martes, enero 02, 2007

Derrota islamista en Somalia

La crisis que asola Somalia desde la derrota de Siad Barre en 1991 y que ha llevado a la práctica desintegración del país, alcanzó nuevas cotas de peligro, que englobaban a la ya convulsa zona del Cuerno de África y aledaños, con la aparición hace pocos meses de los llamados Tribunales Islámicos, una organización islamista, como su propio nombre indica y cuyos dirigentes parecen ser muy afines a los terroristas de Al Qaeda. No están claras las causas de su creación, aunque parece haberse gestado desde la mencionada Al Qaeda y potenciada con el apoyo de Eritrea.

Breve historia

La situación político-religioso-étnica de la zona se mezcla con su importancia estratégica. Para empezar, asistimos a un fuerte enfrentamiento entre Eritrea y Etiopía que tiene su lejana causa en la incorporación, en 1952, de la primera a la segunda como resultado del abandono del territorio por la ONU tras un período bajo su control ejercido por el Reino Unido. El entonces régimen de Haile Selassie argumentó que Eritrea había sido parte de Abisinia y arrebatado por Italia en las campañas del siglo XIX. Mas allá de las justas o no reivindicaciones etíopes y no estando maduras las condiciones internacionales para la independencia de África, que no se iniciaría hasta unos años después, se acordó federar ambos países, situación que no duró pues en 1962 el emperador la incorporó como parte integrante del Imperio. Pronto surgieron movimientos nacionalistas armados que culminaron con la independencia eritrea en 1993. Etiopía, que atravesaba una crisis incluso identitaria con números movimientos separatistas y recién salida de un régimen marxista brutal, aceptó a regañadientes dicha independencia, aunque pronto los enfrentamientos entre ambas naciones se convirtió en una verdadera guerra en 1997 y 2000, con desastrosos resultados para ambas partes y ganancias para ninguna. Desde entonces se estableció un frágil alto el fuego controlado por la ONU, mientras el Tribunal Internacional de Justicia acordaba, en 2002, las fronteras entre ambos. Sin embargo, la no aceptación por Asmara de dicha resolución y los odios cainitas entre ambos han tenido como consecuencia que los enfrentamientos hayan han seguido menudeando y que los mismos de trasladasen al país limítrofe: Somalia.

Situación actual

Tras la independencia, Eritrea intentó convertirse en el aliado privilegiado de EEUU en la región, pero tras el 11S y habiendo Etiopía alcanzado una cierta estabilidad y su régimen haber seguido una política de moderación, los norteamericanos prefirieron apoyarse en ese aliado tradicional de occidente, salvo en el mencionado período marxista de Haile Mariam. Ese apostar por Etiopía llevó al gobierno de Asmara a cambiar su política y pasar al apoyo a los movimientos islámicos de la zona y a países como Sudán, pese a que su población es, mitad por mitad, cristiana copta y musulmana. El objetivo era, sobre todo crear dificultades a Etiopía y para ello lo mas eficaz era apoyar el irredentismo somalí en Ogaden, que ya estaba enfrentado con el gobierno de Addis Abeba.
La creación de los Tribunales islámicos, fue aprovechada por Asmara para ahondar en esa estrategia y así empezaron a enviar material y algunas fuerzas para apoyar el ataque que los islamistas lanzaron contra el dividido y débil gobierno federal de transición somalí. La descomposición de las fuerzas de los señores de la guerra llevó al éxito a los Tribunales que en junio de este año ocuparon Mogadiscio e impusieron la sharia como norma de gobierno. Y aquí empieza el habitual dislate de los “progres” europeos. Pronto empezamos a leer y oír que la población había recibido muy bien a los islamistas porque estaban imponiendo el orden, con la sharia, pero ¡en fin!, a cambio había “paz”, ¿no suena el mensaje?. Una vez mas, los defensores del ”buenismo” y no solo en España, apoyaban una dictadura islamista por aquello de una supuesta paz. Pero la realidad era bien otra, asesinatos, torturas, cierre de cines, bares, prohibición del fútbol, otro estado talibán en ciernes.
Ciertamente no hubiese pasado nada, pues occidente no hubiese movido un dedo por defender a los somalíes, al parecer muy “contentos” con los islamistas, pero EEUU veía con preocupación como esa zona estratégica, en la entrada del Mar Rojo y cercana a la base de Djibouti podía caer en manos de Al Qaeda. Además, el régimen sudanés, al que Eritrea había apoyado contra los rebeldes cristianos del Sur y en el actual conflicto de Darfur, saldría reforzado y la expansión islamista, ya muy presente en la zona del Sahel ( ver mi post de 18 de octubre “Crisis en África Oriental”) podría ser imparable. Como también Etiopía estaba preocupada pues los islamistas estaban cerca de su frontera este, la del Ogaden poblado por somalíes y el apoyo de los Tribunales islámicos y de Eritrea a los rebeldes del ONLF era un hecho, el gobierno de ese país, con el apoyo tácito aunque no parece que práctico, en cuanto a medios o material de EEUU, decidió intervenir si no se llegaba a un acuerdo entre los islamistas y el gobierno de transición. Habiendo fracasado esas negociaciones y retomado la ofensiva de los islamistas hacia la capital provisional y hacia el Norte del país, decidieron intervenir y ¡oh!, ¡sorpresa!, en una semana el ejército etíope y las tropas del gobierno barrieron a los islamistas, ciertamente inferiores militarmente, pero, lo mas “sorprendente” ante los análisis hechos por los “especialistas”, es que la población de las diversas ciudades, incluyendo Mogadiscio, dos millones de habitantes, no movió un dedo en defensa de los islamistas, los cuales huyeron en tropel hacia el puerto de Kisimayu, que se consideraba el bastión fuerte de los islamistas y que también ha caído sin, prácticamente, resistencia.
El resultado de este breve aunque sangriento choque, ha demostrado que los islamistas no son tan poderosos y que los pueblos no los quieren por mucha “paz” que traigan, que cuando hay voluntad de derrotarlos se puede conseguir y que las personas quieren la verdadera paz y la libertad, no la que deciden unos fanáticos obtusos imbuidos de una falsa religiosidad. ¿Lo habrán entendido nuestros defensores de la Alianza de Civilizaciones?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PARA EL CORAN CACA DE LA VACA