Ayer se celebró la quinta manifestación de la Asociación de Victimas del Terrorismo y, como las anteriores, fue multitudinaria. Sin entrar en absurdas guerras de cifras, la realidad es que una parte de la sociedad volvió, junto a las victimas, a clamar que en su nombre no se negociaba ni se rendía a ETA. Al mismo tiempo, en Badajoz, el Presidente Zapatero volvía a insistir en su senda “negociadora” tras una semana en que sus testaferros atacaban con dureza inusitada a la AVT y a su Presidente, el Sr. Alcaraz. En la manifestación de Madrid se encontraban los dirigentes mas significados del PP y ninguno de otros partidos. En la Calle Velásquez, mar de banderas españolas y, algunas, de las Comunidades Autónomas, prácticamente, ninguna de partidos políticos. Orden, apenas insultos y ningún incidente.
A la mañana siguiente, nadie se ha movido un ápice, el Presidente Zapatero en un mitin electoral en Madrid ni ha mencionado la manifestación de ayer y ha ratificado su decisión de alcanzar la “paz”. Mientras, ETA, vía Batasuna, daba otra vuelta de tuerca y celebraba un mitin donde Pernando Barrena afirmaba que se presentarían a las próximas elecciones autonómicas y municipales en el País Vasco y Navarra, sin que a estas horas ni el Gobierno ni el Fiscal General hayan dicho nada al respecto, sobre todo porque Batasuna sigue siendo una organización terrorista ilegalizada, pero que se postula en mítines a lo largo y ancho del País Vasco y Navarro sin que nadie se oponga.
¿Y las encuestas?, pues, los españoles, mayoritariamente, apoyan lo que ocurre. Aunque más del 60%, se oponen a la negociación con ETA, electoralmente, el PSOE sigue ganando por un punto y pico, lo que indica que una mayoría apoya al PSOE sin que les importe la rendición ante ETA o la desaparición de España en su concepción actual o que sigan llegando ilegales en oleadas con su carga de asesinos, mafiosos o terroristas. A ese porcentaje del PSOE hay que añadir los votos a los comunistas de IU y los diversos nacionalismos, encantados con la desmembración de España y la posible creación de Galicia sueva, Euzkadi albanesa o Cataluña no se sabe bien que, para corroborarlo están los datos de las elecciones en esas zonas, mas allá de la abstención, cobarde manera de inhibirse.
Conclusión: la mayoría quiere que las cosas sigan con la deriva actual hacia un final desconocido pero suponible, el fin de la España histórica, democrática y libre y su sustitución por alguna especie de Confederación o similar, quizás en la vía cantonal de la Primera República o, lo más plausible, con un estallido a lo balcánico. Como este parece ser el futuro, los dirigentes del PSOE, pero también del PP, en las regiones empiezan a prepararse para ese futuro y convertirse en dirigentes de naciones, realidades históricas o paridas varias, forma de mantener el pesebre y no tener que pensar en un trabajo más sacrificado y peor remunerado.
Como encabezo este comentario, todo sigue igual, o quizás cada vez peor, sin que las manifestaciones, al parecer, representen el sentir de la mayoría de la sociedad, disgregada y átona, bien instalada en la molicie y el avestruzismo y a la que no le parece mal el desarrollo de los acontecimientos, y si se lo parece se lo callan, porque la economía crece al 3,8% y dentro de unos días empieza el carrusel de fiestas y sus puentes, con sus consabidas comidas, cenas, copas, regalos, viajes, etc., es decir, juerga y “que me quiten lo bailao”.
A la mañana siguiente, nadie se ha movido un ápice, el Presidente Zapatero en un mitin electoral en Madrid ni ha mencionado la manifestación de ayer y ha ratificado su decisión de alcanzar la “paz”. Mientras, ETA, vía Batasuna, daba otra vuelta de tuerca y celebraba un mitin donde Pernando Barrena afirmaba que se presentarían a las próximas elecciones autonómicas y municipales en el País Vasco y Navarra, sin que a estas horas ni el Gobierno ni el Fiscal General hayan dicho nada al respecto, sobre todo porque Batasuna sigue siendo una organización terrorista ilegalizada, pero que se postula en mítines a lo largo y ancho del País Vasco y Navarro sin que nadie se oponga.
¿Y las encuestas?, pues, los españoles, mayoritariamente, apoyan lo que ocurre. Aunque más del 60%, se oponen a la negociación con ETA, electoralmente, el PSOE sigue ganando por un punto y pico, lo que indica que una mayoría apoya al PSOE sin que les importe la rendición ante ETA o la desaparición de España en su concepción actual o que sigan llegando ilegales en oleadas con su carga de asesinos, mafiosos o terroristas. A ese porcentaje del PSOE hay que añadir los votos a los comunistas de IU y los diversos nacionalismos, encantados con la desmembración de España y la posible creación de Galicia sueva, Euzkadi albanesa o Cataluña no se sabe bien que, para corroborarlo están los datos de las elecciones en esas zonas, mas allá de la abstención, cobarde manera de inhibirse.
Conclusión: la mayoría quiere que las cosas sigan con la deriva actual hacia un final desconocido pero suponible, el fin de la España histórica, democrática y libre y su sustitución por alguna especie de Confederación o similar, quizás en la vía cantonal de la Primera República o, lo más plausible, con un estallido a lo balcánico. Como este parece ser el futuro, los dirigentes del PSOE, pero también del PP, en las regiones empiezan a prepararse para ese futuro y convertirse en dirigentes de naciones, realidades históricas o paridas varias, forma de mantener el pesebre y no tener que pensar en un trabajo más sacrificado y peor remunerado.
Como encabezo este comentario, todo sigue igual, o quizás cada vez peor, sin que las manifestaciones, al parecer, representen el sentir de la mayoría de la sociedad, disgregada y átona, bien instalada en la molicie y el avestruzismo y a la que no le parece mal el desarrollo de los acontecimientos, y si se lo parece se lo callan, porque la economía crece al 3,8% y dentro de unos días empieza el carrusel de fiestas y sus puentes, con sus consabidas comidas, cenas, copas, regalos, viajes, etc., es decir, juerga y “que me quiten lo bailao”.
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