Las noticias sobre la enfermedad de Castro y la delegación de poderes en su hermano Raúl está siendo la noticia internacional por excelencia, incluso eclipsando a las dramáticas sobre el conflicto en el Líbano e Israel.
Mas allá del alcance de su enfermedad y de las implicaciones que conlleve en el devenir de los habitantes de la isla y del exilio, así como las modificaciones que pueda generar en el tablero internacional, uno de los aspectos mas interesantes es la manera en que los políticos y los medios de comunicación de todos los países enfocan al personaje. Lo primero que sorprende es que un dictador que no solo lleva 47 años oprimiendo a su pueblo, Stalin tuvo el poder absoluto unos 25, Hitler 12 o el propio Franco 36, fusilando e internando en cárceles a sus opositores por pacíficos que sean, sino que ha contribuido, cuando no generado, guerras y revueltas en el tercer mundo, recordemos: apoyo a las guerrillas marxistas en Venezuela en los ’60, lo mismo en Bolivia, aunque aquí habría mucho que hablar sobre ese apoyo al Che o su abandono en una trampa mortal, Congo, Angola, Guinea Bissau y Mozambique en los ’70, así como apoyo a la dictadura asesina del DERG en Etiopía, por supuesto apoyo a los terroristas palestinos, etarras, marxistas nicaragüenses y otro largo etcétera. Y que tiene a su país anclado en los ’50, con mas del 20% de su población en el exilio, sea tratado por la inmensa mayoría como un gran estadista, una gran figura del sigloXX .
La fascinación que el tirano ejerce sobre figuras que van desde Regis Debray a Helder Cámara o desde directores de cine como Stone a escritores como “Gabo”, demuestra como en nuestra época y nuestra sociedad, bajo esa fachada de democracia, libertad, etc. subyace el deseo del “hombre fuerte”, del líder carismático cuyas actuaciones y decisiones, por encima del bien y del mal, nos dirijan. Cuando se ve en tantas manifestaciones a gente joven con camisetas o carteles del Che, otro que tal baila, de Castro, o de líderes terroristas, el mensaje no es el de una moda sino la de la enfermedad de la sociedad que teme la libertad, el tomar sus propias decisiones y que desea que alguien le dirija y le imponga. Esa es la triste realidad, realidad que entronca con los hechos que todos los días vemos y vivimos: el falso pacifismo, justificación de la cobardía, la falsa tolerancia, remedo de la pereza para defender nuestras convicciones, o el pensamiento débil que, como su nombre indica, no obliga a tomas de posición y firmes y a la defensa de las mismas. Por ello los Castro, los Chávez o los Nasralá se convierten en “héroes” de una sociedad adocenada y cobarde, cuyo único interés es ir a Cuba antes de que muera Fidel y todo cambie y ya no exista esa Cuba “feliz” en su miseria y su “orgullo” y, de paso, haber si confraternizamos con alguna/o cubana/o, a buen precio de dólar, eso sí, volviendo luego a nuestro confortable hogar, pues ya se sabe que el ambiente revolucionario, pobre y cutre es solo para un ratito y contárselo después a los amigos.
Mas allá del alcance de su enfermedad y de las implicaciones que conlleve en el devenir de los habitantes de la isla y del exilio, así como las modificaciones que pueda generar en el tablero internacional, uno de los aspectos mas interesantes es la manera en que los políticos y los medios de comunicación de todos los países enfocan al personaje. Lo primero que sorprende es que un dictador que no solo lleva 47 años oprimiendo a su pueblo, Stalin tuvo el poder absoluto unos 25, Hitler 12 o el propio Franco 36, fusilando e internando en cárceles a sus opositores por pacíficos que sean, sino que ha contribuido, cuando no generado, guerras y revueltas en el tercer mundo, recordemos: apoyo a las guerrillas marxistas en Venezuela en los ’60, lo mismo en Bolivia, aunque aquí habría mucho que hablar sobre ese apoyo al Che o su abandono en una trampa mortal, Congo, Angola, Guinea Bissau y Mozambique en los ’70, así como apoyo a la dictadura asesina del DERG en Etiopía, por supuesto apoyo a los terroristas palestinos, etarras, marxistas nicaragüenses y otro largo etcétera. Y que tiene a su país anclado en los ’50, con mas del 20% de su población en el exilio, sea tratado por la inmensa mayoría como un gran estadista, una gran figura del sigloXX .
La fascinación que el tirano ejerce sobre figuras que van desde Regis Debray a Helder Cámara o desde directores de cine como Stone a escritores como “Gabo”, demuestra como en nuestra época y nuestra sociedad, bajo esa fachada de democracia, libertad, etc. subyace el deseo del “hombre fuerte”, del líder carismático cuyas actuaciones y decisiones, por encima del bien y del mal, nos dirijan. Cuando se ve en tantas manifestaciones a gente joven con camisetas o carteles del Che, otro que tal baila, de Castro, o de líderes terroristas, el mensaje no es el de una moda sino la de la enfermedad de la sociedad que teme la libertad, el tomar sus propias decisiones y que desea que alguien le dirija y le imponga. Esa es la triste realidad, realidad que entronca con los hechos que todos los días vemos y vivimos: el falso pacifismo, justificación de la cobardía, la falsa tolerancia, remedo de la pereza para defender nuestras convicciones, o el pensamiento débil que, como su nombre indica, no obliga a tomas de posición y firmes y a la defensa de las mismas. Por ello los Castro, los Chávez o los Nasralá se convierten en “héroes” de una sociedad adocenada y cobarde, cuyo único interés es ir a Cuba antes de que muera Fidel y todo cambie y ya no exista esa Cuba “feliz” en su miseria y su “orgullo” y, de paso, haber si confraternizamos con alguna/o cubana/o, a buen precio de dólar, eso sí, volviendo luego a nuestro confortable hogar, pues ya se sabe que el ambiente revolucionario, pobre y cutre es solo para un ratito y contárselo después a los amigos.
2 comentarios:
Estimado Carlos, por suerte, el Che ya no es "otro que bien baila".
Y si quieres leer algo realmente enfermizo y vomitivo de la "fascinación" hacia Fidel Castro, que comentas por parte de algunos intelectuales, te recomiendo leas el escrito del Sr. Gabo: "El Fidel Castro que yo conozco" pero tambien tengas la posibilidad del antídoto que no es otro que la cruenta realidad a que nos ha llevado a los cubanos el peor tirano de América leyendo el sigte enlace: http://wenceslaocruz.blogspot.com/2006/08/el-fidel-castro-que-yo-conozco.html que viene siendo una réplica o rectificación a las burdas mentiras que expresa.
Con referencia a tu artículo poco podría agregar aparte de que lo considero excelente. Y espero pueda servir a que algunos caigan en la cuenta que demostrar pasividad y comprensión a estas dictadoras llamadas de "izquierda" sólo los acusará de complicidad.
Esperamos tengan conciencia y moral, para por lo menos, admitirlo.
Un afectuoso saludo,
Wen.
Escalofriante. ¿Por qué nadie lleva camisetas de la madre Teresa de Calcuta? No lo entiendo. Este amiguismo que lo apoya y, cuando menos, simplemente lo soporta, es definitivamente inmoral. Tiranicio ya.
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