La
mal llamada revolución de la primavera árabe no ha sido más que el
desmantelamiento de regímenes totalitarios obsoletos por nuevas realidades
políticas islámicas. Aquellos caducas dictaduras sostenidas en personas o
aparatos eran, generalmente, laicos pero sin una ideología detrás, solo el
poder por el poder.
Las
nuevas realidades del empuje islamista las derrumbó utilizando en unos casos
los viejos modos, suicidios y en otras las nueva tecnologías, en cualquier caso el resultado ha sido el triunfo en
Marruecos, Túnez, Libia y Egipto de los islamistas, al que algunos llaman
moderados como si pudiese serlo., cosa imposible ya que sus objetivos son
irrenunciables por lo que el consenso es imposible. Como mucho podemos distinguir
entre islamistas políticos e islamistas militares. Actualmente se va imponiendo
el primer modelo basado en el AKP turco que alcanzó el poder por vías pacíficas
y lo renueva por las mismas vías.
Pero
ello no quiere decir que los islamistas turcos
no estén permeabilizando la sociedad con su ideas, por eso el compararlo
con las democracias cristianas es una aberración, pues ningún gobierno demócrata
cristiano ha intentado convertir a la sociedad sino gobernar con sus planteamientos,
cosa que el AKP intenta. No olvidemos que Erdogan fue suspendido como alcalde
de Estambul por aquella famosa, ya lo he comentado en otras ocasiones, diatriba
donde decía las mezquitas son
nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras
bayonetas y los creyentes nuestros soldados, poema de Ziya Göka, el poeta nacionalista
turco. Esta es la filosofía del AKP que ya inició su andadura hacia los
objetivos, rompiendo la alianza con Israel y acercándose a Irán.
Pero faltaba un eslabón: el ejército turco heredero
de las tradiciones kemalistas y vigilante del laicismo estatal. Las fuerzas
armadas vigilaban las posibles deviaciones y cuando veían peligros intervenían,
con lo que evitaban la islamización o en los ´80 la comunistización de Turquía.
Lógicamente Erdogan y el AKP no podían aceptar esta tutela y aprovechando un
supuesto complot forzaron la dimisión de los jefes de estado mayor y han pasado
a la reserva a mas de 400 militares, lo que significa que sus sustitutos serán
islamistas, lo que va a crear un problema a occidente, ya que no olvidemos que3
Turquía es miembro de la OTAN y aspira a la UE.
Esperemos que los gobiernos europeos no permitan su
entrada, ya que como dijo el Imán de Estambul, “los vientres de nuestra mujeres será los conquistadores de Europa”.
Porque Turquía no es europea, ha sido el gran enemigo de la misma y no debemos
tolerar que un país islámico, con más de 90 millones de habitantes acabe
imponiéndose en nuestro continente que, pese a quién pese, no es musulmán sino
greco-judeo-cristiano.
También problema para la OTAN, quien ve al enemigo
en casa, o debería verlo, pues sus fuerzas armadas son las más poderosas de
Oriente Medio y Erdogan un ambicioso panotomanista que que aspira a reverdecer
los marchitos laureles otomanos.
Pero el problema se amplía, pues los islamistas
egipcios con el Presidente Mursi a la cabeza ya han empezado a practicar las
mismas teorías: acercamiento a Irán, distanciamiento de Israel e islamización
del ejército, garante de la laicidad del estado como en Turquía y que ve como0
el viejo Mariscal Tantaui y su segundo son sustituidos por generales islamistas
como el nuevo Ministro de Defensa, Sobhi y anulados sus poderes de control.
En una democracia esto sería lógico pero en un
estado como el egipcio resulta que todo el poder que el ejército tenía pasa a
los Hermanos Musulmanes con las implicaciones que ello tiene, pues el poderoso
ejército egipcio es, junto a Israel. El mayor receptor de ayuda de EEUU, más de
2000 millones de dólares anuales, amén de ser uno de los tres países, no OTAN,
con una Alianza estratégica. Junto a Israel y recientemente Afganistán.
El mas perjudicado es Israel que ve como sus
enemigos se multiplican y eso a la espera de lo que ocurra en Siria que, mucho
me temo, será similar a lo de Libia, con lo que la situación del estado hebreo
será problemática.
¿Qué
van a hacer EEUU y UE?, de momento y en vista de los acontecimientos en Siria,
nada y menos, aceptar los hechos consumados y esperar que la situación n o se
salga de madre cosa más que difícil con la ambición conquistadora de los
islamistas políticos o militares. Es hora de que las potencias occidentales
preparen una estrategia común de rechazo y firmeza, tanto en la defensa de
Israel como de nuestros propios principios, sino podemos encontrarnos y no es
exageración con el intento mas serio de islamización de Europa desde el siglo
XVI.
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