miércoles, febrero 27, 2013

Más de lo mismo


Otra vez la política italiana nos deja esa sensación de ingobernabilidad propia desde casi el inicio de la república en 1947. Vemos como un Berlusconi descalificado renace y, por un pelo, no gana las elecciones, observamos como el PD apenas consigue un éxito y ya veremos si es capaz de gobernar, con quién y de qué manera. No menos sorprendente es que un cómico de tres al cuarto consiga que le voten casi uno de cada italiano presente en las urnas y, para remate, que el más serio, el hombre que estaba sacando a Italia de la crisis se quede en un ridículo 10%.

Se pueden sacar varias conclusiones, en primer lugar que los italianos, al igual que griegos ,españoles o portugueses no quieren apretarse el cinturón y castigan a los gobiernos que intentan acabar con los abrumadores déficit, Italia el 120% de su PIB, prefieren los cantos de sirena, en este caso del ridículo Grillo, demagogo, antisistema y antieuropeo y con la llave de la gobernabilidad de la Península.

Otra conclusión es que los populismos tienen una gran audiencia, caso Berlusconi que con sus ataques a Ángela Merkel y a los mercados ha sido capaz de renacer de sus cenizas y poner en un brete la política transalpina.

También es de tener en cuenta, que la participación ha bajado, por el hartazgo de una ciudadanía con sus políticos, pero sin darse cuenta que esos políticos son emanación de la sociedad y que no sería así si los italianos fuesen más respetuosos con sus leyes, pues no es posible que un país, en un mundo globalizado nos guste o no y con sociedades muy disciplinadas, pueda permitirse el lujo de una economía sumergida de más del 20 o 25%.

A los españoles estas elecciones nos deberían hacer reflexionar, pues también aquí el rechazo a la clase política es notoria, la corrupción, el tu mas, etc. nos aburre, pero deberíamos darnos cuenta de cómo funcionamos, pues la corrupción existe a nivel general de nuestra sociedad, desde no tener facturas por muchos servicios, con lo que no se paga el IBI, hasta el nepotismo, familiarísmo y amiguismo en muchas empresas privadas y públicas.

Por tanto, debemos apelar a la consabida regeneración social, pero social, no solo de nuestros políticos, pues si queremos ser gobernados decentemente también nosotros debemos portarnos con equidad en nuestra vida económica, laboral y social, sino la brecha con los países más avanzados se abrirá cada vez mas y los populismos, que tantos desastres conllevan, acabarán apoderándose del poder y…que Dios nos ampare.

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