Hace unos días, los
palestinos y sus adláteres han “recordado” la Nakba, el día de la tierra, en el
que, según ellos, fueron expulsados por los israelitas durante la guerra de
1948. Según sus datos unos 700.000 palestinos fueron “expulsados” entre
1948-49.
La realidad es que los
palestinos no aceptaron la decisión de la ONU de 1947 donde se aprobó la
partición en dos estados. Sin n ningún respeto a esa ONU que ahora tanto
reclaman, los palestinos del llamado Ejército de Liberación dirigido por el primo
del muftí de Jerusalén, el neonazi, había apoyado a Hitler y Mussolini durante
la S.G.M., Amin al Husayni, futuro tío
de otro terrorista, Yaser Arafat. Abdel Kader se lanzó sobre los judíos, mientras el también antiguo combatiente nazi
el libanés El Kaujki atacaba en Galilea nada mas celebrarse la votación en la ONU,
empezaron a matar a los judíos e incendiar sus Kibbutzs, mientras que los
ingleses aun gobernantes de Palestina se mostraban inactivos, por lo que los judíos
de la Haganah, inferiores en número y armas que no en valor, se vieron
obligados a defender a sus compatriotas.
Cuando el 15 de mayo de
1948, Ben Gurion proclamó el estado de Israel sobre el territorio concedido por
la ONU, no solo el ELA sino los ejércitos de Siria, Egipto, Líbano, Irak y la
Legión árabe bajo mando británico, se lanzaron al ataque contra el pequeño
territorio, mientras instaban a los palestinos a abandonar, si los propios
dirigentes palestinos, que abandonaran sus casas, prometiéndoles que4 se harían con las posesiones de los
judíos. Muchos palestinos hicieron caso y, también es cierto, los judíos sobre
todo del Irgún aterrorizaron a los palestinos sobre todo tras tomar a sangre y
fuego Deir Yassin. Mito desde e4ntonces y terror para los palestinos.
La derrota de los ejércitos
árabes y de los terroristas del Ejército de Liberación, que llevó al armisticio
de Rodas, llevó a Israel a doblar su territorio con la parte que no aceptaron
los palestinos y que habían abandonado por orden de sus jerarcas.
Port tanto, la pérdida de
sus casas fue debida a una guerra que ellos impusieron a Israel y por aceptar
las órdenes de los sátrapas nazis que ellos aceptaron como líderes. Por tanto,
poco de que quejarse y meditar porque después de más de 60 años ningún estado
árabe les ha permitido salir de los campos de refugiados, ni les ha concedido
la nacionalidad. Simplemente porque son la carne de cañón de los políticos
árabes tanto en sus problemas internos como externos. A quién deben oponerse es
a esa banda de facinerosos que dirigen los países árabes y no contra Israel. La
verdad es la que es aunque se intente modificarla.