¿Puede existir una nación si no hay dignidad?, ¿es viable sin justicia?, ¿una sociedad puede funcionar si se vulneran continuamente las reglas?. Estas y otras preguntas nos las podemos hacer a tenor de los últimos acontecimientos, el entusiasmo desmedido ante el comunicado de ETA.
No parece lógico que un un país que se define como estado de derecho, que presume de ser la octava potencia económica y que está integrado en la UE se vuelva loco de alegría porque una panda de asesinos diga que va a dejar de matar. Las reacciones, sobre todo de la clase política y de la mayoría de la clase empresarial, sobre todo la vasca, han sido especialmente repugnantes: la cobardía, la vileza y el olvido han sido las banderas sobre la que se sustentan las reacciones. Cobardía, porque no les importa que el estado de derecho pierda la partida, vileza porque están dispuestos a pactar con los asesinos (recordemos los execrables crímenes de ETA, la “necesidad” de ataúdes blancos, Hipercor, etc) de 935 personas, centenares de heridos y miles de familiares y amigos, y olvido porque ya se está, si no se había hecho antes, ignorando a las victimas, se olvidan de asesinatos, chantajes y extorsiones y se está dispuesto a reunirse con Ternera, Otegui o quien sea.
Repito, con esta indignidad ¿puede existir una nación, un estado, España?, creo que no, pero también creo que es el colofón de la degradación de una sociedad bastante cobarde, egoísta y bovínica. Es el único país en que un atentado terrorista ha cambiado el resultado de unas elecciones, pero también es un país cuya juventud intenta conseguir records de ver quien se emborracha mas y mejor y hace las mayores salvajadas, es la nación paraíso de las mafias, es la España que se anuncia en Alemania y Reino Unido como destino de fin de semana para drogarse y emborracharse. Y también es la España que asiste impasible a su propia destrucción.
Sin dignidad, sin orgullo, sin conciencia cívica un país no puede sobrevivir, seguirá existiendo en el mapa, también Somalia, pero no estará ahormada por lo que hace consistente a una nación: dignidad, orgullo, defensa de los valores, justicia y acción cívica, si no se tienen no hay España, solo un cuerpo que los nacionalistas y sus adláteres van desmembrando hasta que no quede ni el armazón, ¿lo vamos a consentir?.
No parece lógico que un un país que se define como estado de derecho, que presume de ser la octava potencia económica y que está integrado en la UE se vuelva loco de alegría porque una panda de asesinos diga que va a dejar de matar. Las reacciones, sobre todo de la clase política y de la mayoría de la clase empresarial, sobre todo la vasca, han sido especialmente repugnantes: la cobardía, la vileza y el olvido han sido las banderas sobre la que se sustentan las reacciones. Cobardía, porque no les importa que el estado de derecho pierda la partida, vileza porque están dispuestos a pactar con los asesinos (recordemos los execrables crímenes de ETA, la “necesidad” de ataúdes blancos, Hipercor, etc) de 935 personas, centenares de heridos y miles de familiares y amigos, y olvido porque ya se está, si no se había hecho antes, ignorando a las victimas, se olvidan de asesinatos, chantajes y extorsiones y se está dispuesto a reunirse con Ternera, Otegui o quien sea.
Repito, con esta indignidad ¿puede existir una nación, un estado, España?, creo que no, pero también creo que es el colofón de la degradación de una sociedad bastante cobarde, egoísta y bovínica. Es el único país en que un atentado terrorista ha cambiado el resultado de unas elecciones, pero también es un país cuya juventud intenta conseguir records de ver quien se emborracha mas y mejor y hace las mayores salvajadas, es la nación paraíso de las mafias, es la España que se anuncia en Alemania y Reino Unido como destino de fin de semana para drogarse y emborracharse. Y también es la España que asiste impasible a su propia destrucción.
Sin dignidad, sin orgullo, sin conciencia cívica un país no puede sobrevivir, seguirá existiendo en el mapa, también Somalia, pero no estará ahormada por lo que hace consistente a una nación: dignidad, orgullo, defensa de los valores, justicia y acción cívica, si no se tienen no hay España, solo un cuerpo que los nacionalistas y sus adláteres van desmembrando hasta que no quede ni el armazón, ¿lo vamos a consentir?.
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