lunes, agosto 07, 2006

Siguen equivocándose

La última gira del Ministro Moratinos por Siria he tenido un efecto unificador: todos contra dicha gira, tanto EEUU como Francia o Israel la han considerado inoportuna, inadecuada o “grotesca” palabra que en el lenguaje diplomático es casi un insulto.
El gobierno socialista ha conseguido enemistarse con todos: el “gilipollas” de Blair, la “fracasada” Merkel, el “vaquero” Bush y ahora con nuestro “mejor aliado” en el “corazón de Europa” es decir, Francia. Por supuesto con la única democracia de Oriente Medio que es Israel. Eso si, amigos dictadores o pseudos, todos: Mohammed, Admadineyah, Assad, Chávez, Castro y, según la tendencia de los manifestantes convocados por el PSOE, Nasralá.
La verdad es que si el tema no fuese tan serio, nuestra política internacional daría para un libro de chistes, pero el problema es preocupante y serio, pues no solo nos hemos enajenado a la gran potencia sino que también a la mayoría de países europeos, incluidos aquellos que en el equilibrio dentro de la UE deberían ser nuestros aliados naturales, como Polonia.
¿Porqué este desatino?, sinceramente me desbordan tamañas majaderías, creo que no es posible tanta estupidez en un gobierno donde, si el Presidente es poco sensato, debe haber asesores mas reflexivos e informados. Por tanto debe obedecer a una estrategia definida, pero ¿cuál es?. Solamente se me ocurre que tenga que ver con ese revisionismo cutre de corte marxista que parece respirar el Presidente y sus corifeos. Si en política interior están volviendo a las ideas mas rancias del marxismo de los ’30 trufadas con las que podían salir de asambleas universitarias de los ’60 cargadas de olor a marihuana, no es de extrañar que en política exterior se pongan la boina del “Ché” o la kufiya del Arafat mas telegénico de aquellos años, aderezando todo con unos versos de Neruda, probablemente aquellos en los que, de hecho, comparaba a Stalin con Jesucristo. Por ello están más cómodos con Assad o Fidel que con Merkel o Bush, por ello estamos convirtiéndonos en un país marginado en la política internacional, tanto por gobiernos de derechas como de izquierdas y no es solo que ya nadie consulte con nuestro gobierno, prácticamente ningún tema, es que ni siquiera le quieren ver y sino que se lo pregunten a Prodi que no quiso que el Presidente Rodríguez apareciese en ningún mitin de su coalición.
Eso si, nos damos besos y abrazos con Morales o Mohammed, como ha hecho nuestra Vicepresidenta, mientras laminan a nuestras empresas, en el primer caso, o siguen enviándonos pateras a “gogo” en el segundo. Pero de nuestra entrada en ciernes en el G-8 ya ni se habla, ni aparecemos en los cenáculos informales de los grandes de Europa donde todo se decide y donde siempre estábamos tanto en tiempos de Felipe como de Aznar, ahora solo podemos ir a ver a Assad, Morales o Mohammed, lo que da idea de la clase de gobierno que tenemos y a donde nos conduce.

1 comentario:

octopusmagnificens dijo...

No hay política exterior definida. No se consensúa con nadie. Se improvisa sobre la marcha y mal.