viernes, junio 01, 2007

¿Qué política exterior?

La llegada a España de la Secretaria de Estado, Sra. Rice, ha servido al gobierno para dar por cancelada la crisis con EEUU. Sin embargo, nada más lejos de la realidad porque los norteamericanos saben que nuestra política exterior es bastante antioccidental y no confían en nosotros, habiendo dejado de ser un aliado estratégico con lo que ello implica. No es ya el problema de cómo abandonamos Irak, se trata de temas mucho mas cercanos, como la absurda Alianza de Civilizaciones o nuestro apoyo a regímenes totalitarios como Cuba, Venezuela o Bolivia. Las últimas actuaciones del ínclito Moratinos en Cuba forman parte de esa política en la que se apoya a los dictadores y se ignora a los perseguidos, igual que hace el gobierno con el tema del País Vasco respecto a Batasuna-ETA y las victimas del terrorismo: se premia a los asesinos como De Juana y se sanciona a la AVT.
Pero el fracaso de nuestra política exterior no solo tiene que ver con EEUU, lo que ya de por si sería grave, en Europa nos hemos quedado aislados y fuera de todas las tomas de decisión fundamentales. Los “aliados” del Presidente Rodríguez han salido de la historia y los nuevos dirigentes tiene pocas razones para confiar en el gobierno español, no solo por los ataques personales hacia algunos, como Ángela Merkel, o los choques con otros, como Sarkozy en su época de Ministro del Interior, sino porque, además, nos enajenamos a quienes debían ser nuestros aliados naturales, como Polonia, la cual, gracias a los desplantes de Rodríguez, recordemos su “cansancio” para no ir a Varsovia y a los ataques gratuitos de Zerolo, otro que tal baila, difícilmente hará frente común con España para ningún asunto. Las consecuencias ya se empiezan a ver, pese a que Moratinos afirmó no hace mas allá de dos semanas que la Constitución Europea no sería reformada, ayer el Presidente aceptó ante Sarkozy el nuevo modelo que pergeña Alemania y Francia sin plantear en ningún momento, uno de los aspectos mas esenciales para nuestra patria, el reparto de votos que tan favorable nos era tras el Acuerdo de Niza, negociada por Aznar y que de salir adelante, que saldrán, los nuevos planteamientos francoalemanes, nos dejarán en posición mas débil obligándonos a forjar alianzas mas complejas y con los amigos que tiene Rodríguez, ¡vamos dados!. Así que, nuestro peso específico en Europa, que tanto elevó Aznar, se va a quedar a la altura del betún y sino, al tiempo.
De otras zonas, para que hablar, pues ni en Oriente Medio pintamos nada, sobre todo por nuestra política sectaria en contra de Israel, que, incluso, ha hecho reaccionar a exponentes del socialismo, ni en África donde los países del África negra se limitan a sacarnos los cuartos y a enviar cada vez mas pateras y cayucos, sin que este gobierno haya sabido imponerse ni mediante una diplomacia hábil ni por la firmeza de sus actuaciones, lo que unido a la política “calderera” de papeles para todos, hace que el 10% de nuestra población sea emigrante, sin contar los ilegales, convirtiéndose en una bomba de relojería que, probablemente, no tardé en estallar.
Respecto a Marruecos, las cesiones que empezaron con la oposición socialista a la recuperación de Perejil y ha terminado con la aceptación de las tesis marroquíes sobre el Sáhara, no han servido ni para frenar el flujo de emigrantes ni el de las drogas, por no hablar del de terroristas infiltrados, haciendo, además, sospechar de la firmeza socialista en la defensa de Ceuta y Melilla. Eso si, como en el caso de África se derrama dinero a espuertas, sin condiciones ni criterio, solo para beneficio de ciertos grupos y personas. Por último, de Asia para que hablar, el viaje de la “chica vogue” a China no ha servido para conseguir ventajas económicas o políticas, ni siquiera se ha exigido a los chinos la mejora en los derechos humanos, convirtiendo la visita en otro acto folklórico a la que tan aficionada es la señora vicepresidenta y sino baste recordar el realizado a Mozambique, ¡eso si!, sin los ridículos bailecitos y tocados de flores de marras.
En definitiva, que nuestra política exterior es casi inexistente, estamos enfrentados o somos ignorados por los países más importantes y el resto, conociendo nuestras contradicciones e inoperancia, se limitan a sacarnos lo que pueden y eso en un mundo cada vez más globalizado solo puede conducir a que nuestro país se convierta en un cero a la izquierda en lo económico y en lo político.

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