Uno de los aspectos que más me sorprende de comentaristas y políticos es la capacidad de analizar y vislumbrar el futuro cuando apenas se han cerrado las urnas. Que sin más datos que unas encuestas “israelitas” sean capaces de explicar los inexistentes resultados y prever sus consecuencias me deja estupefacto.
Como no soy tan inteligente ni tan hábil como ellos, he procurado esperar a los resultados finales para, una vez analizados, aunque sea someramente, reflexionar sobre los mismos, desde luego sin ánimo de prever el futuro, solamente como ejercicio de una persona interesada en la política y preocupada por su país.
Lo primero que se deduce es que la situación entre los dos partidos mayoritarios sigue, prácticamente, en empate técnico. La diferencia de unos 150.000 votos a favor del PP no es significativa aunque puede ser indicativa. Los “suelos” de ambos partidos siguen siendo sólidos y el PSOE no ha sufrido un gran desgaste.
Lo segundo que se constata, es que las apuestas personales del Presidente han sido un fiasco, esencialmente, su candidato a la Alcaldía de Madrid. Ni la persona, ni su programa, ni la campaña han estado a la altura que se podía esperar de un candidato elegido por el propio Presidente del Gobierno, lo que dice muy poco de la capacidad de éste para elegir primeros espadas, tema que ya sabíamos por la composición de su gobierno.
El tercer aspecto es la fuerza que partidos nacionalistas y separatistas, así como la casi insignificante IU, tiene a la hora de componer mayorías. Que el PP pueda perder 12 o 14 ciudades y hasta 2 Comunidades siendo la fuerza mayoritaria, dice mucho de ese peso y pone una interrogante sobre la democracia española.
El cuarto aspecto son los puntos fuertes de cada partido. Respecto al PSOE, mantiene la fuerza en sus feudos: Andalucía, donde ha incrementado sus votos un 2,43%, Aragón un 1,74%, Asturias 1,90%. También ha incrementado fuertemente su intención de voto en Canarias 2,69%, Islas Baleares hasta un 7% o País Vasco un 3,26%. En cuanto al PP ha obtenido un resonante éxito en Madrid con un incremento de mas del 4%, Comunidad Valenciana, casi un 4% o Murcia un 2,45%. Ha empezado a resquebrajar el dominio, todavía apabullante, del PSOE en Castilla La Mancha, un 1,48% o Extremadura con un 1,17%, manteniendo sus otros feudos sólidamente: Castilla y León, La Rioja, etc.
Respecto a los puntos débiles, para el PSOE esencialmente Madrid, -4,28%, Navarra con casi un 2% menos de votos, Murcia con mas del 2% de caída o Cantabria con casi el 3%. El PP sufre preocupantes caídas en canarias, mas del 4%, País Vasco mas del 3%, Galicia y Cataluña. En conclusión, el PSOE ha subido en 11 comunidades y bajado en 8, incluyendo Ceuta y Melilla y el PP ha subido en 14 y bajado en 5.
El quinto aspecto es que con estos resultados está claro que ambas fuerzas están muy equilibradas: el PSOE debe recuperar votos en Madrid y Comunidad Valenciana, por los escaños en juego, si quiere ganar las generales y, de la misma forma, el PP debe incidir en Cataluña y Andalucía, ya que sin una mejora en ambas comunidades difícilmente alcanzará el gobierno.
¿Porqué se han dado estos resultados?. Es difícil saberlo pese a todos lo análisis eruditos, pero si hay algunos aspectos evidentes según las regiones: en Madrid la gestión tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento que han convertido a la misma en el motor de España y en una de las regiones líderes en Europa. Unido a la escasa entidad de los candidatos del PSOE y a su inexistente programa han llevado a la gran victoria popular y a la hecatombe del PSOE. Otro tanto ha ocurrido en la Comunidad Valenciana, también convertida en referencia nacional y europea, junto a la Valencia de Rita Barberá, ciudad que, junto a Madrid y quizás por encima, ha sufrido la mayor transformación de los últimos años. A ello hay que unir el rechazo de los valencianos a la política hidrológica del gobierno En Baleares, la posible pérdida de la Comunidad no viene dada tanto por pérdida de votos, que ha incrementado, como por los devaneos neonacionalistas de Matas y la fuerte campaña por los temas urbanísticos no contrarrestados por el escándalo de Ibiza que afecta al PSOE.
Como no soy tan inteligente ni tan hábil como ellos, he procurado esperar a los resultados finales para, una vez analizados, aunque sea someramente, reflexionar sobre los mismos, desde luego sin ánimo de prever el futuro, solamente como ejercicio de una persona interesada en la política y preocupada por su país.
Lo primero que se deduce es que la situación entre los dos partidos mayoritarios sigue, prácticamente, en empate técnico. La diferencia de unos 150.000 votos a favor del PP no es significativa aunque puede ser indicativa. Los “suelos” de ambos partidos siguen siendo sólidos y el PSOE no ha sufrido un gran desgaste.
Lo segundo que se constata, es que las apuestas personales del Presidente han sido un fiasco, esencialmente, su candidato a la Alcaldía de Madrid. Ni la persona, ni su programa, ni la campaña han estado a la altura que se podía esperar de un candidato elegido por el propio Presidente del Gobierno, lo que dice muy poco de la capacidad de éste para elegir primeros espadas, tema que ya sabíamos por la composición de su gobierno.
El tercer aspecto es la fuerza que partidos nacionalistas y separatistas, así como la casi insignificante IU, tiene a la hora de componer mayorías. Que el PP pueda perder 12 o 14 ciudades y hasta 2 Comunidades siendo la fuerza mayoritaria, dice mucho de ese peso y pone una interrogante sobre la democracia española.
El cuarto aspecto son los puntos fuertes de cada partido. Respecto al PSOE, mantiene la fuerza en sus feudos: Andalucía, donde ha incrementado sus votos un 2,43%, Aragón un 1,74%, Asturias 1,90%. También ha incrementado fuertemente su intención de voto en Canarias 2,69%, Islas Baleares hasta un 7% o País Vasco un 3,26%. En cuanto al PP ha obtenido un resonante éxito en Madrid con un incremento de mas del 4%, Comunidad Valenciana, casi un 4% o Murcia un 2,45%. Ha empezado a resquebrajar el dominio, todavía apabullante, del PSOE en Castilla La Mancha, un 1,48% o Extremadura con un 1,17%, manteniendo sus otros feudos sólidamente: Castilla y León, La Rioja, etc.
Respecto a los puntos débiles, para el PSOE esencialmente Madrid, -4,28%, Navarra con casi un 2% menos de votos, Murcia con mas del 2% de caída o Cantabria con casi el 3%. El PP sufre preocupantes caídas en canarias, mas del 4%, País Vasco mas del 3%, Galicia y Cataluña. En conclusión, el PSOE ha subido en 11 comunidades y bajado en 8, incluyendo Ceuta y Melilla y el PP ha subido en 14 y bajado en 5.
El quinto aspecto es que con estos resultados está claro que ambas fuerzas están muy equilibradas: el PSOE debe recuperar votos en Madrid y Comunidad Valenciana, por los escaños en juego, si quiere ganar las generales y, de la misma forma, el PP debe incidir en Cataluña y Andalucía, ya que sin una mejora en ambas comunidades difícilmente alcanzará el gobierno.
¿Porqué se han dado estos resultados?. Es difícil saberlo pese a todos lo análisis eruditos, pero si hay algunos aspectos evidentes según las regiones: en Madrid la gestión tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento que han convertido a la misma en el motor de España y en una de las regiones líderes en Europa. Unido a la escasa entidad de los candidatos del PSOE y a su inexistente programa han llevado a la gran victoria popular y a la hecatombe del PSOE. Otro tanto ha ocurrido en la Comunidad Valenciana, también convertida en referencia nacional y europea, junto a la Valencia de Rita Barberá, ciudad que, junto a Madrid y quizás por encima, ha sufrido la mayor transformación de los últimos años. A ello hay que unir el rechazo de los valencianos a la política hidrológica del gobierno En Baleares, la posible pérdida de la Comunidad no viene dada tanto por pérdida de votos, que ha incrementado, como por los devaneos neonacionalistas de Matas y la fuerte campaña por los temas urbanísticos no contrarrestados por el escándalo de Ibiza que afecta al PSOE.
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