Los resultados de las últimas elecciones no han dejado lugar a dudas: el proyecto rodrigueril ha sido aceptado por la mayoría de los electores. Formando tras el Presidente, nacionalistas, extrema radical, separatistas, grupos marginales y antisistema, etc. han dado una nueva victoria al PSOE que le permite aumentar su número de escaños y votos, consiguiendo una holgada mayoría en el Congreso.
Frente a ello, el PP con unos resultados en votos similares a los obtenidos por Aznar cuando gobernó con mayoría absoluta, ha perdido las elecciones. Los brillantes datos de Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla La Mancha, no pueden ocultar los desastrosos de Cataluña, malos de Baleares, Galicia o País Vasco. Y ahora el partido exponente del centroderecha se ha quedado como paralizado. Si no ha sido capaz de vencer al peor presidente de la democracia en la peor legislatura parece difícil hacerlo en condiciones menos favorables. Frente a estos hechos y lejos de proceder a un análisis riguroso de los hechos y de los votos, el PP se ha tirado 20 días en estado catatónico hasta que Rajoy, que inmediatamente tras la derrota se postuló para seguir al frente, decidió nombrar a su nuevo equipo para esta nueva etapa.
Sinceramente debo reconocer que, prácticamente, no conozco a ninguno de los nuevos dirigentes del partido y de los que tengo noticias éstas no son halagüeñas. Parece un equipo un tanto light y blandín, cuando todos esperábamos un equipo sólido y de choque. Se dice que son dialogantes y que transitan por los principios centristas y reformistas, razón por la cual han sido aplaudidos por el grupo PRISA, los diarios catalanes y Ruiz Gallardón.
Personalmente, me siento defraudado, no tanto por la derrota, mas que previsible por muchas razones entre las cuales no era la menor el escaso gancho y empuje del Sr. Rajoy, sino porque parece vislumbrarse que la derrota va a traer otras derivas ideológicos al PP, que lejos de seguir enarbolando con firmeza los principios liberalconservadores puede deslizarse hacia un conservadurismo tenue, en España siempre tan cercano al estatismo y, por tanto, al socialismo. No parece que Dª Soraya y su equipo sean muy liberales, ni tampoco de mucho fuste, sobre todo si nos guiamos por la primera entrevista a la Sra. Portavoz del PP en la COPE donde, mas allá, de un trato un tanto ácido rayando lo grosero por parte de Federico Jiménez Losantos y Pedro J.Ramírez, la verdad es que no dio, desde mi óptica, la talla.
El problema histórico del centroderecha español es, como bien apuntaba José Mª Marco en un artículo, que nunca ha sido capaz de elaborar un “corpus” cultural e ideológico, entre otras cosas porque siempre ha estado sometido a unos planteamientos neoestatistas, mas cercanos al socialismo que al liberalismo. Otra razón ha sido su incapacidad para el enfrentamiento, en el campo de las ideas, firme y sin concesiones frente al rival y lo hemos visto en temas como el aborto, matrimonios homosexuales, justicia, educación,etc.. Se han opuesto a ello, pero de boquilla, pues una vez llegados al poder no han tomado medidas el respecto. Caso flagrante es el de la educación, donde desde tiempos de la transición se ha cedido el control de la misma a la izquierda, se ha permitido que sus exponentes copen los puestos en Colegios y Universidades sin dar la batalla frontal que tema tan fundamental para el porvenir de una nación merece.
Por tanto, si el centroderecha quiere establecerse como una opción sólida, que cale en la sociedad, debe elaborar un discurso ideológicocultural propio, labor que no es de un día pero que termina dando sus frutos como vemos en otrso países: Reino Unido, EEUU, etc. y, sobre todo, deshacerse de ese complejo, frente a la izquierda, que parece que siempre se necesita su aval para los temas y como hacerse perdonar el no ser de izquierdas.
No creo que el Sr. Rajoy y su equipo sean los apropiados para esa revolución cultural, por lo que si no dan un paso al frente aquellos que si pueden encabezarla tendremos PSOE por muchos años y, lo que es peor, la sociedad se irá cada vez volviendo mas alienada ya que solo escuchará el mensaje hedonista y decadente de la progresía cultural y política actual.
Frente a ello, el PP con unos resultados en votos similares a los obtenidos por Aznar cuando gobernó con mayoría absoluta, ha perdido las elecciones. Los brillantes datos de Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla La Mancha, no pueden ocultar los desastrosos de Cataluña, malos de Baleares, Galicia o País Vasco. Y ahora el partido exponente del centroderecha se ha quedado como paralizado. Si no ha sido capaz de vencer al peor presidente de la democracia en la peor legislatura parece difícil hacerlo en condiciones menos favorables. Frente a estos hechos y lejos de proceder a un análisis riguroso de los hechos y de los votos, el PP se ha tirado 20 días en estado catatónico hasta que Rajoy, que inmediatamente tras la derrota se postuló para seguir al frente, decidió nombrar a su nuevo equipo para esta nueva etapa.
Sinceramente debo reconocer que, prácticamente, no conozco a ninguno de los nuevos dirigentes del partido y de los que tengo noticias éstas no son halagüeñas. Parece un equipo un tanto light y blandín, cuando todos esperábamos un equipo sólido y de choque. Se dice que son dialogantes y que transitan por los principios centristas y reformistas, razón por la cual han sido aplaudidos por el grupo PRISA, los diarios catalanes y Ruiz Gallardón.
Personalmente, me siento defraudado, no tanto por la derrota, mas que previsible por muchas razones entre las cuales no era la menor el escaso gancho y empuje del Sr. Rajoy, sino porque parece vislumbrarse que la derrota va a traer otras derivas ideológicos al PP, que lejos de seguir enarbolando con firmeza los principios liberalconservadores puede deslizarse hacia un conservadurismo tenue, en España siempre tan cercano al estatismo y, por tanto, al socialismo. No parece que Dª Soraya y su equipo sean muy liberales, ni tampoco de mucho fuste, sobre todo si nos guiamos por la primera entrevista a la Sra. Portavoz del PP en la COPE donde, mas allá, de un trato un tanto ácido rayando lo grosero por parte de Federico Jiménez Losantos y Pedro J.Ramírez, la verdad es que no dio, desde mi óptica, la talla.
El problema histórico del centroderecha español es, como bien apuntaba José Mª Marco en un artículo, que nunca ha sido capaz de elaborar un “corpus” cultural e ideológico, entre otras cosas porque siempre ha estado sometido a unos planteamientos neoestatistas, mas cercanos al socialismo que al liberalismo. Otra razón ha sido su incapacidad para el enfrentamiento, en el campo de las ideas, firme y sin concesiones frente al rival y lo hemos visto en temas como el aborto, matrimonios homosexuales, justicia, educación,etc.. Se han opuesto a ello, pero de boquilla, pues una vez llegados al poder no han tomado medidas el respecto. Caso flagrante es el de la educación, donde desde tiempos de la transición se ha cedido el control de la misma a la izquierda, se ha permitido que sus exponentes copen los puestos en Colegios y Universidades sin dar la batalla frontal que tema tan fundamental para el porvenir de una nación merece.
Por tanto, si el centroderecha quiere establecerse como una opción sólida, que cale en la sociedad, debe elaborar un discurso ideológicocultural propio, labor que no es de un día pero que termina dando sus frutos como vemos en otrso países: Reino Unido, EEUU, etc. y, sobre todo, deshacerse de ese complejo, frente a la izquierda, que parece que siempre se necesita su aval para los temas y como hacerse perdonar el no ser de izquierdas.
No creo que el Sr. Rajoy y su equipo sean los apropiados para esa revolución cultural, por lo que si no dan un paso al frente aquellos que si pueden encabezarla tendremos PSOE por muchos años y, lo que es peor, la sociedad se irá cada vez volviendo mas alienada ya que solo escuchará el mensaje hedonista y decadente de la progresía cultural y política actual.
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo, no pretendo que los resultados de Murcia, ningún partido ha sacado un porcentaje mayor en ninguna parte de España, y con el mayor nivel de participación de toda España- pero el PP debe buscar soluciones para dejar de ser un partido marginal en Cataluña y avanzar en Andalucía, Extremadura y Baleares, porque desde luego, el rival, más fácil no lo puede poner
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