lunes, agosto 06, 2012

Curiosidades de la S.G.M.: El primer vuelo de HItler


Estoy un poco cansado de escribir sobre la actualidad española, sobre políticos incompetentes, economistas despistados, comunicadores pedantes y una sociedad que cuando las cosas iban bien no se quejaban de las finanzas y cuando lo han perdido por su ambición, echan la culpa a los demás y quieren que se les repongan las pérdidas.

Por supuesto que seguiré, si Dios quiere, escribiendo sobre estos temas y la actualidad internacional tan inquietante en este momento, pero, en paralelo, quiero oxigenarme y oxigenar a quién me hace el honor de leerme. Tocaré diversos temas, pero uno de los fundamentales será la S.G.M., conflagración  a cuyo estudio he dedicado muchas horas de mi vida desde que de niño leía las “hazañas bélicas”.

Aquella guerra cambió el curso de la historia y ha ejercido su influencia durante 50 años e incluso en ciertos aspectos sigue influyendo sobre las mentalidades y condiciona muchas decisiones internacionales.

Sobre este conflicto voy a comentar temas menores, no las grandes batallas, estrategias, tácticas o las decisiones de los grandes protagonistas, sobre ello se ha escrito y se sigue escribiendo, con gran profusión. Mi objetivo es comentar aquellos temas entre anecdóticos, curiosos o sorprendentes que, más allá, de su influenc9a en los acontecimientos nosaAportan otra  visión de aquel brutal choque.

Empiezo con un tema que, si bien, no es propiamente de la guerra, si afecta a uno de los principales personajes: Hitler. Todos hemos visto al Führer  con su Luftwaffe,  al lado de su avión, etc., pero lo que poca gente sabe es que en su primer vuelo lo pasó tan mal que juró no volver a volar.

Ocurrió en 1920, cuando Hitler se encontraba ya al frente del DAP (posteriormente NSDAP), licenciado del ejército y con una Alemania convulsa, que tras el golpe de noviembre de 1918, lleva do a cabo por los soldados de la marina y grupos izquierdistas, socialdemócratas independientes, espartaquistas, etc..Entregado el gobierno al socialdemócrata moderado Ebert, empleó a los Cuerpos Libres, formados por exsoldados, para acabar con la revolución en Berlín. Igualmente en Baviera, donde se encontraba Hitler, el golpe comunista de 1919 fue abortado por los Cuerpos  Libres.

En Marzo de 1920, el gobierno, pacificado más o menos el país, ordenó la disolución de los Cuerpos Libres, lo que no fue aceptado por el Genral Von Luttwitz que dio un golpe de estado y puso al frente del gobierno a un mediocre funcionario: Kapp. La reacción del gobierno y de los obreros, abortó, sin sangre el golpe, pero en el ínterin, Hitler y Eckart, ideólogo del momento en el partido, decidieron ir a Berlín para ver la posibilidad de coordinar el golpe con uno en Baviera.

Para ello alquilaron una avioneta, sin techo y Eckart, Hitler y el piloto, teniente Ritter Von Greim iniciaron el vuelo hacia Berlín. Desde el primer momento, el tiempo era malo, el avión endeble y pese a la gran habilidad de Von Greim, fue un vuelo muy duro que Hitler se pasó vomitando Para colmo, en uno de los repostajes tuvieron que enfrentarse a obreros en huelga, aunque pudieron pasar desapercibidos gracias a unos disfraces.

Llegados  a Berlín, con el golpe ya, prácticamente fracasado , un Hitler en mal estado juraría que no volvería a volar.

Promesa que no cumplió, ya que usaría primero su JU-52 y, posteriormente el FW Cóndor, pilotados por uno de los mejores pilotos comerciales alemanes de entreguerras: Hans Baur, del que hablaré otro día.

Como último apunte,  Ritter Von Greim fue, posteriormente, el último jefe de la Luftwaffe  y el piloto, junto a Hanna Reitsch, que intentó sacar a Hitler de Berlín, al final de la guerra, aunque este se negó.

Esta pequeña anécdota, nos hace ver las precarias condiciones aeronáuticas de la época, pero también como Hitler y su entorno ya se valían de los elementos de la modernidad para  conseguir sus objetivos.


No hay comentarios: