miércoles, noviembre 30, 2011

Azaña y "tiros a la barriga"

En uno de sus últimos actos sectarios, el gobierno rodrigueril ha decidido instalar un busto de Manuel Azaña en un lugar de relumbrón del Palacio de las Cortes, busto regalado por los socialistas, no sabemos a que precio. El busto es bastante feo, acorde con el personaje, físicamente nada agraciado y lleno de verrugas en la cara, por lo que era conocido por “el pupas” y si bien es cierto que el no tenía la culpa si influyó en su carácter. Pero lo triste del caso es resaltar de esa manera la figura de uno de los personajes mas deleznables de la segunda república y que, sin embargo, siempre ha gozado de cierta admiración por parte de la izquierda, mas por interés que por connivencia política y, sorprendentemente de parte de la derecha, no solo en los años ’30 cuando hasta el propio José Antonio le admiró y hasta le consideró una real alternativa, pese a que Azaña odió a los falangistas, les persiguió con o sin razón y contribuyó al encarcelamiento que llevó a la muerte al líder falangista.

Pero es que hoy día, también es reconocido no solo por esa izquierda sino por la derecha entreguista, como ciertos historiadores, encabezados por el fallecido Tussell o líderes como José María Aznar. Sorprende, porque uno de los grandes culpables, por no decir el mayor dado su influencia y cargos, del desastre republicano, sectario, antimilitarista y antirreligioso, así como de la guerra civil fue ese caballero.

Varios rasgos retratan al personaje: cobardía física, odio a casi todo y la creencia en su inmensa superioridad intelectual. Su cobardía es confesada por el mismo y por sus actos. Poco antes de la instauración de la república, estuvo escondido cuatro meses en momentos que la agonizante régimen monárquico no perseguí a nadie o como dice Maura en su obra “así cayó Alfonso XIII”, el estar en la cárcel en aquellos finales de 1930 era una fiesta. Cobardía, porque durante los sucesos de mayo del ’37 no se supo oponer a la sarracina de los comunistas y solo pedía una escolta que le protegiera, cobardía porque se dejó manipular, a sabiendas, por los comunistas durante la guerra y solo muy al final expuso, en un discurso, desesperado aquello “de paz, perdón y reconciliación”, en una guerra a la que él, mas que nadie, nos había conducido y ya perdida, hasta el extremo de huir en febrero del ’39 a Francia y renunciar a la Presidencia de la República, dejando tirados a los partidarios de la misma

Sectario, porque su influencia en el resto de los republicanos podía haber conducido a un régimen democrático, no olvidemos que el primer gobierno estaba formado por exmonárquicos resentidos, pero muy burgueses y por un Lerroux mas que apaciguado y el mas moderado, dentro de lo que cabe, de los socialistas, como era Indalecio Prieto. Pero lejos de ello, contribuyó a una Constitución izquierdista, donde solo podían gobernar desde Acción Republicana, su partido, hacia la izquierda, por lo que la sorpresa del triunfo, arrollador y democrático, de la derecha en 1933 no fue asumido por él ni por los socialistas, dando lugar a la revolución sangrienta de 1934. Sectario por su odio a la Iglesia, sin actuar contra lo incendiarios del ’31, ni de los crímenes desde 1936, cuando ya entonces era Presidente, o su expulsión de los jesuitas con el estúpido argumento de que obedecían a un poder externo. Sectario contra el ejército, donde so capa de disminuir la gran cantidad de mandos y oficiales, lo que era cierto, se limitó a pasar a retiro o expulsar del ejército a oficiales no izquierdistas. Sectario contra la derecha, el que se las daba de liberal, porque solo reprimía a esas organizaciones, las mas de las veces violentamente. Sectario contra la libertada de prensa, pues en los años de la República se cerraron, temporal o totalmente, mas periódicos que en toda la etapa del franquismo.

Por no ser suficiente, golpista inveterado, como su apoyo a la revolución de 1934 contra el gobierno legal y legítimo y luego en la maniobra para expulsar del cargo de Presidente a Niceto Alcalá Zamora y ser el nombrado con el apoyo de la izquierda radical en febrero de 1936. Mascarón de proa, como ya he comentado, de los comunistas intentó justificarse en su casi nauseabunda obra, “Cuadernos de la Pobleta”, tan falsa como él o, en sus “Memorias”, algo mas sinceras, ya que se consideraba un gran escritor, mas bien mediocre y gran orador, lo que era cierto y creía poder justificar sus actos con esos recursos.

Ese es, a muy grandes rasgos, el personaje ahora homenajeado, al que también se le atribuye la frase de “ni heridos ni prisioneros, tiros a la barriga” en la represión de Casas Viejas, tal vez no la dijese pero las ejecuciones ilegales de inocentes, amén de las de los asesinos, se produjeron y conociendo al personaje…..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias

Hablando en general y de forma meramente técnica, y sin entrar en cuestiones políticas, me gustaría saber el motivo de que a veces se dispare a otras personas a la barriga en lugar de a otras zonas del cuerpo.

Se ruega copiar la respuesta en http://boards5.melodysoft.com/UN7-HIS/por-que-se-dispara-a-veces-a-la-barriga-8.html

Saludos