Durante el régimen de Franco existió la Brigada Político Social de la Policía encargada del control y represión de los enemigos políticos del régimen, que, a fuer de ser sinceros no eran muchos salvo los comunistas.
Con la llegada de la democracia se orquestó una campaña para depurar la Policía y convertirla en una institución democrática “al servicio de los ciudadanos”, rechazándose cualquier posibilidad de policía política. Se habló mucho de policías del antiguo régimen: Conesa, el apodado Billy “el niño”, etc. como elementos a retirar por sus prácticas antidemocráticas.
Durante la época de los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo, ciertamente la actuación de la policía no fue muy gloriosa, ni en el campo penal ni en el campo antiterrorista. Acobardada ante los ataques de la izquierda, que seguía hablando de una policía franquista, con unos gobiernos que no la apoyaban y sin muchos medios materiales ni formación, no tuvo grandes resultados y sus miembros, tanto en la rama civil como uniformada eran muy poco operativos.
Con la llegada del PSOE al poder, el tema cambió, sobre todo al convertirla en un instrumento político del partido. Así con el Ministro “patada en la puerta”, los Vera y otros, la institución se involucró en acciones que no suponían la “defensa del ciudadano”, con numerosas irregularidades cuando no delitos, como el GAL. Ciertamente, no era toda la policía, pero la realidad es que la misma no gozaba del favor social, pues esas acciones hacían que se recelara de ella.
La llegada del PP al poder desactivó las malas artes, pero no depuró a los elementos corrosivos pro PSOE que pululaban por las altas, medias y bajas esferas de la ahora Policía Nacional. El 11M fue un ejemplo de la actuación por parte de esos elementos prosocialistas tanto en la manipulación como en la ocultación o destrucción de pruebas. Por supuesto, los implicados recibieron felicitaciones, medallas y ascensos, pago lógico a los buenos servicios prestados.
El partido socialista, buen conocedor de la necesidad de un aparato represor, de su necesidad para controlar y eliminar a sus rivales políticos, sociales o económicos, no tardó en resucitar y ampliar las antiguas prácticas de la época de Míster “X” y así asistimos a como se perseguía a dos militantes del PP por una agresión inexistente al Ministro, como se empezaba con la exhibición pública de los acusados y las filtraciones a los medios de comunicación mamporreros.
Aquellos primeros pasos, se fueron sofisticando y, decidido el PSOE a no volver a perder el poder, intensificó el control y seguimiento de sus adversarios: desde el entonces Presidente de ENDESA a políticos de la oposición. La policía política del régimen estaba en marcha, se instauraba “de facto” la KGB española, encargada de perseguir a quienes el PSOE quería destruir.
Creo que no es necesario recordar a personajes como el exjefe de los TEDAX o al Comisario General de Seguridad Ciudadana, elementos decisivos en la nueva función policial.
Pero quizás lo mas preocupante es que no solo hay mandos involucrados, recordemos como un gerifaltillo sindical amenazó a un periodista muy versado en el 11M, Dº Luis del Pino, con aquello de “QUE LE GUSTARÍA TENERLO EN UNA HABITACIÓN DONDE NO IMPERASE EL ESTADO DE DERECHO” y que yo sepa a ese pájaro no le ha sancionado ni la Policía ni su sindicato. Tampoco olvidemos que quienes hacen los seguimientos, espían las comunicaciones, etc. no son mandos, son agentes que deben saber que la obediencia debida en caso de comisión de delitos no es ninguna justificación. Por tanto, hay una parte de esa policía muy implicada, como se ha demostrado en manifestaciones bien pacíficas donde las U.I.P. han cargado brutalmente incluso contra ancianos, aunque eso no haya trascendido ante la opinión pública. El último ejemplo lo hemos tenido en Mallorca, donde algunos policías se reían ante el espectáculo de unos detenidos, esposados por la mano derecha, como vulgares asesinos y exhibidos ante las cámaras y esos policías no eran mandos.
Claro, con tanta dedicación a perseguir oponentes, no tienen tiempo para dedicarse a lo importante que es perseguir el delito y el terrorismo y así estamos asistiendo al ridículo que la Policía Nacional está haciendo con las bombas de Burgos o Palma, donde no son capaces de tener una idea clara de nada. Ridículo que lleva años haciendo como ha llegado a denunciar algún alto magistrado respecto a la lucha contra ETA, donde solo la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad francesas parecen capaces de atajar los desmanes de la misma. Si todavía no sabemos que mando policial alertó a ETA en el asunto del Café Faisán o desconocemos donde está la droga desaparecida de la comisaría sevillana, llegaremos a la conclusión de que la nueva KGB es muy eficaz contra los rivales del PSOE pero nada en la defensa y servicio a los ciudadanos, cosa que al gobierno no le importa porque lo que le interesa es esa función de policía del régimen y no de policía democrática , ¡y critican la época de Franco!, ¡farsantes! .
Con la llegada de la democracia se orquestó una campaña para depurar la Policía y convertirla en una institución democrática “al servicio de los ciudadanos”, rechazándose cualquier posibilidad de policía política. Se habló mucho de policías del antiguo régimen: Conesa, el apodado Billy “el niño”, etc. como elementos a retirar por sus prácticas antidemocráticas.
Durante la época de los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo, ciertamente la actuación de la policía no fue muy gloriosa, ni en el campo penal ni en el campo antiterrorista. Acobardada ante los ataques de la izquierda, que seguía hablando de una policía franquista, con unos gobiernos que no la apoyaban y sin muchos medios materiales ni formación, no tuvo grandes resultados y sus miembros, tanto en la rama civil como uniformada eran muy poco operativos.
Con la llegada del PSOE al poder, el tema cambió, sobre todo al convertirla en un instrumento político del partido. Así con el Ministro “patada en la puerta”, los Vera y otros, la institución se involucró en acciones que no suponían la “defensa del ciudadano”, con numerosas irregularidades cuando no delitos, como el GAL. Ciertamente, no era toda la policía, pero la realidad es que la misma no gozaba del favor social, pues esas acciones hacían que se recelara de ella.
La llegada del PP al poder desactivó las malas artes, pero no depuró a los elementos corrosivos pro PSOE que pululaban por las altas, medias y bajas esferas de la ahora Policía Nacional. El 11M fue un ejemplo de la actuación por parte de esos elementos prosocialistas tanto en la manipulación como en la ocultación o destrucción de pruebas. Por supuesto, los implicados recibieron felicitaciones, medallas y ascensos, pago lógico a los buenos servicios prestados.
El partido socialista, buen conocedor de la necesidad de un aparato represor, de su necesidad para controlar y eliminar a sus rivales políticos, sociales o económicos, no tardó en resucitar y ampliar las antiguas prácticas de la época de Míster “X” y así asistimos a como se perseguía a dos militantes del PP por una agresión inexistente al Ministro, como se empezaba con la exhibición pública de los acusados y las filtraciones a los medios de comunicación mamporreros.
Aquellos primeros pasos, se fueron sofisticando y, decidido el PSOE a no volver a perder el poder, intensificó el control y seguimiento de sus adversarios: desde el entonces Presidente de ENDESA a políticos de la oposición. La policía política del régimen estaba en marcha, se instauraba “de facto” la KGB española, encargada de perseguir a quienes el PSOE quería destruir.
Creo que no es necesario recordar a personajes como el exjefe de los TEDAX o al Comisario General de Seguridad Ciudadana, elementos decisivos en la nueva función policial.
Pero quizás lo mas preocupante es que no solo hay mandos involucrados, recordemos como un gerifaltillo sindical amenazó a un periodista muy versado en el 11M, Dº Luis del Pino, con aquello de “QUE LE GUSTARÍA TENERLO EN UNA HABITACIÓN DONDE NO IMPERASE EL ESTADO DE DERECHO” y que yo sepa a ese pájaro no le ha sancionado ni la Policía ni su sindicato. Tampoco olvidemos que quienes hacen los seguimientos, espían las comunicaciones, etc. no son mandos, son agentes que deben saber que la obediencia debida en caso de comisión de delitos no es ninguna justificación. Por tanto, hay una parte de esa policía muy implicada, como se ha demostrado en manifestaciones bien pacíficas donde las U.I.P. han cargado brutalmente incluso contra ancianos, aunque eso no haya trascendido ante la opinión pública. El último ejemplo lo hemos tenido en Mallorca, donde algunos policías se reían ante el espectáculo de unos detenidos, esposados por la mano derecha, como vulgares asesinos y exhibidos ante las cámaras y esos policías no eran mandos.
Claro, con tanta dedicación a perseguir oponentes, no tienen tiempo para dedicarse a lo importante que es perseguir el delito y el terrorismo y así estamos asistiendo al ridículo que la Policía Nacional está haciendo con las bombas de Burgos o Palma, donde no son capaces de tener una idea clara de nada. Ridículo que lleva años haciendo como ha llegado a denunciar algún alto magistrado respecto a la lucha contra ETA, donde solo la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad francesas parecen capaces de atajar los desmanes de la misma. Si todavía no sabemos que mando policial alertó a ETA en el asunto del Café Faisán o desconocemos donde está la droga desaparecida de la comisaría sevillana, llegaremos a la conclusión de que la nueva KGB es muy eficaz contra los rivales del PSOE pero nada en la defensa y servicio a los ciudadanos, cosa que al gobierno no le importa porque lo que le interesa es esa función de policía del régimen y no de policía democrática , ¡y critican la época de Franco!, ¡farsantes! .
1 comentario:
Lo increíble es que la gente parece contenta de tener cada vez menos libertad.
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