Tal día como hoy de 1920 se fundó La Legión, entonces bajo el nombre de Tercio de Extranjeros. En un momento en que la situación en África era delicada, la impopularidad de la guerra en la metrópoli iba en aumento y las deficiencias de los soldados de reemplazo eran evidentes para su actuación en aquel conflicto, el entonces Teniente Coronel Millán-Astray planteó la creación de la nueva unidad, un cuerpo similar a la Legión Extranjera francesa, que ya tenía cerca de un siglo de existencia y que había sido un elemento esencial en las guerras coloniales y también en la P.G.M.. Aprobada la propuesta por el Ministro de La Guerra, el Tercio recibió a su primer integrante el 20 de septiembre de ese mismo año, por lo que se considera esa fecha como la de creación de la Unidad.
No voy a tratar los diferentes hechos de armas en los cuales se ha visto inmersa la Legión, desde aquella guerra de Marruecos, la civil española, la defensa de Ifni y el Sáhara en 1957-58, los enfrentamientos con el Polisario en los ’70 y, ya en la etapa democrática, su gran contribución a las misiones internacionales de España: Centroamérica, Balcanes, Irak, Afganistán, Congo, Líbano, etc.. Tampoco se podría recordar a la gran cantidad de valientes que honraron ese cuerpo ya fuera perteneciendo al mismo, mandándolo o haciéndolo con sus Banderas. Nombres como los de Franco, Valenzuela, vara del Rey el propio Millán-Astra, etc. forman parte de la historia de 89 años de La Legión.
Siempre discutida, incluso odiada por los enemigos de España y de lo militar, también por el recuerdo de sus gloriosos mandos, estuvo a punto de ser disuelta en los ´80, cuando tras el abandono del Sáhara se estableció en Fuerteventura, donde se produjeron algunos incidentes e, incluso, intentos de secuestro de aviones, protagonizados por una minoría.
Pero aquellos sucesos sirvieron para que los partidos de la época, sobre todo de izquierdas y los gobiernos de la naciente democracia, estuvieran a punto de acabar con ella, pues la veían, como una fuerza mercenaria y colonialista, pese a que el porcentaje de extranjeros nunca fue excesivo y en aquellos años, prácticamente, insignificante. También se la consideraba agresiva y violenta, incompatible con los nuevos tiempos democráticos y pacifistas. Para empezar se hizo desaparecer su escala propia de oficiales y suboficiales y se realizaron otros cambios para que la Unidad no pareciese tan “radical”.
Pese a ello, la izquierda y una parte de la derecha, seguían presionando para su desaparición, pero el fin de la conscripción y el nacimiento del ejército profesional demostró que solo quedaban dos unidades de garantía: la propia Legión y los Paracaidistas. Y así, con las nuevas misiones de la España democrática, la Legión demostró su alta profesionalidad, su firme disciplina y su valor sin par y aquella izquierda que la denostaba, por lo menos una parte de ella, esencialmente los socialistas, al igual que a la Guardia Civil, la convirtieron en una de sus herramientas militares.
Nuestros legionarios, al igual que en los ´30 y ´50 demostraron su arrojo, su capacidad de sacrificio y su disposición a luchar hasta la muerte, eso que no le gusta a Bono pero que forma parte de la mística de los mejores ejércitos, a la vez que sus misiones de ayuda humanitario se demostraron altamente eficaces.
Ese devenir ha llevado que a partir de los ´90 y, sobre todo, en el nuevo siglo XXI se hayan ganado la admiración y el respeto de otros ejércitos europeos y extraeuropeos, convirtiéndose en una de las unidades de élite mas reputadas internacionalmente.
En nuestra Patria el cariño de la gran mayoría del pueblo español siempre lo tuvieron y solo hay que ver los aplausos y ovaciones que recogen en los desfiles, como queda demostrado, año tras año, en el desfile del Paseo de la Castellana.
Es verdad que algunos aspectos, quizás los mas radicales de la Unidad, se han pulido, especialmente respecto a quienes pueden acceder a integrar la misma, aunque curiosamente con las nuevas normas de aceptación hay mas extranjeros que en los ’70 y ´80. Pero los valores que la hicieron famosa en África, en la guerra de España o en Ifni-Sáhara siguen siendo el armazón de esa magnífica fuerza de nuestro ejército a la que, afortunadamente, los idiotas habituales no pudieron eliminar, lo que hubiese sido lamentable para nuestras Fuerzas Armadas y una ignominia a nuestra historia.
Por tanto es de justicia que, aunque los medios de comunicación no lo van a recoger, quienes admiramos y respetamos a nuestras Fuerzas Armadas, donde algunos hemos tenido el honor de servir, incluso al lado de esos legionarios en aquellas tierras del Sáhara, rindamos nuestro humilde pero firme tributo a la Legión Española en su aniversario.
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Hace 3 días
2 comentarios:
En fin, Carlos, después de leer tu exaltado homenaje a la legión, no me queda más remedio que estar al tanto de la programación cinematográfica (y televisiva) en nuestros Madriles, por si a algún otro ínclito entusiasta de los "tercios" se le ocurriera emitir "Harka" o "¡A mí la legión!": ilustrativas pelis que, a no dudar, te recomendaría disfrutar, vistas en su día en aquella estupenda "Noche del cine español" en TVE de Fernando Méndez Leite. Ciertamente que, entonces, te avisaría. No obstante, tampoco vendría mal recrearse con el clásico "Beau Geste" de William Wellman, con Gary Cooper y Robert Preston. Saludos.
Comentario muy acertado sobre el que estoy totalmente de acuerdo. Es comprensible que quien no ha vivido en el tercio o no ha tenido alguna relación con la Legión no entienda el amor que se le puede llegar a tener, en mi caso la Legión fue mi segunda familia y tengo mucho que agradecer al Tercer Tercio de la Legión D. Juan de Austria. Qué tercio más glorioso. Permitidme un ¡VIVA LA LEGIÓN!
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