Digámoslo sin ambages: al aborto es un crimen. Basta ya de eufemismos tales como interrupción del embarazo, cuando matas a un feto estás cometiendo un asesinato. No hay discusión científica que valga, porque hemos visto fotos y vídeos de cómo sufren esos pequeños e indefensos seres ante las atrocidades de los carniceros/as y con la complacencia de sus madres.
Basta ya de considerar a las abortistas como víctimas, son cooperadoras voluntarias a esas matanzas que no dudan en exterminar a su propia carne y sangre, cuando hay alternativas humanas a un embarazo no deseado. Por cierto que también para prevenir un embarazo hay medios abundantes y, sobre todo, se podría aplicar una cierta moralidad que evitaría esta eclosión de sexo desbocado que culmina y/o en las enfermedades venéreas, sida, ambas siguen subiendo en flecha, o en la matanza de inocentes. Tampoco cuela el supuesto castigo a las mujeres que abortan, ¡jamás se ha encarcelado a ninguna mujer por ese acto execrable!.
Basta ya de la hipocresía social. Sabemos que en España existe el aborto libre, así lo atestiguan la cantidad de pruebas que existen contra la mayoría de las clínicas abortistas. Hemos visto como hay niños, prácticamente formados, a los que se asesina con la misma indiferencia con que los nazis lo hacían con los judíos.
Pese a ello, la mayoría de la gente, que en privado está en contra del aborto, no se pronuncia y mira para otro lado, ante el temor a esas fanáticas feministas, defensoras de que la mujer ni siquiera conciba y sus aliados “progres”.
Basta ya de justificar la defensa del aborto, cuando no puede ser un derecho, pues no contempla el derecho del más débil que es el no nacido, pero ya vida. La realidad es que el aborto se ha convertido en un gran negocio, otro negocio de la muerte lucrativo como el del tráfico de armas o drogas. Mercaderes de la muerte so capa de “médicos”, cuya bajeza moral solo es comparable a la de Mengele y compañía.
Basta ya de esperpentos justificativos planteados por dos niñatas pijas, provenientes del establishment socialista y una lesbiana de modelito diario. Sin argumentos válidos, sin conocimientos científicos sin moralidad de ningún tipo y solo preocupadas por aparecer como las más “modernas” de la discoteca, aunque una ya no tenga edad para casi nada y por defender a sus amigotes abortistas que podrían ver peligrar sus lucrativos negocios.
Y, sobre todo, basta ya de la cobardía e indolencia de la sociedad. Hay que defender con energía el derecho a la vida de los seres humanos. Es lamentable que se defiendan con tanto entusiasmo a los animales y sus derechos y no movamos una ceja ante los más de 100.000 abortos anuales que se producen en España, mas de UN MILLÓN desde 1985, fecha del establecimiento de la ley actual, así que ¡imaginemos lo que pasará con la nueva!. Si creemos en los derechos humanos, en la libertad y en la vida hay que oponerse a ese crimen que es el aborto, convertido ya en matanza industrial por aquellos que consideran que la mujer es dueña de su cuerpo, sin importarles que ese nuevo ser, indefenso, depende de esa madre para convertirse en un nuevo miembro de la comunidad humana y que, no existe, cosa mas bella que alumbrar una nueva vida, ¡defendámoslos!.
Basta ya de considerar a las abortistas como víctimas, son cooperadoras voluntarias a esas matanzas que no dudan en exterminar a su propia carne y sangre, cuando hay alternativas humanas a un embarazo no deseado. Por cierto que también para prevenir un embarazo hay medios abundantes y, sobre todo, se podría aplicar una cierta moralidad que evitaría esta eclosión de sexo desbocado que culmina y/o en las enfermedades venéreas, sida, ambas siguen subiendo en flecha, o en la matanza de inocentes. Tampoco cuela el supuesto castigo a las mujeres que abortan, ¡jamás se ha encarcelado a ninguna mujer por ese acto execrable!.
Basta ya de la hipocresía social. Sabemos que en España existe el aborto libre, así lo atestiguan la cantidad de pruebas que existen contra la mayoría de las clínicas abortistas. Hemos visto como hay niños, prácticamente formados, a los que se asesina con la misma indiferencia con que los nazis lo hacían con los judíos.
Pese a ello, la mayoría de la gente, que en privado está en contra del aborto, no se pronuncia y mira para otro lado, ante el temor a esas fanáticas feministas, defensoras de que la mujer ni siquiera conciba y sus aliados “progres”.
Basta ya de justificar la defensa del aborto, cuando no puede ser un derecho, pues no contempla el derecho del más débil que es el no nacido, pero ya vida. La realidad es que el aborto se ha convertido en un gran negocio, otro negocio de la muerte lucrativo como el del tráfico de armas o drogas. Mercaderes de la muerte so capa de “médicos”, cuya bajeza moral solo es comparable a la de Mengele y compañía.
Basta ya de esperpentos justificativos planteados por dos niñatas pijas, provenientes del establishment socialista y una lesbiana de modelito diario. Sin argumentos válidos, sin conocimientos científicos sin moralidad de ningún tipo y solo preocupadas por aparecer como las más “modernas” de la discoteca, aunque una ya no tenga edad para casi nada y por defender a sus amigotes abortistas que podrían ver peligrar sus lucrativos negocios.
Y, sobre todo, basta ya de la cobardía e indolencia de la sociedad. Hay que defender con energía el derecho a la vida de los seres humanos. Es lamentable que se defiendan con tanto entusiasmo a los animales y sus derechos y no movamos una ceja ante los más de 100.000 abortos anuales que se producen en España, mas de UN MILLÓN desde 1985, fecha del establecimiento de la ley actual, así que ¡imaginemos lo que pasará con la nueva!. Si creemos en los derechos humanos, en la libertad y en la vida hay que oponerse a ese crimen que es el aborto, convertido ya en matanza industrial por aquellos que consideran que la mujer es dueña de su cuerpo, sin importarles que ese nuevo ser, indefenso, depende de esa madre para convertirse en un nuevo miembro de la comunidad humana y que, no existe, cosa mas bella que alumbrar una nueva vida, ¡defendámoslos!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario