulencias de la Transición no impidieron que nuestra economía, golpeada por la crisis del ´73, consiguiera salir a flote, ya que pese a los problemas sociales y económicos, los Pactos de la Moncloa consolidaron una paz social que contribuyó a reactivar la economía, pese a que ello significase dar un poder excesivo a los aparatos sindicales de izquierda.

La época González, corrupción a parte, marcó algunos hitos importantes, como la mas que necesaria reconversión industrial, verdaderamente dura y que, probablemente, solo podía realizarla un gobierno de izquierdas dadas las circunstancias socio-políticas de aquellos años ochenta, o la integración en la Comunidad Europea, con sus cuantiosas ayudas que sirvieron para poner a España en la senda de los grandes europeos.

Ciertamente, esas actuaciones quedaron ensombrecidas por la mencionada corrupción y por unas políticas económicas, mas que erróneas, de Solchaga y de Solbes que nos dejaron con un 22% de paro y unas arcas vacías, por causa, sobre todo, de las subvenciones, especialmente el PER y los pagos del desempleo.

La época del PP, con el equipo Rato, fue la de la gran modernización y del inicio de las liberalizaciones, nunca terminadas, actuaciones llevadas a cabo de manera estricta y rigurosa, pero muy efectiva, que redujo el paro a menos de la mitad y permitió a España empezar a codearse con Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, entrar en el Euro, convertirse en la octava potencia económica mundial y servir de referencia a muchas naciones.

Todo ello se truncó con los atentados del 11 de marzo que, debido a la cobardía de una sociedad timorata, dieron paso al peor gobierno no solo de la democracia, sino, probablemente, desde Fernando VII.

Si ha sido un gobierno radical y sectario en lo político y en lo social, prototalitario en sus amistades internacionales y complaciente con el terrorismo etarra, en lo económico ha sido un desastre sin ambages. No voy a recordar todas las bobadas, errores, ignorancia y estupideces de Rodríguez y sus ministros/as económicos, son conocidas por todos, pero lo que si merece una breve reflexión es el hundimiento de nuestro prestigio internacional.

Si con Suárez, González y Aznar fuimos una nación en constante ascenso en su influencia y cada vez con mas influencia europea y mundial, con la Presidencia de Rodríguez se han ido acumulando los errores y ridículos: desde la cobarde huída de Irak hasta los apoyos a Castro o Chávez pasando por la tontuna, aunque costosa, Alianza de Civilizaciones o la mendicante postura para estar en el G-8, España ha ido cayendo en el desprestigio. Pero quizás no ha sido tan rápida como en el escaso tiempo de Presidencia europea. Que en 11 días los mas prestigiosos diarios internacionales como Le Figaro, The Economist, Financial Times, New York Times, etc. nos hayan puesto a caer de un burro o que el Presidente del Consejo ningunee al nuestro, sin olvidar que a la primera propuesta de Rodríguez, que se sancione a los países que no cumplan los requisitos, Alemania nos llame, prácticamente, idiotas, con razón, pues a nadie, con la situación de paro y endeudamiento de España, se le ocurre esa idea pues sería a nosotros los primeros que se debería sancionar, ¡es de vergüenza propia y ajena!.

Parece que Europa se está cansando del gobierno socialista, mas rápido que los españoles, que se empieza a hartar del memo que iba a estar delante de la Francia de Sarkozy o que en 2008 prometía el pleno empleo. Que ese necio quiera elegirse en el adalid de la recuperación europea sonaría a broma si no hubiese un drama de 5 millones de parados reales.

Es muy triste que nuestro país, con lo que cuesta labrarse una imagen de nación seria y eficaz, por causa de nuestro Presidente, su gobierno y su partido, vuelva a ser considerado el del sol, las juergas y la pandereta y se nos ignore en un momento crucial de la historia europea y mundial, ¡gracias Rodríguez!.

sábado, enero 02, 2010

2 de enero de 1492

Hoy hace 518 años, España, tras ocho siglos, quedaba libre de la dominación musulmana. Se trata de uno de los hitos fundamentales de nuestra historia. Empezó siendo una invasión para apoyar a un pretendiente visigodo y, por causas de la ambición imperialista político-religiosa, se convirtió en un dominio multisecular de casi toda la Península, lo que obligaría a los españoles a una ingente Reconquista que duró casi 800 años.

La esclerotizada España visigoda, se regeneró en el molde de una larga guerra de liberación nacional contra un enemigo duro y fanatizado que recibió continuos apoyos desde África y que seguiría siendo, hasta nuestros días, el enemigo histórico, ya fuese en su versión magrebí u otomana y, actualmente, en la del radicalismo islámico.

Este acontecimiento, que cualquier nación recordaría permanentemente y con gran orgullo y respeto, ni siquiera es mencionado. Salvo error u omisión, ningún diario, televisión o radio ha dedicado ni medio segundo a recordarlo.

Cuando un país olvida sus grandes gestas y a sus héroes, hubo muchos en la Reconquista, es que esa nación está en decadencia. La cobardía que nos atenaza desde hace tiempo, justificada en lo “políticamente correcto”, que nos lleva a no celebrar ningún acontecimiento que signifique alguna derrota del Islam, conlleva ridículas decisiones como cambiar figuras del escudo de Aragón, de pueblos andaluces o a no celebrar la Reconquista de la patria de la agresión musulmana.

Estupideces como la Alianza de Civilizaciones, las cesiones ante los asesinos islamistas o los sátrapas de Irán o Marruecos, son la tónica de una España que desde el siglo VIII descolló por su firmeza frente a los guerreros de Alá, ya fuese contra los Omeyas, los reinos de taifas, almohades o almorávides, corsarios berberiscos y turcos o rifeños del Norte de África. Siempre estuvimos en primera línea, ya fuese en la Península, Viena o Lepanto, contra quienes querían extender el dominio musulmán por Europa.

Sin embargo, aquella firmeza, basada en los valores católicos y en el orgullo de ser españoles, ha menguado hasta casi desaparecer. Hoy una gran cantidad de islámicos habita entre nosotros, imponiendo, cada vez con mas firmeza, sus condiciones: desde mezquitas gigantescas, como las de Madrid o Marbella, hasta piscinas y otros centros separados para hombres y mujeres, sin olvidar el claro ascenso de de la poligamia o la imposición de la sharía con castigos salvajes, cuando no la muerte, a los infractores, casi siempre infractoras y todo ello ante la pasividad de unas autoridades y de una sociedad paralizada por la falta de convicciones y la cobardía ética, intelectual y moral.

Quienes no dudan en burlarse del cristianismo y cometer todo tipo de tropelías contra el mismo se guardan muy mucho de hacer lo mismo con el Islam, pues saben que les puede costar muy caro y no están dispuestos a correr ningún peligro. Por supuesto que no defiendo que se insulte a los musulmanes, todas las religiones deben respetarse, pero tampoco conviene olvidar que el Corán no es precisamente un libro generoso, sobre todo con las mujeres, ni siquiera con sus propios seguidores y, que decir, de las minorías.

Sorprende que no solo la “progresía” ignore nuestras históricas glorias, es normal en quienes no creen en España ni la libertad y son aliados de los Erdogan o Ahmadineyah, pero resulta mas curioso que la supuesta derecha política española coadyuve a este olvido de nuestra historia.

Afortunadamente, se observa cierta reacción, por lo menos de una parte, de la sociedad y esperemos que cada vez vaya a mas, hasta que se convierta en una marea incontenible que arramble con esta clase política cobarde, inmoral, miserable intelectualmente y corrupta, para dar paso a una España orgullosa de su historia, que no acrítica y dispuesta a mirar hacia el futuro, pero sin olvidar su pasado del que tantos ejemplos nobles, generosos y gloriosos podemos sacar.

Feliz 2010 para todos.