Cibercrimen

Coincidiendo con la creación en Europol de la Unidad C3 contra el cibercrimen, conocemos que una empresa de seguridad rusa, Kaspersky, descubrió en octubre una macrored de espionaje a la que se ha llamado “Octubre Rojo”. La misma ha pirateado a 39 países, sobre todo de la antigua URSS, pero también EEUU e, incluso, España, durante 5 años.

Los piratas han llegado a controlar no solo ordenadores, también teléfonos móviles e, incluso, lápices de información. Todo ello centrado en información sensible: científica, económica, política y militar.

No se sabe sus identidades ni al servicio de quienes actuaban, especulándose que pueda tratarse de una red privada que luego comerciaba con esas informaciones que vendía al mejor postor.

Nos encontramos ante el gran peligro del  futuro y ya del presente: los ciberataques, como el propio Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU pronosticaba en su reciente informe sobre las perspectivas 2030, el cibercrimen será uno de los problemas fundamentales. En un mundo interrelacionado y conectado, todo tipo de delincuencia puede basarse en las redes informáticas, amenazando la seguridad de personas, empresas e incluso países.

Los ataques de hackers a elementos sensibles de la economía o seguridad son muy frecuentes, pero también las redes de pederastia dominan este campo obligando a las unidades policiales correspondientes a un  esfuerzo tremendo.

La debilidad de nuestras redes queda cada día al descubierto, haciendo necesario un gasto inmenso en medidas anticrimen en un mundo tecnológicamente complejo, donde las medidas de seguridad n o siempre son adecuadas.

Lo inquietante de la red descubierta es que no sabemos quienes se aprovechan de esas informaciones y como ya vimos con wikileaks, cualquier pirata puede poner al descubierto los secretos de cualquier persona o nación, con el potencial desestabilizador que ello conlleva.

Es de esperar que las medidas que gobiernos y empresas están cumplimentando, hagan mas segura la red, pero siempre, no lo olvidemos, los malos van un  paso por delante, por lo que se deben extremar las precauciones, no solo ante le gran crimen económico o político, sino también sobre el peligro que para jóvenes y adolescentes tiene con las, cada vez mayores, redes de pederastia y otros ataques a los más vulnerables.

Foto: Kaspersky