Del escaso valor del Presidente del Gobierno ya teníamos fehaciente constancia: huida de Irak, entreguismo a los asesinos de ETA, no menos entreguismo a los asesinos islamistas y pactismo con ellos, ya sea a través de evanescentes y caras Alianzas de Civilizaciones o apoyo a causas terroristas como las de Hamás. No dudar en proteger a islamistas que defienden la poligamia, que no solo no es perseguida sino consentida, favorecer la construcción de mezquitas pese a la oposición de los ciudadanos, o la última “espantá”: la retirada de Kosovo en aras de hacer méritos para que a nuestros soldados les vuelvan a despedir con plumas, signo de cobardía, como en Irak.
Lo que todavía no estaba tan definido era que el Sr. Rodríguez, Presidente del gobierno de España, fuera un traidor. Es verdad que síntomas ya había, como las negociaciones con separatistas- terroristas, el hecho de que el concepto de nación “fuese discutible” para el ínclito personaje, lo que justificaba la aceptación del Estatuto de Cataluña que consagra la existencia de dos naciones en plano de igualdad, etc.. Los síntomas eran preocupantes, pero lo que ya ha servido para epatar a cualquier español de bien, son las declaraciones realizadas por el siniestro personaje, ayer en el Congreso, respecto a Perejil. Considerar que la liberación del islote por el ejército español fue un “acto surrealista”, considerar amiga a la tiranía marroquí y otras expresiones similares, demuestran que quién rige los destinos de España es un personaje indigno, cobarde y felón. En cualquier país democrático, esas declaraciones serían suficientes para que se le abriese un proceso de inhabilitación y llevarle ante los tribunales. No es de recibo que quién dirige los destinos de la Patria sea un entreguista dispuesto a no defender la integridad territorial española y cuestione la actuación militar en defensa de nuestro territorio y por mandato constitucional (artículo 8,1).
Para remachar su repulsiva intervención, el pájaro no respondió a la pregunta del líder de la oposición sobre que haría si España fuese invadida. Más o menos nos lo podemos imaginar a raíz de lo anteriormente expuesto, sin olvidar su abandono de Ceuta y Melilla, con disolución de unidades militares, como la 2ª Bandera de la legión y la retirada de otras hacia la Península.
Es verdad que el PSOE no es un partido que se haya destacado siempre por la defensa de España, recordemos que en tiempos de la revolución de octubre de 1934 o durante la guerra civil sus eslóganes eran “Viva Rusia”, tremendo error porque entonces era la URSS, pero bueno y “Viva Stalin”, nunca “Viva España” y que siempre estuvo aliado con los nacionalistas independentistas, tanto en 1934, 1936-39 y actualmente.
También se debe recordar que durante el famoso incidente de Perejil, pese a las mentiras que Rodríguez dijo ayer en el Parlamento, el PSOE no apoyó al gobierno español, sino que se decantó por el marroquí con quién siempre ha hecho buenas migas y negocios, que se lo pregunten a Dº. Felipe González.
Parece claro que ha llegado el momento de que este gobierno cese, que se planteen nuevas elecciones y que las mentiras y miserias de la actual época desaparezcan de una vez por todas, que los socialistas recapaciten sobre si merece la pena estar en el poder asumiendo tal degradación y que la ciudadanía, liberada de viejos clichés y manipulaciones, se manifieste en aras de una regeneración de nuestra vida política y de la recuperación del orgullo de ser español para, a su vez, recobrar el prestigio internacional perdido con las villanas actuaciones del Sr. Rodríguez.
Lo que todavía no estaba tan definido era que el Sr. Rodríguez, Presidente del gobierno de España, fuera un traidor. Es verdad que síntomas ya había, como las negociaciones con separatistas- terroristas, el hecho de que el concepto de nación “fuese discutible” para el ínclito personaje, lo que justificaba la aceptación del Estatuto de Cataluña que consagra la existencia de dos naciones en plano de igualdad, etc.. Los síntomas eran preocupantes, pero lo que ya ha servido para epatar a cualquier español de bien, son las declaraciones realizadas por el siniestro personaje, ayer en el Congreso, respecto a Perejil. Considerar que la liberación del islote por el ejército español fue un “acto surrealista”, considerar amiga a la tiranía marroquí y otras expresiones similares, demuestran que quién rige los destinos de España es un personaje indigno, cobarde y felón. En cualquier país democrático, esas declaraciones serían suficientes para que se le abriese un proceso de inhabilitación y llevarle ante los tribunales. No es de recibo que quién dirige los destinos de la Patria sea un entreguista dispuesto a no defender la integridad territorial española y cuestione la actuación militar en defensa de nuestro territorio y por mandato constitucional (artículo 8,1).
Para remachar su repulsiva intervención, el pájaro no respondió a la pregunta del líder de la oposición sobre que haría si España fuese invadida. Más o menos nos lo podemos imaginar a raíz de lo anteriormente expuesto, sin olvidar su abandono de Ceuta y Melilla, con disolución de unidades militares, como la 2ª Bandera de la legión y la retirada de otras hacia la Península.
Es verdad que el PSOE no es un partido que se haya destacado siempre por la defensa de España, recordemos que en tiempos de la revolución de octubre de 1934 o durante la guerra civil sus eslóganes eran “Viva Rusia”, tremendo error porque entonces era la URSS, pero bueno y “Viva Stalin”, nunca “Viva España” y que siempre estuvo aliado con los nacionalistas independentistas, tanto en 1934, 1936-39 y actualmente.
También se debe recordar que durante el famoso incidente de Perejil, pese a las mentiras que Rodríguez dijo ayer en el Parlamento, el PSOE no apoyó al gobierno español, sino que se decantó por el marroquí con quién siempre ha hecho buenas migas y negocios, que se lo pregunten a Dº. Felipe González.
Parece claro que ha llegado el momento de que este gobierno cese, que se planteen nuevas elecciones y que las mentiras y miserias de la actual época desaparezcan de una vez por todas, que los socialistas recapaciten sobre si merece la pena estar en el poder asumiendo tal degradación y que la ciudadanía, liberada de viejos clichés y manipulaciones, se manifieste en aras de una regeneración de nuestra vida política y de la recuperación del orgullo de ser español para, a su vez, recobrar el prestigio internacional perdido con las villanas actuaciones del Sr. Rodríguez.
1 comentario:
Discrepando profundamente, como en otras ocasiones, de la "forma" (innecesariamente ofensiva), pero compartiendo en gran medida matices y énfasis acerca del "personaje", la lectura de tu "post" me trae a las mientes una apreciación certera (como casi siempre) de mi muy admirado Arcadi Espada sobre el "ínclito", cuando al referirse al mismo, consideraba que su discurso (?) venía caracterizado por una doble patología: la degradación de la prosa y el adanismo vicioso. Vale.
Un abrazo y ¡¡SALUD y força al...!!
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