Desde hace años, el Islam gana posiciones en lo que antes era Europa y ahora es mas conocida por Eurabia. La cobardía física y moral, el relativismo ético y la falta de valores que asolan el continente, tiene cada día una nueva expresión que se traduce en una nueva victoria del islamismo.
Si cada vez hay más permisibilidad ante prácticas como la poligamia, ante el silencio estruendoso de feministas, progresistas y otros. Si cada vez hay más presión para que existan zonas separadas para hombres y mujeres, si cada vez más chador y hasta burkas pueblan nuestras calles, si cada vez hay más mezquitas, etc. cada vez hay menos espacio para que quienes no creemos en esa Eurabia podamos expresar nuestras opiniones.
El último ejemplo lo hemos tenido con el conflicto de Gaza, donde hordas enfervorecidas de prohamasistas se han manifestado, hasta con armas, pidiendo la muerte de los judíos y la destrucción del Estado de Israel, se han apedreado embajadas hebreas y se han boicoteado y atacado comercios y empresas judías, se han boicoteado actos culturales protagonizados por judíos, todo ello en el mas puro estilo nazi.
Por supuesto, esas masas vociferantes jamás han salido en defensa de los judíos masacrados por los atentados terroristas ocurridos en Israel o Europa, nunca se han opuesto a la constante violación de los derechos humanos que se están produciendo no ya en los países musulmanes sino en Europa, como los llamados “asesinatos de honor” y donde las bestias que matan a las mujeres que se niegan a convertirse en objetos de transacción, son absueltos o les caen penas mas que ridículas ante el silencio de esos mismos tan “preocupados” por los gazíes.
Cada vez más se oyen “sesudas” voces pidiendo que se permita a las comunidades musulmanas regirse por la sharia por encima de las leyes nacionales o internacionales, con la “justificación” de que son sus costumbres. Cada vez mas se castigan reales o supuestas ofensas al Islam, pero ¡hay! si algún cristiano pide, simplemente, respeto para sus creencias, es humillado, vejado y tildado de casi todo.
Pues en este ambiente, los siempre “progresistas” y cobardes Países Bajos han decidido castigar a un diputado, Geert Wilders, que denunciaba las verdades del Islam que aparecen en el propio Corán y que lo expuso en un documental llamado “Fitna”. El Sr. Wilders ha sido acusado de incitación al odio racial por ese documental. La verdad es que sería de risa sino expresase la repugnante miseria cívica, moral y política de una nación. El país que vio asesinar a Pym Fortuyn y Theo Van Gogh, del que se tuvo que marchar, huir, Ayaan Hirsi Ali porque no solo el gobierno no la protegía sino que sus vecinos la echaron, más o menos lo que está ocurriendo en España con la embajada de Israel. Pues ese país impotente ante los ataques de los asesinos islámicos, castiga a uno de sus diputados que ejerce su derecho a la libertad de expresión y que, además, expone, como hacía Van Gogh o Horsi Ali, la realidad del mundo musulmán.
Por cierto que no he visto en ningún periódico español referencias al caso y, mucho menos, una defensa resuelta de la libertad de expresión, esa que si tienen quienes piden la sangre de los judíos o explican como atizarle a una mujer sin dejar marcas.
Este panorama es el que nos encontramos en España, Francia, Italia, Países Bajos, etc., esta es la nueva faz del continente, ya no el de la libertad, la igualdad, la justicia y los principios judeocristianos, sino la de la sharia, el turbante y el burka. Como decía en otro comentario, más nos vale aprender en que dirección está La Meca.
Si cada vez hay más permisibilidad ante prácticas como la poligamia, ante el silencio estruendoso de feministas, progresistas y otros. Si cada vez hay más presión para que existan zonas separadas para hombres y mujeres, si cada vez más chador y hasta burkas pueblan nuestras calles, si cada vez hay más mezquitas, etc. cada vez hay menos espacio para que quienes no creemos en esa Eurabia podamos expresar nuestras opiniones.
El último ejemplo lo hemos tenido con el conflicto de Gaza, donde hordas enfervorecidas de prohamasistas se han manifestado, hasta con armas, pidiendo la muerte de los judíos y la destrucción del Estado de Israel, se han apedreado embajadas hebreas y se han boicoteado y atacado comercios y empresas judías, se han boicoteado actos culturales protagonizados por judíos, todo ello en el mas puro estilo nazi.
Por supuesto, esas masas vociferantes jamás han salido en defensa de los judíos masacrados por los atentados terroristas ocurridos en Israel o Europa, nunca se han opuesto a la constante violación de los derechos humanos que se están produciendo no ya en los países musulmanes sino en Europa, como los llamados “asesinatos de honor” y donde las bestias que matan a las mujeres que se niegan a convertirse en objetos de transacción, son absueltos o les caen penas mas que ridículas ante el silencio de esos mismos tan “preocupados” por los gazíes.
Cada vez más se oyen “sesudas” voces pidiendo que se permita a las comunidades musulmanas regirse por la sharia por encima de las leyes nacionales o internacionales, con la “justificación” de que son sus costumbres. Cada vez mas se castigan reales o supuestas ofensas al Islam, pero ¡hay! si algún cristiano pide, simplemente, respeto para sus creencias, es humillado, vejado y tildado de casi todo.
Pues en este ambiente, los siempre “progresistas” y cobardes Países Bajos han decidido castigar a un diputado, Geert Wilders, que denunciaba las verdades del Islam que aparecen en el propio Corán y que lo expuso en un documental llamado “Fitna”. El Sr. Wilders ha sido acusado de incitación al odio racial por ese documental. La verdad es que sería de risa sino expresase la repugnante miseria cívica, moral y política de una nación. El país que vio asesinar a Pym Fortuyn y Theo Van Gogh, del que se tuvo que marchar, huir, Ayaan Hirsi Ali porque no solo el gobierno no la protegía sino que sus vecinos la echaron, más o menos lo que está ocurriendo en España con la embajada de Israel. Pues ese país impotente ante los ataques de los asesinos islámicos, castiga a uno de sus diputados que ejerce su derecho a la libertad de expresión y que, además, expone, como hacía Van Gogh o Horsi Ali, la realidad del mundo musulmán.
Por cierto que no he visto en ningún periódico español referencias al caso y, mucho menos, una defensa resuelta de la libertad de expresión, esa que si tienen quienes piden la sangre de los judíos o explican como atizarle a una mujer sin dejar marcas.
Este panorama es el que nos encontramos en España, Francia, Italia, Países Bajos, etc., esta es la nueva faz del continente, ya no el de la libertad, la igualdad, la justicia y los principios judeocristianos, sino la de la sharia, el turbante y el burka. Como decía en otro comentario, más nos vale aprender en que dirección está La Meca.
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