Toda América, todo el mundo estaba, ayer, pendiente de la toma de posesión del nuevo advenimiento de la política mundial: Barack Hussein Obama, 44º Presidente de EE.UU..
Creo que nunca se ha conocido una expectación igual, para un evento de estas características y no se captar si ello es bueno o malo. Porque la expectación viene dada por esa especie de catarsis colectiva que la opinión pública mundial ha sufrido gracias, especialmente, a los medios de comunicación.
Unos medios que han satanizado a George Bush y han encumbrado al senador por Illinois haciendo converger sobre él todas las esperanzas, contrapuestas la mayoría de las veces, de gran parte de la humanidad.
Oyendo y viendo ayer a sesudos/as analistas, tanto de izquierdas como de derechas, emocionarse con el discurso del nuevo Presidente, lanzar loas al mismo y predecir un mundo mejor, siendo lo de mejor no un hecho objetivo sino subjetivo de cada interviniente y cantar las virtudes del político, creía encontrarme ante la llegada del “salvador”, del “mesías”, ¿o habrá que llamarle mahdi?. Verdaderamente me quedé pasmado, pues todas las intervenciones eran un constante cántico al líder, mas una verdadera obnubilación que análisis serios y rigurosos.
Porque, ¿quién es Obama?, un senador crecido en la lucha política de la ciudad más corrupta de U.S.A.: Chicago, dentro de lo más rancio de esa corrupción que es el Partido Demócrata de Illinois y cuyo último ejemplo lo tenemos con el asunto de la corrupción y chantaje del gobernador del estado
El Sr. Obama ha destacado por su verbo fácil y sus ideas contradictorias, en el Senado pasaba por ser, probablemente, el más izquierdista y ahora se le considera un dechado de centrismo. No se sabe muy bien si su verdadera religión es la musulmana, que absorbió de su padre durante su niñez en Indonesia, de ahí lo de Hussein, o es un evangélico radical, ya que durante más de 20 años perteneció a la iglesia del reverendo Jeremiah Wright cuyos incendiarios discursos antiamericanos y anti raza blanca, crearon mas de un problema al ahora Presidente. Pero no abandonó la Trinity United Church hasta que empezó a ver que las encuestas acusaban esa pertenencia.
Se la ha erigido como adalid de los desfavorecidos, pero su abuela blanca era una señora de grandes posibilidades económicas y tampoco su padre keniata era un pobre kikuyu o watusi, él mismo ha estudiado en prestigiosas universidades y no con becas para pobres.
Ha querido presentarse como un hombre enfrentado al establishment washingtoniano y al poder de los grupos de presión, pero se ha rodeado del equipo de Clinton, lo mas elitista que se pueda concebir en la costa este. A su campaña le ha llovido el dinero, mas del doble que a su oponente demócrata Hillary y casi cuatro veces más que a su rival republicano y eso, que según se dice, los poderosos estaban con los republicanos. ¿De donde ha salido esa ingente cantidad?, nadie puede creerse que de las donaciones de ciudadanos de clase media y baja.
Se habla del nuevo Lincoln, pero se olvida que Lincoln solo acabó con la esclavitud por la presión de los grandes industriales del norte, que le apoyaban, ya que la esclavitud era una rémora en una época de inicio del gran desarrollo industrial y que, sin embargo, si castigaba al Sur agrícola que no le apoyaba y así les forzaba al enfrentamiento. Pese a todo no le hubiese importado pactar su mantenimiento de haber culminado ciertas negociaciones, por lo que el gran héroe es un poco menos héroe y, no dudó, en coadyuvar a una Guerra Civil mas que sangrienta, por mucho discurso de Gettysburg que nos quieran vender.
También se le compara con Rooselvet, que con su política de new deal relanzó la prosperidad de EE.UU.. Claro que no se recuerda que fue esa política de gasto público la que dilató la crisis y que de no haber sido por la guerra mundial no sabemos en que hubiese acabado. ¡Por cierto!, guerra en la que metió a EE.UU. por puro interés, pese a que en sus campañas electorales había prometido que ni un solo soldado americano lucharía fuera de su patria, ¡si llegan a hacerlo!. No dudó en permitir Pearl Harbor, hecho que cada vez esta más claro que se pudo evitar, para soliviantar a sus compatriotas, ni en provocar a la Alemania nazi a base de apoyo directo al Reino Unido. Esa guerra permitió el relanzamiento y desarrollo del poderío americano. Por cierto, que hay un dicho en la política americana del siglo XX y es que los Presidentes demócratas inician las guerras y los republicanos las acaban, a ver si esta vez sucede lo contrario.
Los mas progresistas esperan de él, quizás por ser negro, quizás por ser Hussein, un apoyo, pues de eso se trata, a las dictaduras islámicas o izquierdistas: Irán, Cuba, Corea del Norte, etc.. so capa de “negociaciones” y en esa línea apuntó alto y claro, por lo menos al principio, si bien es verdad que con el paso de los meses ha ido matizando el discurso.
En definitiva y en eso si es muy zapateril, dice a cada uno lo que quiere oír, llegando a tal extremo de pensamiento débil, que ayer se celebraron dos ceremonias religiosas, una con un pastor pro matrimonios gay y otro contrario y así todos contentos.
¿Cuál es el verdadero Obama?, el que se apoyaba en radicales como el reverendo Wright u otros pastores de la misma cuerda, como Jesse Jackson, el político dispuesto a dialogar con los terroristas islámicos de Irán y con los asesinos castristas o el que apoya a Israel y promete luchar contra el terrorismo. ¿El despilfarrador de presupuesto, que puede endeudar a su país por decenas de años y que no ha dudado en gastarse 200 millones de dólares en su entronización o el que en el discurso pedía esfuerzo y trabajo?. El Sr. Obama es una incógnita y las incógnitas suelen ser peligrosas, esperemos que este no sea el caso y las esperanzas que muchos han puesto en él, se cumplan. El problema es que las esperanzas de unos y otros son contradictorias y eso, como diría Solbes, es un sudoku de imposible solución.
Creo que nunca se ha conocido una expectación igual, para un evento de estas características y no se captar si ello es bueno o malo. Porque la expectación viene dada por esa especie de catarsis colectiva que la opinión pública mundial ha sufrido gracias, especialmente, a los medios de comunicación.
Unos medios que han satanizado a George Bush y han encumbrado al senador por Illinois haciendo converger sobre él todas las esperanzas, contrapuestas la mayoría de las veces, de gran parte de la humanidad.
Oyendo y viendo ayer a sesudos/as analistas, tanto de izquierdas como de derechas, emocionarse con el discurso del nuevo Presidente, lanzar loas al mismo y predecir un mundo mejor, siendo lo de mejor no un hecho objetivo sino subjetivo de cada interviniente y cantar las virtudes del político, creía encontrarme ante la llegada del “salvador”, del “mesías”, ¿o habrá que llamarle mahdi?. Verdaderamente me quedé pasmado, pues todas las intervenciones eran un constante cántico al líder, mas una verdadera obnubilación que análisis serios y rigurosos.
Porque, ¿quién es Obama?, un senador crecido en la lucha política de la ciudad más corrupta de U.S.A.: Chicago, dentro de lo más rancio de esa corrupción que es el Partido Demócrata de Illinois y cuyo último ejemplo lo tenemos con el asunto de la corrupción y chantaje del gobernador del estado
El Sr. Obama ha destacado por su verbo fácil y sus ideas contradictorias, en el Senado pasaba por ser, probablemente, el más izquierdista y ahora se le considera un dechado de centrismo. No se sabe muy bien si su verdadera religión es la musulmana, que absorbió de su padre durante su niñez en Indonesia, de ahí lo de Hussein, o es un evangélico radical, ya que durante más de 20 años perteneció a la iglesia del reverendo Jeremiah Wright cuyos incendiarios discursos antiamericanos y anti raza blanca, crearon mas de un problema al ahora Presidente. Pero no abandonó la Trinity United Church hasta que empezó a ver que las encuestas acusaban esa pertenencia.
Se la ha erigido como adalid de los desfavorecidos, pero su abuela blanca era una señora de grandes posibilidades económicas y tampoco su padre keniata era un pobre kikuyu o watusi, él mismo ha estudiado en prestigiosas universidades y no con becas para pobres.
Ha querido presentarse como un hombre enfrentado al establishment washingtoniano y al poder de los grupos de presión, pero se ha rodeado del equipo de Clinton, lo mas elitista que se pueda concebir en la costa este. A su campaña le ha llovido el dinero, mas del doble que a su oponente demócrata Hillary y casi cuatro veces más que a su rival republicano y eso, que según se dice, los poderosos estaban con los republicanos. ¿De donde ha salido esa ingente cantidad?, nadie puede creerse que de las donaciones de ciudadanos de clase media y baja.
Se habla del nuevo Lincoln, pero se olvida que Lincoln solo acabó con la esclavitud por la presión de los grandes industriales del norte, que le apoyaban, ya que la esclavitud era una rémora en una época de inicio del gran desarrollo industrial y que, sin embargo, si castigaba al Sur agrícola que no le apoyaba y así les forzaba al enfrentamiento. Pese a todo no le hubiese importado pactar su mantenimiento de haber culminado ciertas negociaciones, por lo que el gran héroe es un poco menos héroe y, no dudó, en coadyuvar a una Guerra Civil mas que sangrienta, por mucho discurso de Gettysburg que nos quieran vender.
También se le compara con Rooselvet, que con su política de new deal relanzó la prosperidad de EE.UU.. Claro que no se recuerda que fue esa política de gasto público la que dilató la crisis y que de no haber sido por la guerra mundial no sabemos en que hubiese acabado. ¡Por cierto!, guerra en la que metió a EE.UU. por puro interés, pese a que en sus campañas electorales había prometido que ni un solo soldado americano lucharía fuera de su patria, ¡si llegan a hacerlo!. No dudó en permitir Pearl Harbor, hecho que cada vez esta más claro que se pudo evitar, para soliviantar a sus compatriotas, ni en provocar a la Alemania nazi a base de apoyo directo al Reino Unido. Esa guerra permitió el relanzamiento y desarrollo del poderío americano. Por cierto, que hay un dicho en la política americana del siglo XX y es que los Presidentes demócratas inician las guerras y los republicanos las acaban, a ver si esta vez sucede lo contrario.
Los mas progresistas esperan de él, quizás por ser negro, quizás por ser Hussein, un apoyo, pues de eso se trata, a las dictaduras islámicas o izquierdistas: Irán, Cuba, Corea del Norte, etc.. so capa de “negociaciones” y en esa línea apuntó alto y claro, por lo menos al principio, si bien es verdad que con el paso de los meses ha ido matizando el discurso.
En definitiva y en eso si es muy zapateril, dice a cada uno lo que quiere oír, llegando a tal extremo de pensamiento débil, que ayer se celebraron dos ceremonias religiosas, una con un pastor pro matrimonios gay y otro contrario y así todos contentos.
¿Cuál es el verdadero Obama?, el que se apoyaba en radicales como el reverendo Wright u otros pastores de la misma cuerda, como Jesse Jackson, el político dispuesto a dialogar con los terroristas islámicos de Irán y con los asesinos castristas o el que apoya a Israel y promete luchar contra el terrorismo. ¿El despilfarrador de presupuesto, que puede endeudar a su país por decenas de años y que no ha dudado en gastarse 200 millones de dólares en su entronización o el que en el discurso pedía esfuerzo y trabajo?. El Sr. Obama es una incógnita y las incógnitas suelen ser peligrosas, esperemos que este no sea el caso y las esperanzas que muchos han puesto en él, se cumplan. El problema es que las esperanzas de unos y otros son contradictorias y eso, como diría Solbes, es un sudoku de imposible solución.
1 comentario:
Yo no creo que vaya a hacer una política muy distinta a la de sus predecesores. Tengo ganas de que tome alguna decisión de estas que disgustan mucho a los progres, a ver cómo reaccionan esos que ahora nos hablan del new age.
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