martes, junio 12, 2007

¡Qué flojo eres, Mariano!

He querido esperar a que tuviese la reunión entre el Presidente del Gobierno y el del PP para, con mas datos, opinar sobre la misma. La verdad, es que nunca he sido partidario de dicha reunión, porque, el Jefe del Gobierno, se debe pronunciar en el Parlamento, donde se encuentra la representación popular. Allí debería acudir y explicar ante sus señorías y ante toda la nación, las razones que le han llevado a mentirnos durante años sobre sus contactos con ETA, si ha decidido romper esos acuerdos y que medidas piensa tomar. En lugar de ello, ha preferido otra de las famosas “escenas del sofá” a las que tanta utilidad sacó Felipe González.
Se trata de la octava vez que se reúnen ambos dirigentes y de todas las anteriores salió escaldado el Sr. Rajoy, pese a ello vuelve a reunirse con Rodríguez y, sin condiciones, le presta su apoyo para derrotar a ETA. Pero, ¿le ha dicho que medidas piensa tomar el Gobierno para derrotar a ETA?, ¿porqué no le ha exigido, como dijo, que se inicie la ilegalización de ANV?, ¿porqué no le ha puesto como condición que no pacte con los etarras ni el País Vasco ni en Navarra?. ¡Pues no!, ¡otro cheque en blanco al trilero de Rodríguez!. Y es que el Sr. Rajoy está demostrando, una vez mas, que le falta dureza y firmeza, incluso creo que ni siquiera tiene claro su perfil ideológico. Es verdad que la culpa, en principio, no es suya sino del a organización que preside y de las reminiscencias que ahogan la misma. El miedo a definirse como un partido de derechas les obliga a realizar verdaderos equilibrios sobre el alambre: que si centristas, que si centro liberal, etc. definiciones que no significan nada salvo la ambigüedad de un proyecto insulso. En su obsesión por recuperar el “centrismo” de la UCD, parecen olvidar que dicho partido no fue mas que una amalgama de personalidades y siglas que saltó por los aires en cuanto se inició la democracia, saliendo cada uno corriendo hacia su nicho ideológico, no quedando de la UCD ni las raspas y se de lo que hablo, porque pertenecí al mismo.
El PP, al refundarse desde AP, intentó quitarse, lo que consideraba el sambenito de “franquista”, como si ello fuese el mayor delito, olvidando que las filas de los otros partidos, sobre todo el PSOE, estaban llenos de azules, pero la cobardía de la derecha española, la llevó a definirse de “centro” o”centro reformista”, solo palabras sin contenido. Desde entonces y desde el punto de vista ideológico, el PP, no ha tenido una definición clara, unas veces han primado los principios democristianos, otros los mas socialdemócratas y, a veces, lo que eufemísticamente se ha llamado “derecha social”, pero nunca se ha constituido como un partido liberal-conservador y, tampoco, ha tenido la firmeza de aplicar esos principios: tragó con el aborto, a sabiendas del coladero que es España, tragó con en CGPJ politizado y, si vuelve al poder, tragará con los matrimonios homosexuales y, me temo, con la educación para la ciudadanía. La última moda, es apuntarse al nacionalismo rampante, como nos demuestran cada día Piqué, Feijoo o Matas. Por si fuera poco, ya está D. Mariano ofreciéndose a los nacionalistas “moderados”, aquellos que han ido al notario para firmar que nunca pactarán con él.
Lamentablemente, quienes nos consideramos liberal-conservadores no tenemos una referencia política en España y si bien es verdad que existen elementos de una relativa proximidad a esas ideas, como Esperanza Aguirre, no son el elemento dominante, más bien son la excepción, pues priman los posibilistas.
Por ello digo que el Sr. Rajoy no es el único culpable de su debilidad, ya que no tiene un corpus ideológico en que apoyarse. Pero ello no significa que no tenga responsabilidad, especialmente, repito, por su falta de firmeza, permitiendo los devaneos de los mencionados Piqué, Feijoo o Matas, sin olvidar a Gallardón. También, por lo que empieza a parecer un repugnante servilismo ante CiU y PNV o la mencionad entrevista con Rodríguez, cuando no hacía ni 24 horas que el Presidente y también la Vicepresidenta habían menospreciado la reunión. Esta debilidad, esta falta de firmeza no se pueden compensar con su bonhomía lo que unido a su inteligencia, experiencia y formación hubiesen hecho de él un buen Presidente del Gobierno, razón por la que fue elegido, pero cuya contrapartida es sus grandes carencias como líder de la oposición.La reunión de ayer fue una inyección para el Presidente del Gobierno y, me temo, que un fracaso del Sr. Rajoy cuyas consecuencias podemos pagarlas todos los españoles, pues no es de creer que la panda de Rodríguez vaya a cambiar lo que es su pensamiento guía: la modificación del modelo constitucional y la eliminación de la derecha.

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