La televisión de Libertad Digital ha realizado un magnífico reportaje sobre la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola. No voy a incidir en el contenido del mismo ya que lo inserto en este comentario, pero a tenor del mismo si quisiera expresar algunas reflexiones.
En primer lugar, el valor de la regidora y su equipo, quienes rodeados de un ambiente altamente hostil, siguen peleando día a día por la libertad del País Vasco.
En segundo lugar, el odio acumulado en las mentes y en los corazones de la mayoría de los habitantes de ese municipio, incapaces de ver la realización de una gestión honesta y positiva para su localidad y solo tener en cuenta que se trata de una alcaldesa del PP.
En tercer lugar, lamentar el cerrilismo de una parte considerable de la sociedad vasca, que, con un paletismo insustancial, no son capaces de ver que hay un mundo mas allá del nacionalismo, que hay gentes que son tan o mas vascas que ellos por sentirse españoles y que también desean lo mejor para su tierra, ¡no también! porque los nacionalistas no desean el progreso de su región, sino dominarla e imponer sus criterios. Sin embargo las Regina de allí si desean la prosperidad porque luchan para que TODOS aquellos que sean respetuosos con la Ley puedan vivir en libertad, democracia y paz. Al mismo tiempo luchan infatigablemente contra quienes atentan contra esa convivencia desde el radicalismo que incluye el crimen.
En cuarto lugar, la cobardía de los peneuvistas. Recordemos que el anterior alcalde de Lizarza fue Joseba Egíbar, el dirigente del PNV, que literalmente huyó del municipio y no quiso volver a presentarse ante la presión etarra. Tuvo que ser una mujer de aspecto frágil pero de voluntad de hierro quién no dudase en meterse en aquella cueva de lobos y enfrentarse con gallardía y valor a los terroristas y sus aliados para imponer la libertad y la democracia. El espectáculo del Sr. Eguíbar y otros exponentes del PNV retratan su cobardía y miseria moral, incapaces de enfrentarse a los asesinos pero también de ayudar a quienes luchan por la libertad, incluyendo la suya.
En quinto lugar, la soledad de tantos concejales del PP, abandonados por sus dirigentes. Siendo Lizarza un símbolo de la resistencia antietarra, considerándose a Dª Regina un ejemplo de ese combate, ningún dirigente importante del PP ha pasado por allí, ni Rajoy, Cospedal, etc.. Ítem más, ni siquiera se ha programado un solo acto electoral en dicha población durante la actual campaña, aunque solo fuese como muestra de apoyo a los regidores. La insensibilidad y cobardía de los dirigentes populares es también de matrícula de honor.
En sexto lugar, también la cobardía, en unos casos y el fanatismo en otros, de una parte del clero vasco, capaces de apoyar a los asesinos e incapaces de estar con los débiles, con las víctimas. ¿Qué hacen los obispos, los dirigentes eclesiásticos, que permiten que se expulse a sacerdotes como el de Maruri y permiten “setienes” como el propio o su clon de Lizarza?
Por último, en el video sale al final, un recuerdo a otra gran mujer: María San Gil, otra de las heroínas del País Vasco, abandonada e, incluso vilipendiada, por su partido, donde personajes repugnantes como el ¿señor? Barreda no dudan en mentir para menospreciarla, no sabemos con que objetivo,¿tal vez una miserable sinecura en un gobierno del entreguista López?. Y la dirección del PP vasco y nacional haciendo el don tancredo, manteniéndole de número dos, ¡que pena de partido y personajillos inmundos!, pero el ejemplo de María, Regina, Pagaza, etc. no será doblegado por los aparatchiks de los partidos. Son y serán un ejemplo para todos aquellos que defendemos la libertad, la democracia y el respeto al ser humano, ¡gracias a todas ellas!
En primer lugar, el valor de la regidora y su equipo, quienes rodeados de un ambiente altamente hostil, siguen peleando día a día por la libertad del País Vasco.
En segundo lugar, el odio acumulado en las mentes y en los corazones de la mayoría de los habitantes de ese municipio, incapaces de ver la realización de una gestión honesta y positiva para su localidad y solo tener en cuenta que se trata de una alcaldesa del PP.
En tercer lugar, lamentar el cerrilismo de una parte considerable de la sociedad vasca, que, con un paletismo insustancial, no son capaces de ver que hay un mundo mas allá del nacionalismo, que hay gentes que son tan o mas vascas que ellos por sentirse españoles y que también desean lo mejor para su tierra, ¡no también! porque los nacionalistas no desean el progreso de su región, sino dominarla e imponer sus criterios. Sin embargo las Regina de allí si desean la prosperidad porque luchan para que TODOS aquellos que sean respetuosos con la Ley puedan vivir en libertad, democracia y paz. Al mismo tiempo luchan infatigablemente contra quienes atentan contra esa convivencia desde el radicalismo que incluye el crimen.
En cuarto lugar, la cobardía de los peneuvistas. Recordemos que el anterior alcalde de Lizarza fue Joseba Egíbar, el dirigente del PNV, que literalmente huyó del municipio y no quiso volver a presentarse ante la presión etarra. Tuvo que ser una mujer de aspecto frágil pero de voluntad de hierro quién no dudase en meterse en aquella cueva de lobos y enfrentarse con gallardía y valor a los terroristas y sus aliados para imponer la libertad y la democracia. El espectáculo del Sr. Eguíbar y otros exponentes del PNV retratan su cobardía y miseria moral, incapaces de enfrentarse a los asesinos pero también de ayudar a quienes luchan por la libertad, incluyendo la suya.
En quinto lugar, la soledad de tantos concejales del PP, abandonados por sus dirigentes. Siendo Lizarza un símbolo de la resistencia antietarra, considerándose a Dª Regina un ejemplo de ese combate, ningún dirigente importante del PP ha pasado por allí, ni Rajoy, Cospedal, etc.. Ítem más, ni siquiera se ha programado un solo acto electoral en dicha población durante la actual campaña, aunque solo fuese como muestra de apoyo a los regidores. La insensibilidad y cobardía de los dirigentes populares es también de matrícula de honor.
En sexto lugar, también la cobardía, en unos casos y el fanatismo en otros, de una parte del clero vasco, capaces de apoyar a los asesinos e incapaces de estar con los débiles, con las víctimas. ¿Qué hacen los obispos, los dirigentes eclesiásticos, que permiten que se expulse a sacerdotes como el de Maruri y permiten “setienes” como el propio o su clon de Lizarza?
Por último, en el video sale al final, un recuerdo a otra gran mujer: María San Gil, otra de las heroínas del País Vasco, abandonada e, incluso vilipendiada, por su partido, donde personajes repugnantes como el ¿señor? Barreda no dudan en mentir para menospreciarla, no sabemos con que objetivo,¿tal vez una miserable sinecura en un gobierno del entreguista López?. Y la dirección del PP vasco y nacional haciendo el don tancredo, manteniéndole de número dos, ¡que pena de partido y personajillos inmundos!, pero el ejemplo de María, Regina, Pagaza, etc. no será doblegado por los aparatchiks de los partidos. Son y serán un ejemplo para todos aquellos que defendemos la libertad, la democracia y el respeto al ser humano, ¡gracias a todas ellas!
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