martes, diciembre 18, 2012

El verdadero espíritu navideño

No es el que actualmente vive nuestra sociedad. La venida del Hijo de Dios ya casi es irreconocible sustituida por Papá Nöel y eso en el mejor de los casos, pues cada vez se habla más del solsticio de invierno, volviendo a las ideas paganas, germánicas, por cierto muy defendidas por el nazismo.

En esta época en que antaño se reunían las familias alrededor del belén a cantar villancicos y colplillas, casa vez se parece más a una fiesta veraniega con las discotecas a rebosar y siendo el “dios” alcohol, drogas y sexo. En los últimos años, lo erótico se impone y no hay que ver más que los a nuncios en televisión, muchos de los cuales incurren en pornografía sin que nadie parezca sorprenderse.

Estamos en la época de la laicidad más cutre, donde se prohíben los belenes en escuelas so capa de no ofender a no se sabe quién, pues que alguien me explique que hay más hermoso e inocente, más humano y divino que un nacimiento, tan hermoso. Hoy los que se exponen se, visitan por su arte y la mayoría de los que los contemplan no tienen ni un momento de reflexión sobre lo que simbolizan.

Los niños son atormentados con anuncios sobre muñecas horribles o videojuegos desquiciados cuando no fuertemente crueles y ¡ rechazan las armas de juguete los mismos que animan a estas compras!.

Sin que nadie me acuse de racista u homófobo, cada vez están en mayor cantidad quienes perteneciendo a grupos minoritarios, copan anuncios y proclamas, como si representasen a la mayoría social, lo que no deja de ser una aberración y no un reconocimiento.

La cabalgata de Reyes se ha convertido en una especie de “love paradise” o similar, nada que ver con las entrañables cabalgatas que con menos recursos, pero auténticas, re4corrían las calles de nuestros pueblos y ciudades n o a tanto.

De la iluminación para que hablar, ni un solo reconocimiento de la entrañable fecha y si mucho “modernismo” horrendo e inadecuado, nada que parezca Navidad y si cualquier otro festejo lúdico.

Creo, que se pierde con estos desvaríos, pero, lament5ablemente, nuestra sociedad parece ir por esos derroteros que no son más que la representación de nuestra decadencia moral.

De cualquier forma, a quienes me hacéis el honor de leerme y a todo el mundo ¡ Felices Navidades y nacimiento de Cristo!

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