sábado, octubre 02, 2010

Sindicalismo en descomposición

Creo no ser sospechoso de antisindicalista, pues como ya he comentado en alguna ocasión, he sido delegado sindical durante casi 30 años y he ocupado puestos de responsabilidad de mi organización, la U.S.O., dentro del Sector Aéreo. Precisamente por esa larga actividad, puedo hablar con cierto conocimiento de causa.

Lo primero que debo decir es que no hay que confundir a los liberados con la mayoría de los delegados sindicales, que disponen de una cierta cantidad de horas mensuales para su actividad, pero que están en su puesto de trabajo y, en muchos casos, como el mío, el trabajo que no realizabas durante tu actividad sindical debías realizarlo después.

Otro tema que debo aclarar es que la mayoría de los delegados sindicales, digamos de base, sean del sindicato que sean, tienen una labor difícil e importante, muchas veces desconocida y otras criticada por compañeros y jefes, realmente una labor que, además, suele repercutir en la promoción laboral.

Caso distinto es el de los líderes, de cualquier nivel, los cuales, además de no acudir a puesto de trabajo alguno, muchas veces lo tienen asignado solo a título teórico, suelen ser favorecidos por las empresas como forma de comprarlos, así hay que decirlo.

Desgraciadamente, la actitud y aptitud de esa gente repercute sobre todos los sindicalistas, así como el entreguismo de las centrales llamadas mayoritarias, CC.OO. y U.G.T., cuya ideología les hace ser simples correas transmisoras de los partidos de su cuerda.

Conozco a muchos sindicalistas de ambas centrales que están avergonzados de las decisiones de sus dirigentes, que no comparten, pero, en muchas ocasiones, apenas tienen alternativa porque ambos sindicatos están, literalmente “conchabados”, con las propias direcciones empresariales, sobre todo en la grandes y en las estatales o paraestatales.

La actividad de los sindicatos minoritarios, como el mío, es muy difícil en las mismas, por la pinza CC.OO.-U.G.T.-dirección de la empresa, lo que interesa a esas empresas porque las direcciones sindicales de los dos sindicatos suele ser muy “pesebristas”.

Evidentemente, había muchas razones para protestar contra el gobierno, ahora y hace muchos años, pero, sinceramente, una huelga general no era la solución y, por ello, la gran mayoría de los trabajadores no la han secundado, dejando a los sindicatos en muy mala posición.

El problema es que sí es necesario un sindicalismo de corte moderno e independiente de los partidos, cosa que desgraciadamente, me temo que tardará en generarse, por esa connivencia política-sindicatos mayoritarios e, incluso, empresasw, como ya he comentado. Ello perjudica a toda la sociedad española, a su modelo económico y social, condenándonos a seguir a la cola en cuanto a la actividad económica y el empleo.

Se hace necesaria una reacción de lo trabajadores y que su voto vaya a los sindicatos no políticos y que los partidos y grandes empresas dejen de subvencionar, verdadera compra, a CC.OO. y U.G.T., pues, si a corto plazo puede favorecer ciertos intereses, a corto, medio y largo perjudica a todos los españoles, porque, al fin y al cabo, casi todos somos trabajadores o pensionistas, siendo los mas perjudicados los parados, pues esta política económico-social-empresarial es totalmente corrupta y va en detrimento de nuestro futuro y el de las generaciones venideras. Necesitamos verdadera libertad sindical y organizaciones no partidistas y dependientes de sus afiliados, no de otros intereses, solo de esa forma el sindicalismo recuperaría su prestigio y tendría el papel que debe desempeñar en la sociedad del siglo XXI.

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