miércoles, enero 02, 2013

2 de enero de...1492


 
Hoy se cumplen 521 años de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, efemérides que ya no se celebra y que ningún medio de comunicación recuerda, pues parece que es políticamente incorrecto. En un momento en que nuestros valores están en almoneda, que nuestros gobernantes, no solo los españoles, procuran no decir nada que moleste al musulmán, que es todo lo que les molesta, es lógico que “se olvide” un hecho tan fundamental en la Historia de España.

Pero algunos no queremos sucumbir a lo políticamente correcto, al entreguismo bien cobarde, por lo que recordamos con orgullo que tras más de siete siglos, nuestros antepasados gallegos, castellano-leoneses, navarros, aragoneses, catalanes y valencianos vencieron al invasor, sí invasor y recuperamos la independencia perdida, la fé y el honor, nunca olvidados.

Los reinos, no siempre unidos aunque si en los momentos cruciales, batieron no solo a los musulmanes establecidos desde el siglo VIII si no a las posteriores invasiones almorávides, almphades o benimerines y otros. En una larga Reconquista, sí, Reconquista, los cristianos españoles recuperamos nuestra Patria de quienes quisieron imponernos sus costumbres y su religión.

Mas allá de mitos sobre convivencia de tres religiones, la realidad es que el invasor siempre quiso imponer sus condiciones y que desde el valiente reducto astur se inició la recuperación de España, culminada aquel 2 de enero con  la rendición del último monarca nazarí: Boabdil.

Conviene recordar a las jóvenes generaciones que España se ha hecho del esfuerzo de todos, contra enemigos muy poderosos como el Islam, pero que, al final ya fuesen los muslimes o los franceses de Napoleón, España siempre resurgió.

En estos tiempos de cobardía y renuncias, conviene meditar sobre los esfuerzos de nuestros antepasados y no ignorarlos, porque su sacrificio nos ha conducido hasta aquí y no debiéramos nosotros dilapidar su herencia en la cobardía, el entreguismo y la “corrección” política. El Isla, sigue siendo la gran amenaza para Europa, amenaza que abortó Carlos Martel y nuestra Reconquista. No dejemos que, como decía el imán de Estambul, nos dominen mediante la emigración y sobre todo los vientres de sus mujeres, ni tampoco por el cobarde terrorismo. Europa, lo dijo Juan Pablo, será cristiana o no será nada, ¿queremos ser un apéndice de La Meca?.

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