martes, febrero 24, 2009

Los beneficiados del síndrome del cambio climático


Recuerdo que allá por los años ´70 el Club de Roma, que entre sus méritos tiene no acertar casi nunca en sus pronósticos, hablaba del fin del crecimiento sin control y abogaba por el “crecimiento sostenible”, porque los recursos se agotaban y el incremento de habitantes conllevaría, creo recordar que para el 2000, que se hubiesen agotado los recursos del planeta…., por supuesto no ha ocurrido.
También por aquellas fechas estaba de moda el cambio climático pero en su versión congelación. Al parecer nos dirigíamos hacia una glaciación de padre y muy señor mío que nos iba a dejar a todos como carámbanos, ¡otros profetas que no acertaron!.
Después vino el agujero de ozono cuya consecuencia sería que los humanos nos achicharráramos a la brasa del sol que mas calienta. Hace tiempo que de ello no se habla.
El último show es el del calentamiento, acompañado del tremendo deshielo de los Polos, la subida del agua, la inundación de costas e islas, etc..Todo apocalíptico, como lo anterior, pero con una diferencia sustancial: esta vez corre la “pasta” que da gusto. Así vemos como personajillos de medio pelo como Al Gore, se están haciendo de oro con sus documentales, científicamente falsos y propagandísticamente muy buenos o supuestos científicos reunidos en el Panel de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y donde todos a una han firmado una resolución que muchos confiesan no haber ni leído. Ello unido a que muchos de los participantes, esos dos mil con cuya ciencia quieren apabullarnos, no son científicos de primera ni segunda fila, sino burócratas de tomo y lomo.
Pero toda esta campaña, donde quienes exponen lo contrario son tachados de de todo menos de bonitos, recordemos el trato a Vaclav Klaus y a su libro, o como quisieron ignorar a Michael Crichton y su novela “estado de miedo“,Recuerdo que allá por los años ´70 el Club de Roma, que entre sus méritos tiene no acertar casi nunca en sus pronósticos, hablaba del fin del crecimiento sin control y abogaba por el “crecimiento sostenible”, porque los recursos se agotaban y el incremento de habitantes conllevaría, creo recordar que para el 2000, que se hubiesen agotado los recursos del planeta…., por supuesto no ha ocurrido.
También por aquellas fechas estaba de moda el cambio climático pero en su versión congelación. Al parecer nos dirigíamos hacia una glaciación de padre y muy señor mío que nos iba a dejar a todos como carámbanos, ¡otros profetas que no acertaron!.
Después vino el agujero de ozono cuya consecuencia sería que los humanos nos achicharráramos a la brasa del sol que mas calienta. Hace tiempo que de ello no se habla.
El último show es el del calentamiento, acompañado del tremendo deshielo de los Polos, la subida del agua, la inundación de costas e islas, etc..Todo apocalíptico, como lo anterior, pero con una diferencia sustancial: esta vez corre la “pasta” que da gusto. Así vemos como personajillos de medio pelo como Al Gore, se están haciendo de oro con sus documentales, científicamente falsos y propagandísticamente muy buenos o supuestos científicos reunidos en el Panel de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y donde todos a una han firmado una resolución que muchos confiesan no haber ni leído. Ello unido a que muchos de los participantes, esos dos mil con cuya ciencia quieren apabullarnos, no son científicos de primera ni segunda fila, sino burócratas de tomo y lomo.
Pero toda esta campaña, donde quienes exponen lo contrario son tachados de de todo menos de bonitos, recordemos el trato a Vaclav Klaus y a su libro, o como quisieron ignorar a Michael Crichton y su novela “estado de miedo“ tiene un objetivo menos noble que la defensa del Planeta: el del dinero. Así estamos asistiendo a conferencias, reuniones y toda clase de eventos donde corre el dinero de los contribuyentes. Nada de videoconferencias, nada de lugares vulgares: reuniones en Canarias, en Bali, etc..Estos saraos de los “cambioclimatistas” suelen ir acompañados de altos emolumentos, excelentes hoteles, comidas suculentas y agasajos de toda índole. Como muestra baste recordar el de Bali, donde debido a la concentración de aviones particulares de los participantes la isla absorbió una contaminación igual a la de todo un mes. O aquella anécdota de que al ofrecérsele a los delegados ir en vehículos de pedales, ¡que ni siquiera ellos iban a conducir, que nos les hubiese venido mal!, se negaron y apelaron a las limusinas, ¡demostración de preocupación por el medio ambiente!.
Tampoco olvidemos los gastos del ínclito Gore, siempre en avión privado, dueño de una mina que expulsa más de dos millones de toneladas anuales de CO2, o de su gasto eléctrico, ocho veces la media de los ciudadanos de EE.UU.
Pero las ganancias se extienden por todo el orbe: paneles solares, molinos de viento, energías renovables subvencionadas que cuestan un ojo de la cara y que están enriqueciendo a esa nueva élite del cambio climático. Y si alguien levanta la voz, ¡ya se sabe!, ¡es que quiere acabar con el planeta!.
En nuestro país la millonada que se está escurriendo de los dedos del erario público con estos temas es de órdago. Acabamos de ver como los Entrecanales tras dar el gran pelotazo con el tema de Endesa, ahora se quedan con la energía de los molinillos, la del B.O.E. como decía Alberto Recarte, ya que las renovables están tan fuertemente subvencionadas que, hoy por hoy, son el gran negocio y, además, seguro.
No se trata de ignorar los problemas medioambientales, sino de ponerlos en sus justos términos y con medidas lógicas y razonables, energía nuclear incluida, porque cuando la propia NASA ha desmentido los datos estrambóticos de los nuevos gurús, cuando vemos todos los días como la predicción de los meteorólogos, incluso para un futuro cercano y para zonas reducidas, no acierta, cuando está demostrado que hay zonas donde el hielo aumenta, mientras disminuye en otras, como siempre ha ocurrido, cuando las temperaturas permanecen, en media, prácticamente invariables o que los cambios climáticos, históricamente, han sido continuos sin que el hombre haya intervenido, parece claro que el nuevo paradigma del cambio climático es una elaborada justificación para que a su sombra los Gore, Entrecanales, Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, etc., se conviertan en los nuevos ricos y los nuevos conductores de la humanidad y, como siempre, pagando los ciudadanos. ¿Hasta cuando aguantaremos tanta pantomima y despilfarro?. tiene un objetivo menos noble que la defensa del Planeta: el del dinero. Así estamos asistiendo a conferencias, reuniones y toda clase de eventos donde corre el dinero de los contribuyentes. Nada de videoconferencias, nada de lugares vulgares: reuniones en Canarias, en Bali, etc..Estos saraos de los “cambioclimatistas” suelen ir acompañados de altos emolumentos, excelentes hoteles, comidas suculentas y agasajos de toda índole. Como muestra baste recordar el de Bali, donde debido a la concentración de aviones particulares de los participantes la isla absorbió una contaminación igual a la de todo un mes. O aquella anécdota de que al ofrecérsele a los delegados ir en vehículos de pedales, ¡que ni siquiera ellos iban a conducir, que nos les hubiese venido mal!, se negaron y apelaron a las limusinas, ¡demostración de preocupación por el medio ambiente!.
Tampoco olvidemos los gastos del ínclito Gore, siempre en avión privado, dueño de una mina que expulsa más de dos millones de toneladas anuales de CO2, o de su gasto eléctrico, ocho veces la media de los ciudadanos de EE.UU.
Pero las ganancias se extienden por todo el orbe: paneles solares, molinos de viento, energías renovables subvencionadas que cuestan un ojo de la cara y que están enriqueciendo a esa nueva élite del cambio climático. Y si alguien levanta la voz, ¡ya se sabe!, ¡es que quiere acabar con el planeta!.
En nuestro país la millonada que se está escurriendo de los dedos del erario público con estos temas es de órdago. Acabamos de ver como los Entrecanales tras dar el gran pelotazo con el tema de Endesa, ahora se quedan con la energía de los molinillos, la del B.O.E. como decía Alberto Recarte, ya que las renovables están tan fuertemente subvencionadas que, hoy por hoy, son el gran negocio y, además, seguro.
No se trata de ignorar los problemas medioambientales, sino de ponerlos en sus justos términos y con medidas lógicas y razonables, energía nuclear incluida, porque cuando la propia NASA ha desmentido los datos estrambóticos de los nuevos gurús, cuando vemos todos los días como la predicción de los meteorólogos, incluso para un futuro cercano y para zonas reducidas, no acierta, cuando está demostrado que hay zonas donde el hielo aumenta, mientras disminuye en otras, como siempre ha ocurrido, cuando las temperaturas permanecen, en media, prácticamente invariables o que los cambios climáticos, históricamente, han sido continuos sin que el hombre haya intervenido, parece claro que el nuevo paradigma del cambio climático es una elaborada justificación para que a su sombra los Gore, Entrecanales, Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, etc., se conviertan en los nuevos ricos y los nuevos conductores de la humanidad y, como siempre, pagando los ciudadanos. ¿Hasta cuando aguantaremos tanta pantomima y despilfarro?.

jueves, febrero 19, 2009

Lizarza: un bastión de la libertad

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La televisión de Libertad Digital ha realizado un magnífico reportaje sobre la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola. No voy a incidir en el contenido del mismo ya que lo inserto en este comentario, pero a tenor del mismo si quisiera expresar algunas reflexiones.
En primer lugar, el valor de la regidora y su equipo, quienes rodeados de un ambiente altamente hostil, siguen peleando día a día por la libertad del País Vasco.
En segundo lugar, el odio acumulado en las mentes y en los corazones de la mayoría de los habitantes de ese municipio, incapaces de ver la realización de una gestión honesta y positiva para su localidad y solo tener en cuenta que se trata de una alcaldesa del PP.
En tercer lugar, lamentar el cerrilismo de una parte considerable de la sociedad vasca, que, con un paletismo insustancial, no son capaces de ver que hay un mundo mas allá del nacionalismo, que hay gentes que son tan o mas vascas que ellos por sentirse españoles y que también desean lo mejor para su tierra, ¡no también! porque los nacionalistas no desean el progreso de su región, sino dominarla e imponer sus criterios. Sin embargo las Regina de allí si desean la prosperidad porque luchan para que TODOS aquellos que sean respetuosos con la Ley puedan vivir en libertad, democracia y paz. Al mismo tiempo luchan infatigablemente contra quienes atentan contra esa convivencia desde el radicalismo que incluye el crimen.
En cuarto lugar, la cobardía de los peneuvistas. Recordemos que el anterior alcalde de Lizarza fue Joseba Egíbar, el dirigente del PNV, que literalmente huyó del municipio y no quiso volver a presentarse ante la presión etarra. Tuvo que ser una mujer de aspecto frágil pero de voluntad de hierro quién no dudase en meterse en aquella cueva de lobos y enfrentarse con gallardía y valor a los terroristas y sus aliados para imponer la libertad y la democracia. El espectáculo del Sr. Eguíbar y otros exponentes del PNV retratan su cobardía y miseria moral, incapaces de enfrentarse a los asesinos pero también de ayudar a quienes luchan por la libertad, incluyendo la suya.
En quinto lugar, la soledad de tantos concejales del PP, abandonados por sus dirigentes. Siendo Lizarza un símbolo de la resistencia antietarra, considerándose a Dª Regina un ejemplo de ese combate, ningún dirigente importante del PP ha pasado por allí, ni Rajoy, Cospedal, etc.. Ítem más, ni siquiera se ha programado un solo acto electoral en dicha población durante la actual campaña, aunque solo fuese como muestra de apoyo a los regidores. La insensibilidad y cobardía de los dirigentes populares es también de matrícula de honor.
En sexto lugar, también la cobardía, en unos casos y el fanatismo en otros, de una parte del clero vasco, capaces de apoyar a los asesinos e incapaces de estar con los débiles, con las víctimas. ¿Qué hacen los obispos, los dirigentes eclesiásticos, que permiten que se expulse a sacerdotes como el de Maruri y permiten “setienes” como el propio o su clon de Lizarza?
Por último, en el video sale al final, un recuerdo a otra gran mujer: María San Gil, otra de las heroínas del País Vasco, abandonada e, incluso vilipendiada, por su partido, donde personajes repugnantes como el ¿señor? Barreda no dudan en mentir para menospreciarla, no sabemos con que objetivo,¿tal vez una miserable sinecura en un gobierno del entreguista López?. Y la dirección del PP vasco y nacional haciendo el don tancredo, manteniéndole de número dos, ¡que pena de partido y personajillos inmundos!, pero el ejemplo de María, Regina, Pagaza, etc. no será doblegado por los aparatchiks de los partidos. Son y serán un ejemplo para todos aquellos que defendemos la libertad, la democracia y el respeto al ser humano, ¡gracias a todas ellas!

lunes, febrero 16, 2009

La venganza de Putin


Ayer se cumplió el aniversario de la retirada soviética de Afganistán, de la derrota de los comunistas a manos de los mujaidines. A lo largo de aquella guerra de casi 20 años, participaron 620.000 soldados, con un saldo de 15.000 muertos y un gran número de heridos. Tras todos esos años y pérdidas, por no hablar de los costes económicos y de material, la URSS abandonó al gobierno de Najibullah que sería asesinado por los triunfantes guerrilleros islamistas sacándolo de las dependencias de la ONU y colgándole.
Se ha considerado la retirada soviética como una derrota, mas en el aspecto político que en el militar, al igual que ocurrió en Vietnam con los norteamericanos. Hoy se cuestiona en algunos círculos rusos si aquella retirada fue adecuada, por lo menos en su forma y tiempos. Mientras en oteros círculos, estos occidentales, se cuestiona mucho más la ayuda estadounidense a los guerrilleros, pues allí nació la moderna Yihad contra occidente.
En aquel momento parecía una buena idea combatir a la URSS en Afganistán, apoyando a grupos que todavía no habían enseñado la “patita” radical y donde se mezclaban islamistas, nacionalistas y grupos regionales. No era previsible que de aquella guerra eclosionara el fundamentalismo islámico, pero así fue.
Los rusos justifican su entrada en Afganistán en defensa de un gobierno “progresista” y para frenar el incipiente movimiento islámico que ya amenazaba sus entonces repúblicas centroasiáticas. Tanto la URSS como EE.UU. tenían su justificación estratégica y política para intervenir en aquel país, lo que ninguno vio fue la hidra que de allí surgiría.
La derrota en Afganistán aceleró la descomposición de la URSS, despojó al mítico Ejército Rojo de su parafernalia victoriosa y envolvió al ya melancólico país en una crisis moral, social y política.
Mas de 10 años ha tardado Rusia, ya no la URSS, en empezar a recuperar algo de su viejo prestigio. Con Putin en el poder y debido al crecimiento de los ingresos de las materias primas, el nuevo régimen está en proceso de recuperar parte de su antiguo esplendor. Sus éxitos en Georgia, ante el silencio cobarde de Europa y la tímida defensa por parte de EE.UU. en proceso de cambio presidencial; su poderío en controlar las fuentes gasísticas hacia Europa, poniendo a ésta de rodillas y, de paso, colocando las bases para recuperar a Ucrania como estado vasallo, tal como ocurre con Bielorusia; sus nuevos escarceos militares y políticos en Latinoamérica, reforzando sus acuerdos y estableciendo bases en Cuba y Venezuela o su demostración de fuerza en el Ártico, son hitos de la recuperación imperial propugnada por el nuevo zar.
Pero si todo lo anterior es importante, donde Rusia está dando y ganando, la batalla es en Asia Central. La reedición del Gran Juego del siglo XIX, ahora entre Rusia y EE.UU. con alguna intervención de China, está permitiendo a Rusia la posibilidad de recuperar un cierto control sobre los países “stan”, ahora independientes pero cada día mas alineados con Moscú. A través de instrumentos como la Organización de Cooperación de Shangai, creada en 2001 y que engloba a Rusia, China, Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán, estando como observadores Mongolia, Irán, India y Pakistán, la nueva Rusia impone su influencia en esa área que Europa y EE.UU. creían haber ocupado tras la debacle soviética. Muy al contrario, esos países, regidos en su mayoría por déspotas crecidos a la sombra de la tiranía comunista, no estaban dispuestos a que en sus países entrase, la libertad, a democracia ni el libre mercado y cuando la UE y EE.UU. empezaron a exigirles comportamientos adecuados a los principios antes mencionados, prefirieron volverse hacia la mas benevolente Rusia a la que no le preocupa el estado de las libertades en esa zona, tan solo sus intereses estratégicos y que, coincidiendo con la época de bonanza económica, no ha dudado en subvencionar a los tiranos y ganarse su complacencia.
En un momento que el nuevo presidente norteamericano está dispuesto a incrementar la presión en Afganistán y, para ello, aumentar el número de tropas, Rusia va cegándole las bases de aprovisionamiento, la última la de Manàs en Kirguizistán, de forma y manera que los suministros de las tropas de la OTAN y norteamericanas, pasen por territorio bajo control, directo o indirecto, de Rusia y, con ello, ganando un gran peso estratégico, ya que los occidentales deberán pactar con Rusia para no quedarse aislados de sus bases de retaguardia y, por tanto, sin suministros. A cambio, lógicamente, Rusia va a pedir fuertes compensaciones y no precisamente económicas o solo de ese tipo, más bien optará a recuperar antiguas zonas de influencia e intentará aumentarlas, por lo que podemos encontrarnos en vísperas de un nuevo Yalta.
Veinte años después de la retirada soviética, el nuevo régimen ruso dirigido por el kagebista Putin recupera el poder en la zona y pone a los occidentales a sus pies, pues dependen de él para su campaña afgana. Con ello, el siempre imperialista y nacionalista líder ruso consigue la venganza por aquella derrota de hace 20 años y, por lo menos en parte, sana las heridas abiertas en la muy chovinista sociedad rusa que ha esperado muchos años esa revancha que Putin le está sirviendo.

jueves, febrero 12, 2009

Mentiras al descubierto


Pinchar para ver como se desmontan las mentiras islamistas y de sus aliados.

miércoles, febrero 11, 2009

Caos total


Los últimos tiempos están siendo bastante confusos, tanto en lo político como en lo social y económico, por no hablar de la crisis de la cultura y el pensamiento. Desde hace unos años, asistimos al caos que se está generando no solo en nuestro país, también en los de nuestro entorno e, incluso, en naciones extraeuropeas.
La pérdida de valores de referencia, arrastrados por los vientos del posmodernismo, del pensamiento débil, del todo vale, está influyendo profusamente en los planteamientos y acciones de los ciudadanos. Ese elenco de “softs", de tolerancia mal entendida, de respeto inadecuado por todas aquellas ideas y conceptos por peregrinos que sean, de escaso rigor en el análisis unido a un materialismo exacerbado y a la falta de espíritu de sacrificio, de esfuerzo no están llevando por una pendiente de una manera cada vez mas rápida.
Ese espíritu que planea en el ambiente genera que, cuando existen problemas de cualquier índole, seamos reacios a enfrentarnos a ellos y prefiramos esconder la cabeza en la arena cual avestruz humana. Ya sean los atentados contra los derechos mas elementales, de libertad, de educación, de expresión, etc., ya se trate de problemas de índole social o económica, como la actual crisis, las sociedades y su dirigentes se quedan como paralizados por el terror, empiezan a dar vueltas como “pollos sin cabeza” y a tomar medidas que no suelen servir para nada, salvo para sembrar mas pánico que el que ya llevan intrínsicamente dichas decisiones.
La molicie que durante décadas nos ha dominado, una vida relajada con pocas preocupaciones e inquietudes, sin mucho interés por activar nuestros cerebros, por ser críticos con lo que estábamos viviendo, muy al contrario, dejándonos llevar por ese suave reflujo, tiene como consecuencia que nos encontremos mal colocados para hacer frente a un mundo en convulsión y cada día mas complejo.
Frente a la capacidad de esfuerzo y sacrificio de las gentes de los países asiáticos o africanos, frente al convencimiento, muchas veces fanático, de otras culturas, los occidentales creídos en nuestra superioridad tecnológica, hemos dejado de cultivar el espíritu, de reafirmar nuestros valores y de ejercer la musculatura del esfuerzo y, por ello, quienes no han conocido mas que el hambre, la miseria y/o la guerra, están mucho mas endurecidos para hacer frente a los tiempos presentes. Por que también suelen tener convencimientos firmes, valores arraigados y voluntad de defenderlos, cuando no de imponerlos.
¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?. Probablemente, la crisis socioeconómica, con ramificaciones políticas, que nos arrolla pueda servir de catarsis, para que nos liberemos de esa molicie, de esa pereza no solo física, sino y sobre todo, intelectual y de valores. Puede servirnos para realizar una introspección de cada uno de nosotros y de la sociedad en que vivimos y, a partir de ese análisis serio y profundo, reactivar nuestros valores, nuestras capacidades y nuestras acciones, librarnos de la pléyade de políticos, “intelectuales” o gurús de la sociedad amorfa, de ese pensamiento débil y volver a los valores judeocristianos que nos hicieron fuertes en todos los aspectos, nobles en nuestros planteamientos y un ejemplo para todo el orbe.
Desbrozados de las miserias del consumismo brutal, de un economicismo rapaz, lo que no está reñido con los valores de una democracia liberal firme y honesta, desde la reinstauración de nuestros valores, de la defensa de los mismos, desde la libertad y tolerancia que conllevan y que no está reñida con la firmeza, podremos revertir la situación, porque si seguimos por el actual camino el final solo puede ser el caos total.

martes, febrero 10, 2009

Apuntes sobre la política exterior de Obama

La 45ª Conferencia de Seguridad de Munich ha servido para presentar en sociedad la nueva política exterior del gobierno demócrata.
Como prueba del interés en establecer ese nuevo estilo, la conferencia fue pronunciada por el Vicepresidente Biden y no por la Secretaria de Estado Clinton, como solía ser habitual en reuniones anteriores. Pero, ¿interés o primer enfrentamiento?. Con una personalidad como Hillary en Estado, los planteamientos de Obama podían quedar un tanto diluidos y ello, tal vez, ha contribuido a la presencia del fiel Biden y no de la “star” Hillary.
Pero posicionamientos de poder dentro de la Administración al margen, lo que ha quedado claro es que asistimos a un cambio, ya veremos lo radical del mismo, de los planteamientos de EE.UU.. Parece mas cercano al poder débil defendido por Europa, mas multilateralista que el anterior y muy de “hablando se entiende la gente”.
El problema para Obama y su equipo puede venir de que sus adversarios no estén por la labor, como ya ha demostrado Rusia al forzar a Kirguizistan a cerrar la base americana de Manàs a cambio de contratos millonarios. Al mismo tiempo Putin recibió a Obama con otra decisión: ampliación del número de bases rusas en la República secesionista de Abjasia.
Lo primero es grave, pues clausura la base logística más importante de la EE.UU. y la OTAN fuera de Afganistán y dificulta el flujo de avituallamiento para las tropas destacadas allí. Si a ello unimos los ataques de los terroristas a los convoyes que circulan desde Pakistán, a través del Paso Khyber, la situación de las fuerzas aliadas puede ser muy comprometida.
Por supuesto, Rusia no quiere que la OTAN se vaya de Afganistán y ello por diversas razones: mantiene entretenida y desgasta, en el lodazal afgano, a la organización atlántica; obtiene seguridad del frenazo a los terroristas que podían expandirse hacia su patio trasero de Asia Central y puede obtener buenos dividendos económicos si Rusia se convierte en paso obligado de los suministros para el teatro afgano. Al mismo tiempo, reafirma su control sobre los “stan”, parcialmente perdido desde la caída de la URSS.
Tampoco es baladí la decisión sobre las bases en Abjasia, pues plantea entre los pueblos del Cáucaso la duda, mas que razonable, de si occidente les defenderá ante la agresión rusa. En esa zona se juega el prestigio de la OTAN y de EE.UU., pues el abandono de Georgia y, también, de Ucrania, reafirmaría el poder de los nuevos zares sobre aquellas regiones y el control de los oleoductos, lo que visto el tema del gas, es mas que preocupante. Por tanto, Putin no se lo va a poner fácil a Obama, pese al “buenismo” demostrado por su Vicepresidente en Munich.
Otro tanto ocurre con Irán, Las palabras conciliadores de la nueva administración, han sido contestadas en la teoría y la práctica. En la teoría con los exabruptos de Admadineyah exigiendo a los norteamericanos que pidan perdón y en la práctica con el lanzamiento de un satélite de comunicaciones iraní. El problema no es el satélite, sino el cohete que lo ha puesto en órbita, capaz de ser convertido en un misil nuclear que llegaría a Europa occidental, ¡buena respuesta a la mano tendida del Presidente!.
También ha querido el bueno de Biden establecer algunos firmes compromisos: con Afganistán, con Oriente Medio, en este caso con la vieja cantinela de los dos estados. Pero, en el primer caso, no parece que sus “amigos” europeos estén con la idea de aumentar sus esfuerzos y en cuanto a Oriente Medio, mientras a Irán y Siria le den réditos su apoyo a los asesinos de Hamás o HIzbullah, no parece que la mano tendida de Obama les impresione.
Por cierto que BIden no ha dicho nada sobre Corea del Norte, otro problema que deberá afrontar el nuevo gobierno y donde Kim o quién esté al mando ya ha movido ficha, rompiendo el acuerdo con Corea del Sur y dando otra vuelta de tuerca a la tensión en la zona.
Tampoco nada sobre Cuba o Venezuela. ¿Seguirá Obama dispuesto a dar la mano a los dictadores sanguinarios que gobiernan esos países?.
Esta rápida visión de los planteamientos norteamericanos y de algunos de los problemas que chocan con ellos solo se irán despejando con el tiempo. Pero no debería olvidar el Sr. Obama que frente a los asesinos, terroristas y dictadores, la táctica del apaciguamiento no suele dar buenos resultados y, a la larga, el esfuerzo para combatirlos y derrotarlos suele ser superior que si hay una política de firmeza desde el principio.

lunes, febrero 02, 2009

Hacia un nuevo camino de servidumbre


Cuando Hayek escribió su famoso libro, allá por los ´40, el socialismo en sus diversas facetas: laborismo, “new dealismo”, nacional socialismo o comunismo, estaba en su auge, no existía en el mundo un solo país liberal. La guerra vino a justificar las políticas socialistas o socializantes, con la excusa de que el esfuerzo de guerra necesitaba de una economía centralizada y controlada.
La realidad es que el proceso se había iniciado tras la crisis del ’29, cuando el pánico que se apoderó de la sociedad revirtió en apoyos a las organizaciones totalitarias de corte socialista, como nazis y bolcheviques, o socializantes aunque democráticas, como los demócratas en EE.UU o laboristas en el Reino Unido.
Una de las grandes enseñanzas que se deberían haber sacado de aquellos años es que al rebaño humano, por lo menos en su conjunto, le importa muy poco la libertad individual, su derecho a decidir, su capacidad de tomar decisiones y que lo que necesita es un padre, cuando mas severo mejor, que le lleve por le camino que al líder le de la gana, pero que le llene la andorga y no le obligue a grandes esfuerzos, sobre todo mentales.
Estas aseveraciones pueden parecer radicales, pero a poco que se conozca la historia social, económica y política de aquella época, observamos como los ciudadanos de, prácticamente, todos los países no tuvieron ningún problema en perder ese derecho para convertirse en súbditos, siempre que el dirigente de turno, casi siempre autoritario, caso de Rooselvet y muchas veces totalitario, como Hitler, Stalin, Horthy, Perón, etc., tomara las decisiones por ellos y les sacara del marasmo socioeconómico. Si en el envite la libertad quedaba cercenada, se pagaba el precio pues parecía barato.
Así, el aborregamiento de las sociedades, permitieron las salvajadas nazis o stalinistas o la burda y sucia manipulación “rooselvetiana” para meter en la guerra a EE.UU, única forma de relanzar una economía que, con sus monstruosas medidas socializantes, estaba fracasando, como también estaba ocurriendo en Alemania, URSS, Francia, etc..
La SGM fue una bendición para todos los estatistas e intervencionistas, aunque al final, lógicamente, unos ganaron, como EE.UU. y otros se hundieron en el desastre como Alemania. Incluso entre los vencedores, salvo los norteamericanos, se instaló el caos, pero ello no llevó al fin de las medidas intervencionistas. Muy al contrario, Francia, Reino Unido, la futura Alemania occidental siguieron, unos más y otros menos, incidiendo en la socialización de la economía. Así el Reino Unido expulsó en las urnas al no demasiado liberal Churchill para darle el poder al laborista casi marxista Attlee. En Francia se ensayaron modelos diversos, pero todos en la misma línea y en Alemania la democracia cristiana de Adenauer se inventó lo de “la economía social de mercado”.
Estos experimentos no funcionaron demasiado bien, pese a la propaganda. Si las economías europeas se desarrollaron fue, sobre todo, por el Plan Marshall y por la reducción de costes que para Europa el desentenderse del tema militar, pues la defensa de Europa quedó en manos americanas vía OTAN, así como por la incipiente creación del Mercado Común.
Respecto a los países del socialismo real, poco hay que decir, pues los resultados todavía se sufren en aquellos países, por no hablar de los que aun se declaran marxistas como Cuba.
Sin embargo, los paternalismos, incluido el famoso “modelo sueco”, tenían que saltar por los aires en el momento en que la libertad y con ella la globalización, llegara a las economías y a las sociedades. Si bien el tema de la globalización tiene mucho de mito, sino que se lo digan a los agricultores del tercer mundo y las subvenciones siguen siendo monstruosas, simplemente veamos la Política Agrícola Común de la UE, la incipiente globalización destapó los potenciales de muchos países, ante el pánico de la vieja Europa que acostumbrada a los corsés sindicales, a los derechos sociales, que la mayoría de la veces encubren la pereza física y mental de una sociedad, veía como sus empresas emigraban a otros países.
La reacción fue inmediata y so capa de que los trabajadores de esos terceros países producían a costes inferiores que los europeos, debido a salarios mas bajos y peores condiciones de trabajo, empezaron una campaña contra la globalización, muy bien vista por gran parte de la sociedad.
Evidentemente, los salarios eran mas bajos, las condiciones peores, pero, ¿cómo podían salir de la miseria, sino con esfuerzo y sacrificio?, ¿cómo empezó el desarrollo en Europa o USA?. Poco importaba a los antiglobalización que a los campesinos de Kenia o Indonesia no se les permitiese exportar y dejarles condenados a la ayuda “humanitaria”, probablemente la versión más asquerosa del paternalismo. Poco les importaba que los niños del tercer mundo se mueran porque los padres no pueden alimentarles, ya que les resulta imposible competir con las subvenciones de Europa o USA a sus poco productivos campesinos. ¡No!, la solución era subvencionar más, a unos y a otros, sin que nadie explicase de donde iban a salir los dineros y, para que sirvieran. Bueno para que sirven lo sabemos: esas subvenciones generan mas parasitismo social en el llamado primer mundo y clientelismo en el segundo y tercero, pues esas ayudas, en su gran mayoría, se las embolsan líderes y grupos de poder en esas naciones sin que llegue a los individuos o familias.
En ese contexto “sensible” ha estallado la actual crisis y el pánico se ha vuelto a extender, sobre todo en Europa y EE.UU. entre unas sociedades poco acostumbradas al esfuerzo, débiles en sus valores y consumistas hasta la degeneración, y ¡claro!, el clamor vuelve a ser que el papá estado nos ayude, que el intervencionismo se imponga y que la globalización desaparezca.
La nueva izquierda “del siglo XXI”, perdida tras la caída del muro y que había encontrado su razón de ser en una alianza con terroristas y totalitarios, Admadineyah, Chávez, etc., puede volver a su objetivo: la destrucción del capitalismo, mas bien del liberalismo, reencontrarse con su objetivo de control de los individuos y de que solo la élite del poder tenga la potestad de dirigir, organizar y repartir. Y, como ocurrió en los ’20 y ’30 del pasado siglo, la masa alienada y aborregada está entusiasmada con la deriva sociopolítica, con el nuevo neototalitarismo que nos empieza a gobernar, con el intervencionismo estatal en todos los campos de nuestra vida, incluso la privada y, sobre todo, en no tener que pensar por nuestra cuenta. La pregunta final es: ¿necesitaremos otra guerra mundial para que el modelo funcione?.