El futuro de EE.UU.

Los resultados, a primera impresión, de las elecciones americanas definen unos EE.UU. prácticamente divididos por la mitad entre quienes creen en el estado mínimo y quienes se asemejan más al modelo socialdemócrata. A ello hay que unir que la presencia de un Presidente negro  hace que el racismo, sí el racismo, de los negros apoyen a Obama pese a que dichos ciudadanos tiene poco que agradecerle.

Lo mismo que en su momento fracasó la mal llamada “discriminación positiva” está claro que al llegar a la Casa Blanca el Presidente, sea el que sea, debe lidiar con aspectos que no siempre le permiten cumplir sus promesas, ya que sus ambiciones están fijadas en la reelección. Como ya es su segundo mandato, es posible que Obama pueda cumplir sus promesas un tanto demagógicas, pero en cualquier caso eso hipotecaría a su sucesor.

Está claro que Romney no era un gran candidato, aunque tampoco malo y el apoyo de Ryan ha significado mucho para el ala más antiestatista del G.O.P., posible candidato dentro de cuatro años aunque tendrá que enfrentarse a gente que viene empujando como el gobernador de Louisiana o al emergente congresista por Florida. Además los republicanos saben que sin el Sandy, donde hay que reconocer los reflejos de Obama, quizás éste no hubiese ganado y que a partir de ahora habrá que ver qué políticas económicas y sociales sigue.

Aunque cada vez mas aislacionistas, la política exterior, con  las amenazas iraníe, china y la crisis de Siria y el resto de Oriente Medio, puede jugar un papel importante, sino dar votos si quitarlos, recordemos a Cárter y el fracaso en Irán.

Por otro lado, con Obama nuestro continente va a jugar cada vez un papel menos importante ya que los intereses estratégicos USA van hacia Asia y África, hacia el Sahel, en la lucha contra el terrorismo y la expansión de China. Por tanto, Europa debe empezar a contar consigo misma y poco con EE.UU. salvo en temas de interés mutuo, cada vez menos.

Respecto a Latinoamérica, sigue siendo la gran región semiolvidada, ya que aparte de emigrantes y drogas apenas aporta nada a los intereses norteamericanos, por lo que Europa puede jugar un papel  importante, sino lo hará, ya lo hace, China.

En cuanto al cambio climático, posiblemente quiera enterrar millones en la supuesta lucha contra el supuesto cambio, pero no podrá olvidar los intereses estratégicos en el campo de la energía lo que le obligará a dar pasos muy medidos.

En definitiva y a vuela pluma, se abre una etapa interesante de la política de EE.UU. y también para la mundial, esperemos que sea para bien de todos.