sábado, abril 29, 2006

La identidad de Europa y el peligro de la emigración

El Defensor del Pueblo europeo ha declarado en Madrid que “la identidad europea será multicultural en el futuro” basándose en que la sociedad europea es tolerante y que no se la podría considerar así si se tratase de “establecer una identidad europea rígida e inalterable”. Atravesamos unos momentos en que las palabras pierden su verdadero sentido para convertirse en puras expresiones absurdas utilizadas en función del objetivo a conseguir. ¡Qué tendrá que ver el culo con las témporas!, que diría un clásico, o que tiene que ver la tolerancia con la defensa de la identidad europea. Nuestro continente, el verdadero, no necesariamente el establecido en la UE, tiene en común una historia, una cultura, unos principios religiosos y una sociología. Somos la conjunción de la cultura grecolatina y el cristianismo, somos la región del mundo donde surgieron los derechos del hombre, la Ilustración, la libertad y la democracia. Históricamente, por lo menos desde el siglo VIII hasta principios del XX el enemigo general ha sido el Islam y nunca, desde la invasión árabe en España e Italia o, en el Este, Gengis Khan, hemos sido invadidos por gentes de otros continentes…hasta ahora.
Aunque hay claras diferencias entre los distintos pueblos europeos, todos tenemos un acervo común y propio, diferente del que tienen gentes de otras zonas del Planeta. Pero es que, además en nuestros tiempos las diferencias son muy importantes, esencialmente de valores. En Europa hemos aprendido a valorar la libertad del individuo y la aplicamos, más allá de errores puntuales, reconociendo una serie de derechos que ya ni nos cuestionamos: libertad religiosa, de expresión, de propiedad, igualdad ante la ley, democracia, derechos humanos, etc. Pero lo que para nosotros forma parte de la cotidianeidad es la excepción en la mayoría del planeta: ni derechos humanos, ni libertades, ni derecho a la igualdad, etc. y esas personas son las que nos están inundando, acostumbradas a unos parámetros éticos, morales, sociales y políticos distintos y cuyo objetivo no es integrarse sino mantener su identidad entre otras identidades. No es que vayamos a un crisol, pues es imposible entre centenares de nacionalidades, idiomas, religiones opuestas y un sin fin de diferencias insalvables, vamos a la confrontación como ya estamos viendo con las crisis en Francia, Holanda, Bélgica, Reino Unido y España. Emigrantes de tercera o cuarta generación que no solo rechazan integrase, sino que reafirman su etnicidad, cultura y religión. El multiculturalismo no crea país, crea desintegración y ghettos, crea enfrentamientos raciales, culturales y religiosos y Francia o Alemania son el paradigma de países generosos con sus emigrantes a los que se les ha permitido mantener su identidad y el resultado es que se la quieren imponer a los locales: piscinas separadas entre hombres y mujeres, justicia islámica o poligamia como ya se pide en España. Y el problema no es solo con los musulmanes, aunque sea el fundamental por ser el grupo mas importante, también ocurre, por ejemplo en España, con los latinoamericanos que tampoco se integran y defienden su identidad incluso con la violencia, porque ¿que son las llamadas bandas latinas sino la expresión mas radical se su etnicidad?, mas en este momento en que a lo largo de toda Latinoamérica se produce una eclosión indigenista que reivindica su cultura, creencias y orden social, coca incluida.
Por tanto, lo expresado por el Sr.Diamandouros puede ser un voluntarismo en la línea de lo políticamente correcto, pero un mensaje equivocado, Europa debe mantener los valores que la crearon y que la ha llevado a la cabeza del mundo en el respeto al ser humano, pese a retrocesos como el aborto, y, junto a Estados Unidos y algún otro país, a la cabeza del bienestar económico y social. Pero todo ese bienestar material no sirve de nada si pierdes tu alma, la cual se puede perder si se permite ese multiculturalismo destructor de nuestra identidad. No debemos confundir tolerancia con pasividad e indefensión ante los ataque a nuestra ancestral idiosincrasia.

1 comentario:

Pablo Otero dijo...

En mi opinión las bandas latinas no responden a ningún deseo de expresar etnicidad, responden a la falta de educación y valores. Si enfrentamos a tiempo el problema y con decisión, no arraigará esta problemática en España.

Aunque la actual política "multiculturalista" no me hace ser nada optimista.