El asunto boliviano a puesto de manifiesto, otra vez, la falta de estrategia de este gobierno en materia de política internacional. Al llegar al poder solo tenía dos objetivos: la retirada de Irak y la vuelta “al corazón de Europa” pero sin que las mismas formasen parte de un plan mas elaborado y, ni siquiera, en si mismos tenían otra razón de ser que la puramente electoralista y cortoplazista.
Las realidades, como suele ocurrir, han puesto de manifiesto la inoperancia de esos objetivos y de las acciones a ellos unidas. NI hemos vuelto al corazón de Europa, por la sencilla razón de que Europa no tiene ese corazón, pues la crisis por la que atraviesan lo supuestos motores Alemania y Francia unida a la política de nuestro gobierno de malquistarse con Alemania, Merkel la fracasada” o tema OPA, nos aleja mas que nos acerca, ni la retirada cobarde y precipitada de Irak nos ha dado ningún prestigio salvo entre los defensores del totalitarismo tercermundista. A ello añadamos nuestra incapacidad de forjar alianzas con los países que debían ser nuestros aliados naturales, como Polonia y veremos que nuestra posición en Europa es bastante aislada y débil. Otro eslabón de nuestra política son las malas relaciones con EEUU y nuestra alianza con dictadores, como Fidel o tiranos como Chávez. ¡Y no hay mas!.No hay una política coordinada para mejorar las relaciones con EEUU, no conseguimos aunar un bloque en Europa, entreguismo con Marruecos, nada en el resto de África, salvo repartir algunos euros sin control, ni por supuesto hacia Asia. Respecto a Oriente Medio, el antiamericanismo y antiisraelismo de la actual administración española, nos deja, prácticamente, fuera de juego en la política de la zona, pues ni EEUU ni, sobre todo, Israel confían en el gobierno.
Otra faceta nada contemplada es la económica. Cuando todos los países están dando una gran importancia a sus relaciones internacionales económicas, España no solo no presta la debida atención, sino que dentro de esa política de “buenismo” y “talante” deja a nuestras empresas a los pies de los caballos, primero en Argentina, después en Venezuela y ahora en Bolivia. Hemos pasado de firmes candidatos al G8 a miembros del club de los antisistema.
La relaciones internacionales son un elemento esencial de la política de un país, mas en estos tiempos de globalización. Cuesta mucho conseguir los objetivos estratégicos y, para ello, debe existir un plan coordinado y global. También cuesta trabajo y tiempo, así como mucha habilidad diplomática y claridad en los objetivos, posicionarse en el contexto de las naciones en el lugar que corresponde y España lo estaba consiguiendo con el anterior gobierno. El problema es que lo que cuesta habilidad y tiempo se puede desmoronar en pocos años y el gobierno de ZP ha conseguido en dos años dejar nuestra política exterior en un estado que solo se puede catalogar de lamentable: sin aliados fiables, sin posición estratégica y sin objetivos a medio y largo plazo. Es el resultado de una concepción ideológica trasnochada y claramente superada pero que es el único bagaje intelectual de ZP y su equipo dando como resultado el deterioro de nuestra posición internacional política y económica y, por ende, tener que asumir graves perjuicios para nuestras empresas, trabajadores y accionistas y sino que se lo digan a los de Repsol.
Las realidades, como suele ocurrir, han puesto de manifiesto la inoperancia de esos objetivos y de las acciones a ellos unidas. NI hemos vuelto al corazón de Europa, por la sencilla razón de que Europa no tiene ese corazón, pues la crisis por la que atraviesan lo supuestos motores Alemania y Francia unida a la política de nuestro gobierno de malquistarse con Alemania, Merkel la fracasada” o tema OPA, nos aleja mas que nos acerca, ni la retirada cobarde y precipitada de Irak nos ha dado ningún prestigio salvo entre los defensores del totalitarismo tercermundista. A ello añadamos nuestra incapacidad de forjar alianzas con los países que debían ser nuestros aliados naturales, como Polonia y veremos que nuestra posición en Europa es bastante aislada y débil. Otro eslabón de nuestra política son las malas relaciones con EEUU y nuestra alianza con dictadores, como Fidel o tiranos como Chávez. ¡Y no hay mas!.No hay una política coordinada para mejorar las relaciones con EEUU, no conseguimos aunar un bloque en Europa, entreguismo con Marruecos, nada en el resto de África, salvo repartir algunos euros sin control, ni por supuesto hacia Asia. Respecto a Oriente Medio, el antiamericanismo y antiisraelismo de la actual administración española, nos deja, prácticamente, fuera de juego en la política de la zona, pues ni EEUU ni, sobre todo, Israel confían en el gobierno.
Otra faceta nada contemplada es la económica. Cuando todos los países están dando una gran importancia a sus relaciones internacionales económicas, España no solo no presta la debida atención, sino que dentro de esa política de “buenismo” y “talante” deja a nuestras empresas a los pies de los caballos, primero en Argentina, después en Venezuela y ahora en Bolivia. Hemos pasado de firmes candidatos al G8 a miembros del club de los antisistema.
La relaciones internacionales son un elemento esencial de la política de un país, mas en estos tiempos de globalización. Cuesta mucho conseguir los objetivos estratégicos y, para ello, debe existir un plan coordinado y global. También cuesta trabajo y tiempo, así como mucha habilidad diplomática y claridad en los objetivos, posicionarse en el contexto de las naciones en el lugar que corresponde y España lo estaba consiguiendo con el anterior gobierno. El problema es que lo que cuesta habilidad y tiempo se puede desmoronar en pocos años y el gobierno de ZP ha conseguido en dos años dejar nuestra política exterior en un estado que solo se puede catalogar de lamentable: sin aliados fiables, sin posición estratégica y sin objetivos a medio y largo plazo. Es el resultado de una concepción ideológica trasnochada y claramente superada pero que es el único bagaje intelectual de ZP y su equipo dando como resultado el deterioro de nuestra posición internacional política y económica y, por ende, tener que asumir graves perjuicios para nuestras empresas, trabajadores y accionistas y sino que se lo digan a los de Repsol.
1 comentario:
No puedo estar más de acuerdo con tus posiciones. Desde el fracaso del referendum del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, todo ese europeísmo rampante con el que quería inundar el país ZP se diluyó en la nada. Los franceses votaron que no y adiós a las fotos con los grandes. España vuelve a la segunda división europea.
Referente a Hispanoamérica, España debería tener un papel de "liderazgo" en esa región, por lo menos debería mediar en los asuntos transnacionales, quizás de la mano de EEUU, pero vemos que nada de nada. Antiamericanismo y anticapitalismo rampantes.
Respecto a Oriente Medio, escudarnos tras la debilidad diplomática de la UE no sólo no nos favorece, sino que perjudica nuestra reputación entre la Liga Árabe con la que deberíamos tener buenas relaciones de cara a mediar en el conflicto palestino y otros que pudieran surjir.
Bueno y de nuestro vecino del sur ya mejor ni hablamos, con esas grandes ideas como por ejemplo quitarles los pinchos a las alambradas para que cuando salten los inmigrantes no se hagan daño. Uao.
Dentro de poco veremos cómo Leire Pajín manda a los Guardias Civiles de la frontera recibir con un beso en la boca a los inmigrantes. Y si no, al tiempo.
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