martes, abril 22, 2008

Rajoy se quita careta

La crisis que dio lugar a la desaparición de AP y su conversión en el PP trajo, entre tras consecuencias, que el partido se convirtiese en lo que los anglosajones llaman un “partido atrapalotodo”, es decir que sin una ideología definida salvo titularse de “centroderecha” quiso, y en parte lo consiguió, reunir todo lo que iba desde el tardofranquismo hasta los lindes del socialismo. Entre las ventajas que para España tuvo, fue que evitó la aparición de partidos de extrema derecha y, por tanto muchos problemas. En aquellos años ´80 y ´90 cuando todos los partidos, salvo los nacionalistas, parecían desentenderse de las ideología y preocuparse mas por la gestión, mejor o peor, el sistema funcionó, sobre todo con José Mª Aznar que manejó con firmeza el timón de la organización y con ello consiguió sus mejores éxitos. Tampoco hay que olvidar que los dos grandes partidos tenían un sustrato común: la importancia que le daban al control estatal, herencia, como ya he comentado en otros artículos, de la marea socializante que surge en Europa tras la P.G.M. y, sobre todo, tras la S.G.M..Por tanto, las diferencias solo se remarcaban en la buena gestión económica y en la política exterior, mucho mas prooccidental del PP que del PSOE.
Imbuido de ese engaño, los populares ignoraron los elementos culturales y educativos, dejando en manos de la izquierda el control de institutos y universidades así como el de las actividades culturales. El PSOE, que pese a ese clima teórico de “fin de las ideologías” no olvidaba la importancia del adoctrinamiento, inició los movimientos para ese control ya desde tiempos de UCD, partido que también se desentendió de esos campos. Así con el movimiento de los pnn´s en la Universidad creo un u sólido grupo de personas favorables a sus teorías que, con el tiempo, han ocupado cátedras y rectorías. Otro tanto hicieron en los institutos, así como e los medios culturales, aquí e cierta competencia con el PCE y, mientras tanto, primero UCD y después el PP seguían con su adocenamiento.
La llegada de Rodríguez a la Secretaría General del PSOE impulsó una radicalización de ese adoctrinamiento que eclosionó con el triunfo en las elecciones de 2004. Su apoyo a las minorías radicales y a los nacionalistas fue acompañado por un refuerzo del adoctrinamiento educativo, plasmado en la LOGSE y en la signatura de Educación para la Ciudadanía, la radicalización en las Universidades, con boicots a los rivales y campañas prorepublicanas, proabortistas, prohomosexuales o antisistema, etc. así como en los medios culturales con sus apoyos a Rodríguez y peticiones de, prácticamente, disolución del PP, sin olvidar los medios de comunicación, otro campo ignorado por los populares y donde Aznar cometió graves errores, permitiendo la ilegal expansión del grupo PRISA.
Durante esos últimos 4 años, la derecha no ha sabido o querido contrarrestar la ofensiva ideológica de la izquierda, salvo en los tribunales, pero no ha confrontado ideológicamente con los socialistas, cediendo cada vez mas terreno en un mar de complejos ya históricos. Las únicas banderas en defensa de los planteamientos liberal-conservadores se han hecho por ciertos segmentos de la sociedad o personas individuales, especialmente en Internet donde se mantiene un debate interesante, debate que no es posible en el resto de los medios de comunicación.
Dentro de ese estado anodino de confrontación ideológica, resultaba evidente que el PP no podía dar la batalla de las ideas, porque su condición de partido “atrapalotodo” le dejaba sin un referente ideológico pues el batiburrillo de franquistas, democristianos, conservadores, liberales y socialdemócratas, prácticamente no se ponían de acuerdo mas que en temas como la unidad de España o lucha contra ETA. En todo lo demás era imposible y, si bien, bajo el gobierno de Aznar se acometieron algunas medidas liberales, la verdad es que no fueron demasiadas y alguna, como la movilidad geográfica, se abortaron ante una huelga.
Aquellos que nos consideramos liberal-conservadores, esperábamos que en la nueva legislatura y a tenor, pese a la derrota, de los excelentes resultados del PP, daría, tal como pide Esperanza Aguirre, la batalla de las ideas, porque está claro que no todo es economía, la cual, siendo importante no necesariamente te da la victoria, sino que la defensa de los valores dan solidez a tu mensaje e importan a los ciudadanos y así lo hemos visto con Sarkozy o con Berlusconi, por no hablar de EEUU donde el debate entre los candidatos demócratas se está centrando mucho en los valores morales y la religión, prueba de la importancia de esos temas en la primera potencia mundial y que explica el rotundo éxito del viaje del Papa a EEUU.
Pues bien, no solo nos hemos quedado con las ganas de esa confrontación intelectual, sino que el Ser. Rajoy se despacha el otro día en el discurso de Elche descalificando a conservadores y liberales, haciendo una loa del socialismo con su defensa de lo público y, pasmémonos, de la actual Estado de la Autonomías. Por si fuera poco rechazó que la libertad fuera la piedra de toque de la vida individual y social, pues, muy marxistamente, consideraba que sin una buena economía no era posible. Parece ignorar el caballero que es desde la libertad desde donde se crea bienestar y sino que eche una mirada a su alrededor y vea que países son los mas prósperos y verá que son aquellos donde la intervención estatal es menor o se está reduciendo. El Sr. Rajoy, del que nunca conocimos su ideología, se ha quitado la careta y parece soñar con la socialdemocracia sueca, aquella que desde los ´80 está fuera de juego, no solo del poder sino reconvertida en sus ideas y parece olvidar que un Reino Unido en crisis fue levantado por una liberal Margaret Thatcher que, por su firmeza, quebró el lomo de unos sindicatos obstruccionistas y verdadero estado dentro del estado y que con su idea del “capitalismo popular” potenció las clases medias y el bienestar de su patria, hasta el extremo que los subsiguientes gobiernos socialistas de Blair mantuvieron la mayoría de sus políticas.Pues bien parece que el Sr. Rajoy siente nostalgia o bien del tardo franquismo o de esa socialdemocracia fracasada y anima a los que no piensan como él a que abandonen el PP como si fuese su propietario. Debería meditar el interfecto que si cuadros, militantes y votantes liberal-conservadores no apoyamos al PP tendría que vende la sede de Génova porque las sorayas, arriolas y él cabrían en un seiscientos.

No hay comentarios: