Ahora que tanto se está hablando de la memoria histórica del franquismo, es buen momento para tratar otras memorias históricas, como la concomitancia entre ETA y el terrorismo internacional y, especialmente el islámico.
Retrotrayéndonos a los años ’60, concretamente a enero de 1966 cuando en La Habana se funda la OSPAAL, organización tapadera de movimientos terroristas camuflados como movimiento de liberación. Para hacernos idea recordemos que asistieron representantes de Corea del Norte, Vietnam, Siria, la OLP, loas mulelistas del Congo, etc. De allí salió un plan de acción contra Occidente pilotado por la KGB quién a través de Cuba y otros títeres en el tercer mundo organizó las campañas terroristas de los ’70 y apoyó y financió a bandas como las Brigadas Rojas, Baader-Meinhof, Septiembre Negro, Ejército Rojo japonés, Grupo Abu Nidal, IRA y ETA. De esta colaboración surgió la idea de que etarras se entrenaran en campos de Fatal en el Líbano, del FPLP en Yemen del Sur o en Libia. Allí aprendieron técnicas de sabotaje, terrorismo, manejo de armas y comunicaciones, etc. y anudaron lazos con terroristas de todo el mundo, como los antes citados.
Durante años esta colaboración entre lo mas granado de los asesinos del mundo estuvo, como comenté antes, por la KGB a través de testaferros tristemente famosos como el asesino venezolano “Carlos”. La crisis de Afganistán y el inicio del derrumbamiento del comunismo, rompió esa alianza, pero los grupos terroristas de occidente, aunque ya no tuviesen el control de la URSS a través de sus agentes o de los testaferros comunistas como Cuba, siguieron colaborando con los grupos islámicos ahora apoyados por Irán y Siria. De forma y manera que “Carlos” tras huir de los países comunistas cuando este régimen se derrumbó acabó refugiado en el Sudán islamista, donde sería capturado en los ’90 por los franceses.
Al igual que el IRA, la ETA siguió manteniendo sus contactos con los terroristas, sobre todo de Fatah y del FPLP, de los que recibía asesoramiento y armas, así como de la Libia de Gadafi.
El intento de Fatah de ganar respetabilidad cortó, por lo menos públicamente, esos apoyos y los del FPLP disminuyeron por su propia debilidad, así como Gadafi rompió los mismos en un intento de acercarse a Occidente.
Dichos apoyos fueron sustituidos, aunque no se sabe el grado, por los de Hamás e Hizbulá, mientras que el aparato político de ETA creaba comités y grupos de apoyo a los terroristas en el País Vasco. Y después el 11M.
Con este devenir histórico y los acontecimientos anteriores y posteriores al 11M, entre los que figuran las negociaciones con ETA y conociendo la alianza ETA-islamistas, ¿sorprenden las declaraciones de ZP o Blanco?, a mi desde luego no.
Retrotrayéndonos a los años ’60, concretamente a enero de 1966 cuando en La Habana se funda la OSPAAL, organización tapadera de movimientos terroristas camuflados como movimiento de liberación. Para hacernos idea recordemos que asistieron representantes de Corea del Norte, Vietnam, Siria, la OLP, loas mulelistas del Congo, etc. De allí salió un plan de acción contra Occidente pilotado por la KGB quién a través de Cuba y otros títeres en el tercer mundo organizó las campañas terroristas de los ’70 y apoyó y financió a bandas como las Brigadas Rojas, Baader-Meinhof, Septiembre Negro, Ejército Rojo japonés, Grupo Abu Nidal, IRA y ETA. De esta colaboración surgió la idea de que etarras se entrenaran en campos de Fatal en el Líbano, del FPLP en Yemen del Sur o en Libia. Allí aprendieron técnicas de sabotaje, terrorismo, manejo de armas y comunicaciones, etc. y anudaron lazos con terroristas de todo el mundo, como los antes citados.
Durante años esta colaboración entre lo mas granado de los asesinos del mundo estuvo, como comenté antes, por la KGB a través de testaferros tristemente famosos como el asesino venezolano “Carlos”. La crisis de Afganistán y el inicio del derrumbamiento del comunismo, rompió esa alianza, pero los grupos terroristas de occidente, aunque ya no tuviesen el control de la URSS a través de sus agentes o de los testaferros comunistas como Cuba, siguieron colaborando con los grupos islámicos ahora apoyados por Irán y Siria. De forma y manera que “Carlos” tras huir de los países comunistas cuando este régimen se derrumbó acabó refugiado en el Sudán islamista, donde sería capturado en los ’90 por los franceses.
Al igual que el IRA, la ETA siguió manteniendo sus contactos con los terroristas, sobre todo de Fatah y del FPLP, de los que recibía asesoramiento y armas, así como de la Libia de Gadafi.
El intento de Fatah de ganar respetabilidad cortó, por lo menos públicamente, esos apoyos y los del FPLP disminuyeron por su propia debilidad, así como Gadafi rompió los mismos en un intento de acercarse a Occidente.
Dichos apoyos fueron sustituidos, aunque no se sabe el grado, por los de Hamás e Hizbulá, mientras que el aparato político de ETA creaba comités y grupos de apoyo a los terroristas en el País Vasco. Y después el 11M.
Con este devenir histórico y los acontecimientos anteriores y posteriores al 11M, entre los que figuran las negociaciones con ETA y conociendo la alianza ETA-islamistas, ¿sorprenden las declaraciones de ZP o Blanco?, a mi desde luego no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario