La trampa de Kosovo
Uno de los aspectos mas preocupantes de la política europea, sea individual o colectiva, es la incapacidad para fijar criterios claros de actuación para una vez decididos ejercer toda la presión necesaria, sea política o militar, para alcanzarlos.
Viene esto a colación por la contradictorias actuaciones de la Unión Europea en los Balcanes desde el inicio de la crisis yugoslava. Para empezar la posición de Alemania y en cierto modo de Italia, fue de apoyo a la independencia de Croacia y Eslovenia, contradiciendo la de otros países como Francia o Gran Bretaña más partidarios de una Yugoslavia unificada.
Tras la desintegración yugoslava y quizás por viejos tics procedentes de los tiempos de la S.G.M., Francia y Gran Bretaña apoyaron a Serbia y Alemania a Croacia. La crisis de Bosnia paralizó totalmente la acción europea, permitiendo matanzas de toda índole que culminaron en Srebrenica. Sola la implicación estadounidense acabó con aquella locura, llegándose a un acuerdo con Milosevic con quién TODOS los líderes europeos y Clinton pactaron, pese a que ya era culpable de crímenes tremendos.
Sin embargo, el panorama se complicó, pues en Kosovo una mayoría albanesa o de origen musulmán proveniente de los tiempos de la ocupación turca, viendo el éxito obtenido por sus correligionarios en Bosnia se lanzaron a una agitación, incluso armada no se olvide, para obtener la independencia. Entonces, la OTAN para evitar otra supuesta Sarajevo o Srebrenica machacó a los serbios, no tanto en Kosovo como en la propia Serbia, produciendo bastantes bajas civiles, mas que en el Líbano por ejemplo y destrucciones sin par. A una Serbia ya sin aliados, salvo los rusos, se la aplastaba, supongo que por aquello de que “a moro muerto, gran lanzada” y como ejemplo de “firme” actuación. Esa actitud animó a los más radicales albanokosovares agrupados en la UÇK y usando como mascarón a un debilitado, física y políticamente, Rugova, detrás del cual estaban los radicales d la UÇK que se nutrían de apoyos islamistas, como en Bosnia, especialmente de Irán, para pedir la independencia, mientras se lanzaban a la persecución de serbios y otras minorías.
La muerte de Rugova eliminó el último obstáculo para la llegada al poder de radicales albaneses, como el actual Primer Ministro Çeku, cuyo único objetivo es la independencia y expulsión de los serbios, como primer paso para una Gran Albania. Para ello presionan tanto en el campo político como mediante la violencia antiserbia, para poner a ante el hecho consumado a unas inoperantes ONU y UE que acomplejadas dejan hacer y presionan a Serbia para que renuncie a Kosovo, hasta el extremo que el actual administrador les ha dicho en las reuniones que tienen lugar en Viena, que la pérdida de Kosovo es el pago por las guerras de Serbia. Eso lo dice un alemán, ¿Qué tendrían que haber perdido ellos según ese criterio?, desde luego algunos han perdido la vergüenza y la dignidad porque arrebatar Kosovo a los Serbios, sobre todo Metohija al norte de la provincia, es como entregar Covadonga a los musulmanes, exactamente lo mismo, porque aparte de tratarse de una zona llena de monasterios ortodoxos es la cuna de los serbios y además la zona donde estos perdieron su independencia el 28 de junio de 1389 cuando el Príncipe Lazar fue derrotado por los otomanos cerca de la actual Pristina. A partir de esos momentos los serbios huyeron hacia Croacia, entonces húngara y durante siglos fueron el puntal de la defensa fronteriza de occidente frente a los turcos otomanos, hasta que pudieron recuperar su independencia en el siglo XIX.
Esta pequeña génesis histórica viene a cuento de que el enfrentamiento con el Islam es multicentenario y en estos tiempos de recrudecimiento del mismo, no solo no lo combatimos sino que en plena Europa han conseguido tener tres estados: Albania, Bosnia y pronto Kosovo, ¡magnífico!. La estupidez occidental es supina, no solo no frenamos al Islam sino que destruimos el dique y humillamos a un valiente y viejo pueblo arrebatándole el corazón de su patria.
No se trata de ignorar los crímenes de algunos serbios, Mladic o Karadzic, pero no deja de ser curioso que en el llamado Tribunal de Crímenes de Guerra de la Antigua Yugoslavia solo se sienten serbios o croatas y, prácticamente, ningún musulmán, y digo que no deja de ser curioso, pues en una guerra de odios ancestrales parece difícil que haya buenos y estos sean los musulmanes, sobre todo si recordamos sus actuaciones contra los serbios en la S.G.M. bajo la bandera nazi. Es de suponer que esta benevolencia y entrega de territorios tendrá que ver con ese mensaje de apaciguamiento a los islamistas tan de boga en occidente o con la Alianza de Civilizaciones de Zapatero, el turco Erdogan, el iraní Jamenei y el mafioso Annan. En cualquier caso, si se consuma el atropello, Europa pierde, el Islam gana y seguirá abierta una herida que tarde o temprano hará estallar una nueva guerra en la zona, ¡felicidades, políticos cretinos!
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