Los datos del paro del mes de febrero, 150.000 nuevos parados, unido a las continuas noticias sobre el desastre que se están produciendo en los diversos sectores económicos de este país, están configurando un panorama que puede catalogarse de insoportable.
A los casi 4 millones de parados reales, contabilizando los “ignorados” por el gobierno, como bien explica hoy
Libertad Digital y aun sin contabilizar los autónomos, hay que añadir otro dato tremendo: entre 900.000 y 1.300.000 parados, según el medio que informa, ya no cobran subsidio.
Por si fuese poco, el desempleo se ceba especialmente en los mas débiles y entre ellos en los emigrantes, cuyo índice de paro ha crecido en mas del 100%, con la agravante de que este colectivo no suele tener la red de apoyo familiar de la que si suelen disponer los autóctonos.
En España existen 800.000 familias con todos sus miembros en edad de trabajar que no tienen empleo. Los comedores de Cáritas se abarrotan, incluso de familias enteras. El comedor del Ayuntamiento de Móstoles ha recibido 150 visitas solo en el primer día. La bolsa cae y cae sin remedio. Se multiplican los “eres”. La caída de la venta de automóviles alcanza cifras superiores al 50% y del turismo mejor no hablar.
Frente a esta hecatombe, ¿qué hace el gobierno?, pues como ya no puede echar la culpa a Bush, ahora es la crisis mundial en general y la financiera en particular la responsable. Sin embargo, los datos avalan una crisis propia, cuando nuestro paro es el doble de la media de la Unión Europea, cuando la caída de la venta de automóviles, nuestro segundo sector productivo, es el triple de la que ocurre en Alemania o Francia, cuando nuestra inflación, siempre por encima de la europea, está hora varias décimas por debajo, lo que demuestra que nuestro consumo interno se ha desplomado.
La actitud del Presidente y sus ministros es la del avestruz, esperar que escampe y mientras tanto la espiral destructiva de nuestro tejido productivo aumenta a velocidad de vértigo. Ni Rodríguez, ni Solbes, ni Corbacho parecen ser capaces de tomar una decisión coherente, quizás porque a base de negar la crisis realmente han creído que no existía.
No estoy nada seguro que las medidas que otros gobierno están tomando, tales como la de Obama en EE.UU o el de Brown en Reino Unido, vayan a ser eficaces, debido a que el brutal aumento de gasto público genera un coste tremendo para los ciudadanos, que no parecen dispuestos a pagar, levantándose voces negándose a pagar la factura de esas medidas y se están viendo enseñas con la frase “no me pises” que enarbolaban los patriotas americanos en el inicio de la revolución americana, cuando los incidentes del té. Incluso 11 estados se están cuestionando el pagar su parte alícuota del gran gasto. A la vez, 200 eminentes economistas han enviado una carta común al Presidente advirtiéndole del peligro de una política económica que consideran equivocada.
Pero, en cualquier caso, esos gobiernos están tomando decisiones, mientras el nuestro está paralizado. Es posible que las medidas de Obama, Brown, Merkel o Sarkozy sean mas o menos inadecuadas, pero por lo menos demuestran una voluntad proactiva, frente al tancredismo de nuestros dirigentes.
De seguir así la crisis, pronto nos encontraremos con graves problemas sociales y de orden público, pues ningún país puede aguantar tasas de paro del 18 o 20%. Problema que se agrava en España por la fuerte presencia de la emigración, llegada en masa debido a las erróneas políticas, primero del PP y después y del PSOE, sobre todo con la “calderada” de papeles para todos. No es de extrañar que pronto veamos incidentes no solo entre españoles y foráneos, sino entre los mismos emigrantes, lo que ya está sucedido en algunas poblaciones.Ante la preocupante situación, entiendo que solo hay dos salidas posibles: un gobierno de concentración PP-PSOE con un programa de acción claro o elecciones anticipadas para que los españoles, a quienes el PSOE nos mintió en la anterior campaña electoral, podamos decidir que modelo socioeconómico queremos apoyar para salir de este marasmo.
A los casi 4 millones de parados reales, contabilizando los “ignorados” por el gobierno, como bien explica hoy
Libertad Digital y aun sin contabilizar los autónomos, hay que añadir otro dato tremendo: entre 900.000 y 1.300.000 parados, según el medio que informa, ya no cobran subsidio.
Por si fuese poco, el desempleo se ceba especialmente en los mas débiles y entre ellos en los emigrantes, cuyo índice de paro ha crecido en mas del 100%, con la agravante de que este colectivo no suele tener la red de apoyo familiar de la que si suelen disponer los autóctonos.
En España existen 800.000 familias con todos sus miembros en edad de trabajar que no tienen empleo. Los comedores de Cáritas se abarrotan, incluso de familias enteras. El comedor del Ayuntamiento de Móstoles ha recibido 150 visitas solo en el primer día. La bolsa cae y cae sin remedio. Se multiplican los “eres”. La caída de la venta de automóviles alcanza cifras superiores al 50% y del turismo mejor no hablar.
Frente a esta hecatombe, ¿qué hace el gobierno?, pues como ya no puede echar la culpa a Bush, ahora es la crisis mundial en general y la financiera en particular la responsable. Sin embargo, los datos avalan una crisis propia, cuando nuestro paro es el doble de la media de la Unión Europea, cuando la caída de la venta de automóviles, nuestro segundo sector productivo, es el triple de la que ocurre en Alemania o Francia, cuando nuestra inflación, siempre por encima de la europea, está hora varias décimas por debajo, lo que demuestra que nuestro consumo interno se ha desplomado.
La actitud del Presidente y sus ministros es la del avestruz, esperar que escampe y mientras tanto la espiral destructiva de nuestro tejido productivo aumenta a velocidad de vértigo. Ni Rodríguez, ni Solbes, ni Corbacho parecen ser capaces de tomar una decisión coherente, quizás porque a base de negar la crisis realmente han creído que no existía.
No estoy nada seguro que las medidas que otros gobierno están tomando, tales como la de Obama en EE.UU o el de Brown en Reino Unido, vayan a ser eficaces, debido a que el brutal aumento de gasto público genera un coste tremendo para los ciudadanos, que no parecen dispuestos a pagar, levantándose voces negándose a pagar la factura de esas medidas y se están viendo enseñas con la frase “no me pises” que enarbolaban los patriotas americanos en el inicio de la revolución americana, cuando los incidentes del té. Incluso 11 estados se están cuestionando el pagar su parte alícuota del gran gasto. A la vez, 200 eminentes economistas han enviado una carta común al Presidente advirtiéndole del peligro de una política económica que consideran equivocada.
Pero, en cualquier caso, esos gobiernos están tomando decisiones, mientras el nuestro está paralizado. Es posible que las medidas de Obama, Brown, Merkel o Sarkozy sean mas o menos inadecuadas, pero por lo menos demuestran una voluntad proactiva, frente al tancredismo de nuestros dirigentes.
De seguir así la crisis, pronto nos encontraremos con graves problemas sociales y de orden público, pues ningún país puede aguantar tasas de paro del 18 o 20%. Problema que se agrava en España por la fuerte presencia de la emigración, llegada en masa debido a las erróneas políticas, primero del PP y después y del PSOE, sobre todo con la “calderada” de papeles para todos. No es de extrañar que pronto veamos incidentes no solo entre españoles y foráneos, sino entre los mismos emigrantes, lo que ya está sucedido en algunas poblaciones.Ante la preocupante situación, entiendo que solo hay dos salidas posibles: un gobierno de concentración PP-PSOE con un programa de acción claro o elecciones anticipadas para que los españoles, a quienes el PSOE nos mintió en la anterior campaña electoral, podamos decidir que modelo socioeconómico queremos apoyar para salir de este marasmo.
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