miércoles, abril 08, 2009

Hussein

Es el segundo nombre del actual Presidente de EE.UU.. Curiosamente y a diferencia de los anteriores, se suele soslayar el mismo o por lo menos su inicial, tanto escrito como verbalmente. Si Bush era George W. Bush, Obama es solo Barack Obama.
No se trata de una simple anécdota como han querido minimizar los múltiples “obamistas” que pululan por el mundo y que ven en el actual inquilino de la Casa Blanca un verdadero “profeta”. La realidad es que ese nombre viene debido a sus orígenes familiares musulmanes, lo que en si no tiene nada de especial sino fuese porque desde el lanzamiento de su candidatura y hasta ahora mismo, salvo en ciertos momentos de la campaña en que las encuestas parecían poco propicias y a tenor de las mismas cambiaba el discurso, se le ha visto muy proclive hacia los musulmanes. Tal vez ese pasado familiar o los años en escuelas de Indonesia durante su infancia, puedan haber marcado al cuadragésimo cuarto Presidente con esa impronta proislámica.
El Sr. Obama puede sentir las simpatías que considere oportuno, lo que ya es mas peliagudo es que esas simpatías se dirijan hacia quienes desde hace años no solo cuestionan nuestros valores sino que intentan eliminarlos.
Casi desde su toma de posesión ha ido marcando esa línea, empezando por unas declaraciones a la televisión Al Jazeera más que conciliadoras, casi entreguistas, con el mundo musulmán. Por si fuese poco, durante las recientes reuniones del G-20 y la OTAN ha desplegado ímprobos esfuerzos para que la UE admita a Turquía y solo la firmeza del Presidente Sarkozy y la Canciller Merkel han frenado el entusiasmo panturquista de Hussein Obama.
Tampoco ha destacado por su defensa del nuevo Secretario General de la OTAN, Rasmussen, vetado por esa misma Turquía debido a la defensa que el Primer Ministro danés hizo del derecho a la libertad de expresión cuando el asunto de las viñetas sobre Mahoma. El Sr. Obama estaba dispuesto a claudicar ante Turquía pese al apoyo unánime al premier danés de los otros 27 miembros de la organización y, una vez mas, la firmeza de Ángela Merkel evito una nueva cesión. Aun así se ha “compensado” a Turquía con un vicesecretario y mas poder en el Comité Militar.
Por si estos gestos no fuese suficientes, el dirigente estadounidense ha lanzado mensajes blanditos a la tiranía iraní que, como es lógico, ha respondido escupiendo insultos y reafirmándose en sus planteamientos tanto en el tema nuclear como en los apoyos a los terroristas de Hamás y Hezbollah.
Tampoco ha perdido tiempo el novel Presidente en abrir puentes con la dictadura Siria, enviando a colaboradores cercanos muy proclives a llegar a pactos con las satrapías musulmanas.
Para rematar la faena, no ha dudado en lanzar un mensaje promusulmán, alabando a la minoría de esa religión en EE.UU., destacando su contribución al desarrollo del país, cosa un tanto extraña cuando apenas llegan a 4 millones y la mayoría son huidos de las mencionadas tiranías islámicas. Su frase de “EE.UU. no está en guerra con el Islam” no deja de ser una sandez, porque es el Islam quién está en guerra con Occidente en general y con USA en particular.
Ciertamente se extiende el “buenismo” de distinguir a los “moderados” de los miembros de Al Qaeda y los radicales. El problema es que no queda nada claro quienes son los “moderados”,¿quizás gente, como el Presidente afgano Karzai, que firma una ley que permite la violación de la propia esposa?, ¿quizás esos imanes que en Europa y América exigen la imposición de la Sharia para las comunidades musulmanas, al margen de las leyes estatales?, ¿quizás esos islámicos que, por supuestas cuestiones de honor y en la Alemania posmoderna matan a sus hijas?, ¿tal vez esa caterva de convertidos/as españoles que practican la poligamia?, ¿seguro que son moderados quienes apoyan la ablación del clítoris?, ¿tal vez quienes asesinaron a Theo Van Gogh y persiguen a Rushdie o Hirsi Ali para lo mismo?. Hablar de un Islam moderado parece una ironía y el Hussein de Washington parece creérselo o, simplemente, lo apoya, porque considerar a la Turquía de Erdogan y Gül una democracia asimilable a las occidentales es un insulto para los demócratas de todo el mundo, incluyendo los que haya, si hay alguno, en el mundo musulmán, mundo, Sr. Hussein Obama, que bailó y cantó de alegría cuando el crimen de las Torres Gemelas, que práctica el terrorismo indiscriminado contra todo y contra todos y que aspira a islamizar a Occidente.¿Serán tan profundos los recuerdos o las querencias de las madrasas indonésicas en el Presidente Obama que le obnubile de la realidad de que el gran enemigo de la civilización occidental no es otro que el Islam?.

2 comentarios:

javito dijo...

Ni creo en el ralativismo cultural ni creo que el islam sea una doctrina fácilmente asimilable a la democracia, de igual manera que la cristana. No nos olvidemos que las democracias occidentales precisan de una separación iglesia-estado. Ahora bien, no intente hacer pasar el islam como una doctrina terrorista, no intente coger la parte por el todo, el islam es complejo y variado.
Le aconsejo que se documente un poco, hombre.

Carlos Juan dijo...

Estimado Javito, ¿ha leido el Corán?, de ser así me sorprende alguno de sus comentarios. Por cierto, no digo que el Islam sea una doctrina terrorista, sino violenta.
Slds