Los incidentes que se produjeron ayer en Benavente durante la visita del Presidente del Partido Popular son un paso más del PSOE hacia el totalitarismo. No solo trata de expulsar, con la ayuda de separatistas y terroristas, de la vida política al PP, sino que trata de amedrentarlo y eliminarlo de la vida pública. Esta actuación ya empezó durante el asunto del Prestige y las manifestaciones por la Guerra de Irak, cuando cargos, militantes y simpatizantes de los populares, así como sus sedes, eran atacados por turbas dirigidas por responsables del PSOE e IU.
Esos verdaderos ataques terroristas han continuado a lo largo de estos años, recordemos la campaña del referenda en Cataluña, para culmina, por ahora, con los incidentes de Benavente en la que han participado directamente cuadros del PSOE y UGT, en el mas puro estilo del “escuadrismo” fascista. Por cierto, es “curioso” que dirigentes sindicales se conviertan en el brazo armado de un partido en vez de dedicarse a lo que debería ser su obligación: la defensa de los intereses de los trabajadores.
Pero volviendo a los hechos de la hermosa ciudad castellana, parece claro que estas actitudes, unidas a los ataques a la Iglesia, la libertad de enseñanza, los matrimonios homosexuales, forma parte del proyecto de eliminación, cuando menos como parte activa de la sociedad, de una parte esencial de los españoles, en un intento de establecer un modelo socio-político basado en el control de todos los aspectos de la vida por un solo modelo de pensamiento y para ello hay que acabar con el exponente político que puede aglutinar a quienes no aceptan el modelo totalitario y, a su vez, acabar con los medios de comunicación no afines y con las instituciones independientes: Tribunales, colegios concertados o la Iglesia. Esta ofensiva está en pleno apogeo y parece llegado el momento de hacerle frente tanto en las instituciones como en la calle, pues de otra manera se repetir la historia, tan querida por ZP y los suyos, de la República, donde las izquierdas consideraban que solo ellas tenían derecho a gobernar imponiendo su modelo, negando a la oposición ese derecho aunque ganasen legítimamente unas elecciones y, si eso ocurría, levantarse contra ese gobierno como ocurrió en 1934.
Por último, permítaseme una pequeña digresión. Al parecer el Sr. Zerolo está muy indignado con Israel y se manifiesta contra sus ataques a los terroristas musulmanes. ¿Sabe el Sr. Zerolo que él y su pareja lo pasarían muy mal, si no les costaba la vida, en esos países árabes y que el único lugar de Oriente Medio donde no le “atizarían” es en Israel?.
Esos verdaderos ataques terroristas han continuado a lo largo de estos años, recordemos la campaña del referenda en Cataluña, para culmina, por ahora, con los incidentes de Benavente en la que han participado directamente cuadros del PSOE y UGT, en el mas puro estilo del “escuadrismo” fascista. Por cierto, es “curioso” que dirigentes sindicales se conviertan en el brazo armado de un partido en vez de dedicarse a lo que debería ser su obligación: la defensa de los intereses de los trabajadores.
Pero volviendo a los hechos de la hermosa ciudad castellana, parece claro que estas actitudes, unidas a los ataques a la Iglesia, la libertad de enseñanza, los matrimonios homosexuales, forma parte del proyecto de eliminación, cuando menos como parte activa de la sociedad, de una parte esencial de los españoles, en un intento de establecer un modelo socio-político basado en el control de todos los aspectos de la vida por un solo modelo de pensamiento y para ello hay que acabar con el exponente político que puede aglutinar a quienes no aceptan el modelo totalitario y, a su vez, acabar con los medios de comunicación no afines y con las instituciones independientes: Tribunales, colegios concertados o la Iglesia. Esta ofensiva está en pleno apogeo y parece llegado el momento de hacerle frente tanto en las instituciones como en la calle, pues de otra manera se repetir la historia, tan querida por ZP y los suyos, de la República, donde las izquierdas consideraban que solo ellas tenían derecho a gobernar imponiendo su modelo, negando a la oposición ese derecho aunque ganasen legítimamente unas elecciones y, si eso ocurría, levantarse contra ese gobierno como ocurrió en 1934.
Por último, permítaseme una pequeña digresión. Al parecer el Sr. Zerolo está muy indignado con Israel y se manifiesta contra sus ataques a los terroristas musulmanes. ¿Sabe el Sr. Zerolo que él y su pareja lo pasarían muy mal, si no les costaba la vida, en esos países árabes y que el único lugar de Oriente Medio donde no le “atizarían” es en Israel?.
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