Desde los años de la transición, la palabra España y lo que conlleva ha entrado en un prolongado declive, expresiones como “este país”, “el estado”, etc. han sustituido paulatinamente a España. Otro tanto ha ocurrido con los símbolos, la bandera no aparece mas que en contados actos, si hay manifestaciones la profusión es de banderas republicanas, regionales, de países extranjeros o grupos terroristas como el del Partido de los Trabajadores kurdo, que debe estar de moda, o del Frente Polisario o de cualquier otro grupo, facción o lo que sea. Si llevas algún signo distintivo, una banderita, una pulsera, rápidamente aparecen torvas miradas y los mas comprensivos te dicen, en un susurro, “¿qué haces?, van a tomarte por un facha”. Si llevas una bandera republicana, catalana separatista, la de Sabino convertida en la de la llamada Euskadi, la de un grupo terrorista o nación extranjera, eres bien visto, eres un progresista y eres políticamente correcto, pero ¡ay de ti! Como lleves algún signo español, o escuches el himno respetuosamente sin hablar con el de al lado y echarte unas sonrisitas, como Zapatero, serás baqueteado y puesto en la picota.
Sin embargo no debe sorprendernos, pues este problema viene de antiguo. Recordemos que el mismo día de la proclamación de la IIª República, tan querida por la izquierda, en muchas manifestaciones se daban vivas a la URSS y no a España y que durante la guerra civil la Puerta de Alcalá tuvo sus arcos tapados por carteles de próceres comunistas y que el grito mas escuchado era ¡Viva Rusia!, por la URSS claro. Igualmente recordemos que en los tiempos finales del franquismo y primeros de la transición, el PSOE se manifestaba por la autodeterminación junto al PNV con banderas de Euskadi, o sea la de Sabino, sin que apareciera la española para nada, ¿recuerdas Txiki Benegas?.
Una parte sustancial de la izquierda nunca ha creído en España y sino que se lo digan al actual Presidente del Gobierno cuya patria es cualquier tontería pero no España, de la que incluso duda que sea una nación. Y la derecha, cobardemente se ha escondido durante mucho tiempo con ese complejo endémico ante las acusaciones de la izquierda tildándolos de fachas.
Ha llegado el momento de que quienes creemos en España y que es nuestra Patria lo reivindiquemos sin complejos, enarbolemos sus signos con orgullo y defendamos su nombre y su contenido frente a los enemigos que quieren su destrucción, ¡Viva España!.
Sin embargo no debe sorprendernos, pues este problema viene de antiguo. Recordemos que el mismo día de la proclamación de la IIª República, tan querida por la izquierda, en muchas manifestaciones se daban vivas a la URSS y no a España y que durante la guerra civil la Puerta de Alcalá tuvo sus arcos tapados por carteles de próceres comunistas y que el grito mas escuchado era ¡Viva Rusia!, por la URSS claro. Igualmente recordemos que en los tiempos finales del franquismo y primeros de la transición, el PSOE se manifestaba por la autodeterminación junto al PNV con banderas de Euskadi, o sea la de Sabino, sin que apareciera la española para nada, ¿recuerdas Txiki Benegas?.
Una parte sustancial de la izquierda nunca ha creído en España y sino que se lo digan al actual Presidente del Gobierno cuya patria es cualquier tontería pero no España, de la que incluso duda que sea una nación. Y la derecha, cobardemente se ha escondido durante mucho tiempo con ese complejo endémico ante las acusaciones de la izquierda tildándolos de fachas.
Ha llegado el momento de que quienes creemos en España y que es nuestra Patria lo reivindiquemos sin complejos, enarbolemos sus signos con orgullo y defendamos su nombre y su contenido frente a los enemigos que quieren su destrucción, ¡Viva España!.
1 comentario:
Es bueno estar orgulloso de tu país y por lo tanto respetar sus símbolos. Pero no me parece determinante el hecho de defender el país porque sí. Yo lo defendería por su significado histórico, la democracia, la libertad, pero no a unos símbolos sin significado. No me gusta la exacerbación patriótica de la extrema derecha con su violencia y sus cánticos tontainas. Creo en un patriotismo libre y maduro. Sosegado y normal como en EEUU o en (sic) Francia.
Y esto lo opino porque no aguanto a los que utilizan a España como arma arrojadiza.
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