Las victimas del brutal atentado han sido olvidadas por los poderes públicos. El crimen ya no es rentable políticamente y, por tanto, hay que olvidarlo, así como a quienes se vieron afectados, no sea que se pueda volver contra quienes lo utilizaron de forma tan asquerosamente partidista.
Pese al supuesto cierre con el juicio a los supuestos culpables, que están todos en la calle salvo Zougam, la realidad es que cada día hay más dudas sobre lo que ocurrió, mas sospechas de que, de una forma u otra, personas no identificadas, pero que no se mueven lejos de nosotros, participaron activa o intelectualmente.
También bajo sospecha se encuentran elementos de las fuerzas de seguridad y de la propia judicatura, pues no se explica que hubiese pruebas que no llegasen a los juzgados, o se destruyesen con precipitación, incluyendo los restos de los trenes.
También sospechosos algunos testigos, especialmente en los que se basó la identificación de Zougam, que como recoge el diario El Mundo, por lesiones muy leves recibieron entre 48.000 y 60.000 euros de indemnización y, casualmente, los tres eran extranjeros, rumanos y dos, amigas.
Curioso fue desde el principio, el intento del gobierno socialista para dividir a las victimas, creando la fantasmagórica asociación dirigida por la Sra. Manjón cuyo único objetivo a lo largo de estos años ha sido meter en la cárcel al Presidente Aznar y, para nada, se ha preocupado de quienes eran los asesinos ni de apoyar al resto de las victimas.
Los esfuerzos de un puñado de personas y algún grupo, como Luis del Pino, Casimiro García o los Peones Negros, han evitado que se haya cernido un silencio total sobre el brutal asesinato de más de 190 personas y la secuela de heridos y familiares. Porque ni el gobierno, ni la oposición parecen interesados en seguir investigando, lo que resulta curioso tratándose del mayor atentado ocurrido en España y cuyas consecuencias humanas, sociales y psicológicas siguen afectándonos y, mas aún, sirvió para subvertir la democracia, no solo por que cambió un resultado electoral, sino porque en los días anteriores a las elecciones del 14M, se produjo un verdadero golpe de estado encubierto, donde participaron, no solo la oposición socialcomunista, sino elementos de la Seguridad del Estado como atestiguan las irregularidades en la investigación y la presentación de pruebas, así como los muy interesantes ascensos de personajes policiales relacionados con aquellos hechos.
Pero todos esos datos inquietantes y que ponen en cuestión a nuestra democracia, parecen no interesar ni a la mayoría de la población ni, desde luego, a los políticos, por lo que se intenta, al parecer con bastante éxito, ir difuminando aquellos hechos mediante el habitual ninguneo a las victimas, para que, suavemente, el atentado vaya a engrosar el olvido colectivo y los culpables y quienes sacaron tajada de los acontecimientos, puedan seguir viviendo tranquilamente y gozando de las prebendas que se obtuvieron.
Solo una fuerte reacción ciudadana, que obligue a reabrir el caso y que exija a todos los poderes su implicación en el esclarecimiento de aquel crimen, evitará esa somnolencia en la que estamos cayendo y que denota, otra vez más, a una sociedad cobardona y entreguista, poco preocupada por la verdad y que solo quiere vivir en esa “paz” del avestruz sin querer ver que asuntos de esta índole, si no se cortan de raíz, pueden volver a reproducirse.
Pese al supuesto cierre con el juicio a los supuestos culpables, que están todos en la calle salvo Zougam, la realidad es que cada día hay más dudas sobre lo que ocurrió, mas sospechas de que, de una forma u otra, personas no identificadas, pero que no se mueven lejos de nosotros, participaron activa o intelectualmente.
También bajo sospecha se encuentran elementos de las fuerzas de seguridad y de la propia judicatura, pues no se explica que hubiese pruebas que no llegasen a los juzgados, o se destruyesen con precipitación, incluyendo los restos de los trenes.
También sospechosos algunos testigos, especialmente en los que se basó la identificación de Zougam, que como recoge el diario El Mundo, por lesiones muy leves recibieron entre 48.000 y 60.000 euros de indemnización y, casualmente, los tres eran extranjeros, rumanos y dos, amigas.
Curioso fue desde el principio, el intento del gobierno socialista para dividir a las victimas, creando la fantasmagórica asociación dirigida por la Sra. Manjón cuyo único objetivo a lo largo de estos años ha sido meter en la cárcel al Presidente Aznar y, para nada, se ha preocupado de quienes eran los asesinos ni de apoyar al resto de las victimas.
Los esfuerzos de un puñado de personas y algún grupo, como Luis del Pino, Casimiro García o los Peones Negros, han evitado que se haya cernido un silencio total sobre el brutal asesinato de más de 190 personas y la secuela de heridos y familiares. Porque ni el gobierno, ni la oposición parecen interesados en seguir investigando, lo que resulta curioso tratándose del mayor atentado ocurrido en España y cuyas consecuencias humanas, sociales y psicológicas siguen afectándonos y, mas aún, sirvió para subvertir la democracia, no solo por que cambió un resultado electoral, sino porque en los días anteriores a las elecciones del 14M, se produjo un verdadero golpe de estado encubierto, donde participaron, no solo la oposición socialcomunista, sino elementos de la Seguridad del Estado como atestiguan las irregularidades en la investigación y la presentación de pruebas, así como los muy interesantes ascensos de personajes policiales relacionados con aquellos hechos.
Pero todos esos datos inquietantes y que ponen en cuestión a nuestra democracia, parecen no interesar ni a la mayoría de la población ni, desde luego, a los políticos, por lo que se intenta, al parecer con bastante éxito, ir difuminando aquellos hechos mediante el habitual ninguneo a las victimas, para que, suavemente, el atentado vaya a engrosar el olvido colectivo y los culpables y quienes sacaron tajada de los acontecimientos, puedan seguir viviendo tranquilamente y gozando de las prebendas que se obtuvieron.
Solo una fuerte reacción ciudadana, que obligue a reabrir el caso y que exija a todos los poderes su implicación en el esclarecimiento de aquel crimen, evitará esa somnolencia en la que estamos cayendo y que denota, otra vez más, a una sociedad cobardona y entreguista, poco preocupada por la verdad y que solo quiere vivir en esa “paz” del avestruz sin querer ver que asuntos de esta índole, si no se cortan de raíz, pueden volver a reproducirse.
1 comentario:
¡Vaya "posts" más provocadores e incitadores que tiene don Carlos!
A ver si tenemos ocasión de intercambiar ideas en persona, que quedastes en llamar hace unos meses, canalla, y no lo has hecho.
Bueno, aparte de esto, aprovecho esta vía del "comentario" para pedirte que me remitas un correo confirmándome que se resolvió aquel problema del que me tecleastes sobre la posibilidad de comentar las entradas en mi blog. Te hago esta petición porque no tengo tu correcta dirección electrónica, al parecer, pues esta tarde te he enviado un correo y ha sido rechazado.
Un abrazo
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