miércoles, diciembre 31, 2008

Cobardía o israelofobia?

En estos días estamos asistiendo al fortísimo ataque israelí contra los terroristas de Hamás. La aviación del Tsahal está machacando los arsenales e infraestructuras terroristas que, a lo largo de la supuesta tregua, han ido acumulando en numerosas instalaciones, viviendas particulares y mezquitas.
Siguiendo las enseñanzas de Hezbollah, que tan buen resultado le dieron en su enfrentamiento con los hebreos, la gente de Haniya y Meshal acumulan su material entre los civiles a los que utilizan como escudos humanos, sabiendo que si Israel ataca esos depósitos morirán civiles y eso a la blandengue opinión occidental le repugna. Por supuesto que a los terroristas les importa un rábano la suerte de los palestinos, a los que no dudan en liquidar si les son opuestos, pues su único objetivo es someter bajo su férula islamista a las poblaciones de Gaza y Cisjordania.
Bien apoyados por Irán y Siria, no es cierto que sus cohetes sean “artesanales” como dicen sus aliados y los tontitos útiles que en occidente les apoyan, pues se trata de cohetes Katiuskas y Grad modificados por la Guardia Revolucionaria iraní, con alcances de hasta 40 kilómetros.
Durante años, ciudades como Sderot o Ascalón han sido machacadas por esos proyectiles que eran dirigidos principalmente contra colegios, hospitales y guarderías, hechos que esa prensa occidental “buenista” jamás ha criticado ni ha cuestionado siempre con la estúpida excusa de los cohetes “artesanales”.
Tras más de 2000 cohetes en 8 años y, sobre todo, después del aluvión de los mismos tras la ruptura unilateral de la tregua por parte de los asesinos de Hamás, Israel ha decidido pasar a la acción con todo su poder, en defensa de su pueblo
¡En que hora se le ha ocurrido defenderse!, desde hace cuatro días, la prensa “buenista”, los amigos de la Alianza de Civilizaciones y no pocos representantes del conservadurismo español, se están rasgando las vestiduras ante la “brutalidad” israelí. Quienes jamás se preocuparon por los ataques a las ciudades hebreas, quienes jamás se han preocupado por la situación de los habitantes de las mismas aúllan como perros ante el ataque israelí.
Las portadas de los diarios nos presentan cadáveres de mujeres y niños, por supuesto ni pío de que esas mujeres y niños están obligados a estar en los edificios desde donde se ataca a Israel, precisamente para eso. Tampoco está claro que ni siquiera sean verdad, pues no es la primera vez que se han manipulado imágenes y fotos para hacer creer que los israelíes habían matado civiles, ¿nos acordamos de las famosas imágenes del niño palestino en medio de un tiroteo, muerto de miedo y finalmente asesinado?, creó un estado de opinión tremendo contra Israel y cuando se descubrió la falsedad quienes se habían rasgado las vestiduras ni siquiera pidieron excusas.
Pero no hay que ir tan lejos, el otro día France Press difundió imágenes que correspondían a ¡cinco años antes!, esa es la ecuanimidad de los medios europeos y la expresión de su repugnante antiisraelismo y proterrorismo.
Por cierto que a diarios como El Mundo, que recogían a toda plana las imágenes de varias niñas, hermanas según la noticia, muertas en uno de los bombardeos, supongamos que es cierto y, por tanto, era noticia de impacto, se les olvidó recoger la de los 16 niños afganos asesinados adrede por un coche bomba, imágenes, que, salvo que alguien me rectifique, solo aparecieron en Telemadrid, mientras en los diarios, “consternados” por Gaza, aparecía una simple referencia en páginas interiores. Esas actitudes se llaman hipocresía y manipulación.
Otro de los aspectos curiosos de esta historia es esa continua referencia a la proporcionalidad en la defensa. Los mas “ponderados” entre la progresía reconocen el derecho de Israel a defenderse, ¡faltaría más!, pero le acusan de no ser proporcional en su defensa. Yo les preguntaría, si a Ud. le atacan con un cuchillo y tiene una pistola, ¿dejaría la pistola y buscaría un cuchillo para defenderse?, me parece que es un razonamiento estúpido, pues por esa regla de tres, las fuerzas de seguridad de cualquier país, pongamos España y el tema de ETA que hoy a dejado otro “recadito”, no podrían llevar fusiles automáticos o chalecos blindados porque los terroristas llevan solo pistolas.
La verdad es que una parte sustancial de occidente y no solo la progresía, sigue imbuida de un antisemitismo bestial mientras que cada vez tomamos posiciones mas serviles ante la tiranía islámica a la que siempre se trata de justificar, recordemos a Moratinos y su defensa de Hamás diciendo que no había que radicalizarlos, ¡pues si se radicalizan mas, le cortan las orejas al propio “desatinos”!. Mientras los musulmanes empiezan a imponer sus normas en la propia Europa, cada vez con mas mezquitas, una poligamia en expansión, mas mujeres veladas, mas matrimonios impuestos, etc., nosotros no tenemos redaños para defender nuestros principios y valores, es más, cuando alguien se defiende de esa caterva, caso de Israel, no se si porque su decisión nos recuerda nuestra cobardía o por ese antisemitismo histórico, en vez de ponernos de su lado, le acosamos y les negamos nuestro apoyo. No deberíamos olvidar que Israel es la única democracia de todo Oriente Medio y, quizás más importante, la primera muralla frente a los embates del totalitarismo islámico, si ellos caen, nosotros caemos, mas vale que lo tengamos en cuenta.

lunes, diciembre 22, 2008

¡Recuperemos la verdadera Navidad!

Quienes peinamos canas recordamos, algunos con nostalgia, los tiempos de la infancia, cuando la Navidad era ilusión, tal vez un poco ingenua, pero ilusión.
No solo los críos participábamos de ese ambiente, también los mayores estaban imbuidos, en su mayoría, de lo que se llama “el espíritu navideño”. Un espíritu que nos hacía a todos un poco mejores, un poco más inocentes y un poco menos cretinos.
No es que antaño las fiestas dejaran de celebrarse con jolgorio, buenos alimentos y bebidas mas o menos espirituosas, pero, esencialmente, eran unas fiestas entrañables y familiares. Como decía un anuncio de turrones, se volvía por Navidad y cuando no podía estar toda la familia junta un halo de nostalgia envolvía el ambiente.
Pero sobre todo planeaba el aspecto religioso, incluso en aquellos que no lo eran o eran tibios. Se respetaba y admiraban los belenes, se cantaban villancicos y nadie parecía sentirse laicistamente ofendido por los símbolos cristianos que son los adecuados y lógicos de las Fiestas de Navidad.
Desafortunadamente eso ha cambiado y creo que no para bien. Cada vez las fiestas son menos familiares, celebrándolas cada uno por su lado, en muchos casos ignorando a los más ancianos y abandonándolos a la buena voluntad de residencias y ayuntamientos. En cuanto a la juventud, considera estas fiestas como un desmadre más: alcoho,l drogas, sexo y excesos de todo tipo.
A todo ello se une una fiebre consumista desbocada, que sin orden y concierto hace que nos lancemos cual hambrientos lobos a por el último gadget electrónico, la muñeca más tonta que aparezca o cualquier otro cachivache jaleado por radios, televisiones y periódicos.
Por si fuese poco, en este maremagno donde se van desdibujando nuestras raíces culturales y religiosas, aparecen elementos extraños a nosotros como Papa Noel, que compite, con bastante éxito, con nuestros entrañables Reyes Magos.
¿Y Jesús?, pues, ¡bueno!, en el mejor de los casos es un invitado mas y no el fundamental y en otros muchos ni se le recuerda. A ello contribuye el entusiasmo de alcaldes y concejales cada vez mas dispuestos a convertir estas fiestas en las del solsticio de invierno y menos en lo que son: las de la alegría por el nacimiento de nuestro Salvador y sino que se lo digan al inefable alcalde de Madrid que nos ha llenado las calles de luces sin ningún significado navideño y si pagano cuando no simplemente hedonista, que, además, son bastante horteras.
Pese a todo ello parece detectarse una reacción, un leve repunte de la Navidades cristianas, una reacción de quienes así nos sentimos y, también, de quienes no siéndolo religiosamente son conscientes de que la pérdida de las mismas sería un golpe de gracia a nuestro acervo cultural, ¡ójala que la reacción sea masiva de cara al futuro!.
En cualquier caso, deseo Felices Fiestas a quienes amablemente me leéis, seáis creyentes o no y que la Paz del Señor descienda sobre todos nosotros. Amén.

martes, diciembre 16, 2008

Algo huele a podrido en Illinois

Al igual que ocurre en nuestro continente, la mitología política estadounidenses, sobre todo la versión europea, es que la izquierda, los demócratas, son honrados y defensores de las clases menos pudientes, mientras que los republicanos solo se preocupan de los mas ricos y son corruptos.
La verdad es que la realidad es muy otra y los acontecimientos en torno al gobernador demócrata de Illinois nos recuerdan que la corrupción política estadounidense está vinculada, esencialmente a los grandes núcleos urbanos y al Partido Demócrata.
Desde los tiempos de Jackson, allá por finales de los años ´20 del siglo XIX, coincidiendo con el inicio de la democracia participativa, surge también la gran corrupción que tendrá su núcleo principal en la costa este, destacando Nueva York, donde lo que se llamó Tammany Hall, la sede demócrata que dio nombre al conglomerado de intereses políticos y económicos, controlaba todo el aparato político local y estatal con su secuela de corrupción.
Las grandes familias demócratas del este, tan pegadas de su halo aristocrático, hicieron su fortuna en tejemanejes tales como el contrabando de alcohol y después con la mafia, caso de los Kennedy, paradigma de esas grandes familias, enriquecidas, primero con el mencionado contrabando y mantenidas en la cúspide por sus acuerdos con la mafia, la cual, recordémoslo, fue la que dio la victoria a John Kennedy en las elecciones de 1960 con su manipulación de los votos en Illinois. No fue la telegenia, como la leyenda ha pregonado, sino el apoyo mafioso quién llevó a Kennedy a la Casa Blanca.
El grado de corrupción política en las grandes ciudades, sobre todo Nueva York, Chicago y otras dio lugar al gran divorcio entre esos núcleos y los estados del centro y sur del país, corrupción que también se extendió a estados como Louisiana y ciudades como Nueva Orleáns. Así entre aquellos años 20-30 del siglo XIX y mediados del siglo XX algunas de las grandes ciudades norteamericanas eran verdaderos antros de corrupción y cabildeos entre el crimen organizado y los políticos, sobre todo demócratas que en aquellos tiempos dominaban dichas ciudades. Sería a partir de los ´50-´60 del pasado siglo, con los triunfos republicanos en grandes ciudades cuando esa corrupción bajó de intensidad al no enquistarse ya por años y años las mafias políticas.
Si Nueva York, el otro paradigma del caciquismo y la corrupción, dejó de serlo, no ocurrió lo mismo con Chicago, donde las prácticas se mantuvieron y es en esa ciudad y ese estado donde surge, casi desde la nada, el próximo Presidente demócrata de EE.UU., ¡cuando menos curioso!. La ciudad es famosa por la dinastía Daley, Richard M., actual alcalde, va camino de batir a su padre Richard. J como el alcalde con mas años en el cargo, desde 1989, ¡vamos!, un Chaves cualquiera. Y a ese Daley, como después al gobernador ahora acusado de corrupto, los apoyó Barack Hussein Obama
Dentro de esa línea de actuación política, no es raro que el gobernador Blagojevich quisiera subastar el puesto de senador que dejaba vacante el Sr. Obama, a cambio de prebendas para él y su esposa. Entre los posibles favoritos no estaban unos cualquiera, sino íntimos amigos del Presidente: Valerie Jarrett, su asesora mas cercana, Jesse Jackson Jr. hijo del muy corrupto Jesse Jackson y componente muy cercano del equipo de campaña de Obama, etc.. Tampoco deja de ser curioso que la mano derecha del electo, Emanuel, el turbio excongresista, también de Illinois, conocido por su dureza no siempre limpia, hubiese tratado el tema con el corrupto gobernador, todo lo cual encaja en las mafiosas prácticas políticas de la zona.
¡Lógicamente Obama no sabía nada!, es de suponer que como en sus tiempos Felipe González, se habrá enterado por la prensa, pero sigue siendo curioso que un oscuro senador con apenas currículum en la política estadounidense pero, eso si, muy bregado en la de Illinois, no solo se convierta en el candidato demócrata sino en el Presidente electo y que siendo, en su momento, un desconocido haya recaudado mas dinero que sus rivales como Hillary Clinton o su contrincante republicano. En verdad algo huele a podrido en el entorno del nuevo Presidente, ¿será otro bluff como Kennedy?.

lunes, diciembre 08, 2008

Tres nobles ejemplos

En estos tiempos de cobardía y servilismo ante lo políticamente correcto, de renuncia a las propias convicciones para no ser acusado de “reaccionario”, “retrógrado”, “fascista”, etc. o simplemente por interés material, cuando se tragan insultos, humillaciones y blasfemias contra los principios católicos, en medio de la parálisis de la gran masa de supuestos católicos, cuando políticos, creadores de opinión y otros que se declaran cristianos no dudan en “comprender” cuando no justificar esos ataques y apoyan decisiones que contravienen sus principios, cuando es tan pequeño el número de valientes defensores de los principios católicos dispuestos a la asunción de los mismos y arrostrar las consecuencias, tres ejemplos de líderes comprometidos y valientes resplandecen entre tanta cobardía y miseria moral.
El primero y mas antiguo, es el del rey Balduino de Bélgica al que no le importaron las consecuencias políticas, con verdadero peligro de caída de la monarquía, de su decisión de no sancionar la ley del aborto. En una Bélgica convulsa por los problemas entre sus comunidades, una de las pocas instituciones comunes y respetadas por todos se la jugó en defensa de sus principios, irrenunciables, como católico.
Muchos dijeron que aquella decisión era un gran error, que ponía en jaque la monarquía por sus principios, que debía abandonar la Corona, etc.. Pero el gran rey mantuvo su postura y al final se encontró una solución legal que permitió a la mayoría que apoyaba el aborto, repugnante mayoría, imponer su criterio, pero el monarca no renunció a sus principios. Aquello no solo no acabó con la institución, sino todo lo contrario, al tiempo que la físicamente endeble figura del monarca se agiganto moralmente, convirtiéndose, sino lo era ya, en el gran referente ético y moral de su patria.
Un segundo ejemplo, el más sorprendente y con unas consecuencias radicales, ha sido la decisión el Presidente de Uruguay de vetar la ley del aborto. A diferencia del monarca belga él si tiene poder ejecutivo y con su decisión ha frenado lo aprobado en el Parlamento uruguayo. Lo interesante de esta decisión, por lo menos para la situación española, es que el Sr. Tabaré Vázquez es un socialista marxista al que no le ha temblado el pulso a la hora de oponerse a parte de su propio partido en defensa de sus convicciones en defensa de la vida, como médico que no como católico que ignoro si lo es. ¡Gran ejemplo para los muy, pero que muy tibios socialistas, que se dicen católicos, en nuestro país!, demostrándose que la defensa de la vida no es solo un principio religioso, sino de simple derecho natural y de bonhomía.
El tercer ejemplo, ha sido el dado por el Gran Duque de Luxemburgo, al negarse a sancionar la ley de eutanasia aprobada por el parlamento, por razones de conciencia dado su catolicismo. En otro ejemplo de valor y defensa de sus creencias, incluso frente a la cobarde figura del primer ministro Juncker, democristiano, que en vez de apoyar la decisión del monarca y llevado por su “celo “democrático ha decidido una reforma constitucional para que el Gran Duque Enrique pierda el escaso poder que le queda, ¡gran ejemplo de otro católico muy, muy tibio!, mas interesado por el poder que por la justicia, la defensa de los débiles y de sus propios principios que deberían estar por encima de sus bastardos intereses políticos.
Trasladado a España, estos ejemplos chocan con la posición de nuestros diputados “católicos”, siempre dispuestos a las órdenes del partido y a no perder el momio, antes que a defender la justicia, la verdad y los valores.
También contrastan las decisiones del rey Balduino o el Gran Duque Enrique con las postura del rey Juan Carlos, otro que siempre está dispuesto a firmar lo que le pongan delante, aunque vaya contra los que deberían ser sus principios católicos, sino porque el los sienta, si, por lo menos, por ser “legítimo heredero de la monarquía histórica” (art. 57,1 de la C.E.), monarquía que siempre fue católica. Aunque, ¡claro!, yates, motos, cacerías de osos, etc. deben pagarse con la aceptación incondicional de lo que le echen a uno, pues, ¡La Zarzuela bien vale un aborto!.

sábado, diciembre 06, 2008

¿Hay algo que celebrar?

Hoy se cumplen 30 años de la Constitución y, aunque con críticas y debates sobre la necesidad de su reforma, se celebra la Constitución como un hito de nuestra historia moderna, culmen de una transición ejemplar.
Algunas voces, pocas, son críticas y cuestionan la Constitución y la propia transición y entre esas voces se encuentra la muy humilde mía. Debo aclarar que ya fui crítico con la Constitución en su época, escribí en trabajos universitarios dudando de como se estaba gestando, lo que no me valió elogios precisamente y voté en blanco a la misma.
Las mismas razones, y alguna más, que me llevaron a cuestionarla entonces son las que hoy mantienen mi rechazo a la misma, con la confirmación de que los temores que albergaba en aquellos momentos se han convertido, desgraciadamente, en realidad.
Evidentemente mi principal oposición fue y es al Título VIII. Ya en aquellos años era evidente que las cesiones a los nacionalistas eran excesivas y algunos sabíamos que no servirían para apaciguar sus reivindicaciones. Nunca creí que hubiese una ETA “buena” contra Franco y otra “mala” contra la democracia, los asesinos tenían y tienen muy claros sus objetivos que no han variado desde su nacimiento en 1959. También temía que el nacionalismo catalán solo buscaría sus propios beneficios ignorando al resto de España y que, conociendo nuestra idiosincrasia y a donde nos llevaba la misma en algunos temas, la autonomía podía conducir al particularismo hasta acabar como en el esperpento de la primera república y, el tiempo da y quita razones, en esa vía estamos.
Si el aspecto territorial era el esencial, había otros que me desagradaban, como la ideologización de la definición de España al declararla en su artículo 1, apartado 1, como “un estado social y democrático de derecho” lo que acotaba nuestro sistema a los modelos socialdemócrata o democristiano. Si bien en aquella época yo estaba ideológicamente acorde con la democracia cristiana, no me parecía adecuado tanto acotamiento.
Tampoco estaba muy de acuerdo con el apartado 3 del mismo primer artículo, ni el 57, al declarar a España como “una monarquía parlamentaria” no porque, en principio, esté en desacuerdo con la monarquía sino por la torticera manera en que el rey llegaba a la cabeza de un estado democrático. También declarando a “Juan Carlos I de Borbón legítimo heredero de la dinastía histórica”. Pueden buscarse todas las justificaciones que se quieran, pero el rey era un rey perjuro, una creación de Franco en connivencia con el jefe de la Casa de Borbón, Dº Juan, tras el acuerdo de 1948 y que, pese a las reticencias entre ambos, el invento funcionó, jurando Dº Juan Carlos las Leyes del Movimiento en 1969 y al que luego se le legitimó como demócrata, juró la Constitución y se convirtió en rey y todo gracias a los retorcimientos legales de algunas personas y con la aquiescencia de toda la clase política.
Hubo otras razones para que no apoyase el texto, porque entendiendo la necesidad de una Constitución, no me parecía la ley adecuada.
Treinta años después, no solo se han cumplido los peores presagios en el tema autonómico, sino que la Constitución no se respeta, muchos políticos se la pasan por al arco del triunfo. España está disgregándose, sino disgregada, el modelo económico es cada vez mas intervencionista, la separación de poderes es una broma y los supuestos ciudadanos somos cada vez más súbditos.
No se respetan los valores que hicieron grande a España, en muchos casos no se respetan los derechos individuales, se ataca la libertad de expresión sino coincide con lo políticamente correcta, se persigue a la religión mayoritaria y se margina a quienes la practican, recordemos el último ataque, el realizado contra el juez Sr. Ferrín, mientras se imponen los planteamientos de minorías radicales, etc.
Con este panorama, de verdad, ¿hay algo que celebrar este 6 de diciembre?.