lunes, noviembre 21, 2011

España, siempre España



Los resultados de las elecciones del pasado domingo abren una nueva etapa en nuestra Patria. Los apoyos recibidos por el PP son lo suficientemente importantes, el apoyo popular decidido, para que el nuevo gobierno tome las medidas, difíciles y duras, que necesitamos para salir adelante.

Reconozco no ser un “fan” del Sr. Rajoy, aunque considero, por su trayectoria en los gobiernos de Aznar, que será un buen gestor. Espero y deseo que el partido conservador, como ha ocurrido en otras ocasiones, se olvide, en la medida de lo posible, de los intereses partidistas y se centre totalmente en los problemas nacionales, dando respuesta a los afanes de los ciudadanos españoles. Es obvio que no será él quién cree empleo, pero si puede y debe, cambiar la legislación para que nuestro país entre en la verdadera modernidad económica: reforma laboral, reforma fiscal, derogación de tanto “burocratismo” para poder crear negocios que generen riqueza, etc..Creo que el banquillo del PP está suficientemente cualificado para formar un gobierno adecuado al respecto.

Pero me preocupan otros aspectos que considero tan o mas importante que los temas económicos, pues, como se ha dicho en muchas ocasiones y, personalmente, en algunos post lo he resaltado, la crisis es una crisis, en su inicio, de valores. El olvido de los mismos nos ha precipitado en el marasmo ético e intelectual, llegando en España a dictar leyes vergonzosas por su propia irracionalidad y por su falta de compromiso ético: ley del aborto, de matrimonios homosexuales, etc., no es que sean conservadoras o progresistas, es que son inhumanas en el primer caso y absurdas en el segundo. En pleno siglo XXI nadie va contra los homosexuales, respeto total para ellos, pero como dice el viejo adagio castellano, “lo que natura non da, Salamanca non otorga”, un matrimonio, desde el orden natural, es la unión de un hombre y una mujer para procrear y no otra cosa, las relaciones sexuales es tema distinto y allá cada uno, pero el orden natural no debe subvertirse pues suele traer nefastas consecuencias.

El nuevo gobierno debe prestar atención a temas esenciales, como la familia, la educación, la infancia, todo ello debe apoyarse para una regeneración española y con ello también mejorarán los aspectos económicos y sociales.

Tema clave es el de la educación, basta ya del predominio de la izquierda en ese mundo, no porque existan mas profesores de izquierda que no, eso es otro mito, pero si es cierto que su organización, vía sindicatos es infinitamente superior y, además, subvencionados por los ciudadanos. Hay que erradicar EpC, hay que acabar con las subvenciones a los sindicatos, también partidos, organizaciones patronales y otros grupos que deben mantenerse con sus medios. La enseñanza debe ser lo mas libre y pluralista, sin control ideológico por parte de nadie y con respeto al derecho de los padres a elegir la misma para sus hijos.

También fundamental es el apoyo a la familia, ese núcleo tan atacado y el que está manteniendo a nuestra sociedad en estos momentos de crisis. Esos apoyos no deben ser, solo de tipo económico en el sentido subvención, más bien hay que articular sistemas imaginativos de ayuda y eso es urgente.

La infancia es nuestra esperanza y no puede permitirse que no sean sus familias quienes dicten su educación, su formación, sus valores. El Estado debe apoyar eso pero no imponer sus principios sean los que sean.

Si el PP únicamente se centra en los gravísimos temas económicos, que deben tener una cierta prioridad, pero olvida los valores, su victoria no servirá para regenerar a nuestra nación y solo para sacarla del marasmo, lo que no es suficiente. Hay que pensar en España, siempre en España, sobre todo.

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