Estos días estamos asistiendo al tercer Congreso de Victimas del Terrorismo y en él hemos visto, reflejada claramente, la simbología de la situación actual. Por un lado, las emotivas intervenciones de diversos componentes de las organizaciones asistentes y de algunos de los invitados, desde la firme y briosa de Gotzone Mora a la muy emocionante de Mayte Pagaza, cuyas lágrimas nos encogieron a todos el corazón, no solo por la carga emotiva que llevaba sino porque expresaba un cierto desánimo y desilusión. Ese desánimo y desilusión que, desde el primer momento, ha llevado a las victimas la actuación del Alto Comisionado, Sr. Peces-Barba que en su papel de comisario político del Presidente Rodríguez ha hecho todo lo posible por desunir a las victimas y acallar a las que no se plegaban, la inmensa mayoría, a los designios de la política socialista.
Plasmación de esta actitud fue la exhibida por concejales socialistas del Ayuntamiento de Valencia quienes, en su bajeza moral y miserable actitud, se mofaron e insultaron de algunos de los intervinientes. En vez de arropar, apoyar y animar a las victimas, fueron a seguir con su labor de zapa en defensa de la política entreguista del gobierno y, también, de sus pesebres.
Pero las victimas saben que no están solas, que la inmensa mayoría de los españoles estamos con ellas y se va a demostrar el próximo día 25 en la manifestación. No solo se va a demostra ese apoyo y solidaridad a las victimas, también se va a plasmar el rechazo y desprecio de la política de Zapatero y de sus pesebristas, como los mencionados concejales de Valencia.
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