viernes, octubre 07, 2011

Asesinos y secuaces



Desde hace una temporada pesa una sentencia de muerte sobre Yousef Nadarkhani, un iraní que es pastor evangélico. Esta adscripción ha desatado la ira de los ayatollahs y han decidido, tal como dice el Corán, acabar con el hereje, pues el bueno de Yousef es iraní.


Creo llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre y reconocer que el Islam es una religión de asesinos, probablemente no todos los musulmanes lo sean, pero al pertenecer a esa religión que no permite a ninguno de sus miembros cambiar a otro credo y no oponerse, son cómplices, pues el que calla otorga. No solo eso, muchos, no se si todos, están de acuerdo así como en vengar las afretas a su fe, como en el tema de las caricaturas de Mahoma o la fatua contra Rushdie.

Ítem mas, recordemos la alegría de las masas musulmanas cuando el 11S, pese a que los muertos eran inocentes ciudadanos, no soldados o políticos, o los crímenes de los terroristas en Beslan, Moscú, Londres, Bali, etc., nunca condenados ni por los dirigentes musulmanes, ni los “intelectuales”, ni los pueblos, esa es la verdad. Por supuesto ya no hablemos de los deseos de aniquilar a los judíos, cosa que no es nueva, ya que en los años 20-30 lo intentaron, así como en el 47-49, 67 o 73. No se trataba de derrotarles militarmente, sino de “echarlos al mar”, lo que necesita poca explicación.

Por tanto, basta ya de dividir a los musulmanes en radicales y moderados, no lo son ninguno mientras no demuestren lo contrario y mientras tienen la desvergüenza de pedir que se quite la Cruz de San Jorge del casco de los policías británicos para no ofender a sus creencias o, incluso, la cruz de la bandera de Suiza, no permiten no ya construir iglesias en países como Arabia Saudita o Irán, sino que ningún no musulmán puede entrar en La Meca, so pena, ¡como no!, de muerte mientras ellos se pasean por Roma o Santiago.

Pero si esa caterva debe ser contenida y rechazada, mas peligrosos resultan los cobardes y tontos útiles que con la excusa de una mas que imposible convivencia ceden a los planteamientos de los agarenos y vamos viendo como la sharía empieza a ser admitida, en unos lugares “de jure” como en Canadá y en otros “de facto” como en España.

Otra de las miserias de occidente es el distinto trato ante las ejecuciones, se ha montado un pollo de padre y muy señor mío, como dirían los modernos, ante la ejecución de un negro asesino de un policía e Georgia, con todo el mundo diciendo lo de siempre, que por ser negro había tenido un juicio injusto y bla, bla, bla. Todos los gobiernos, organizaciones de cualquier ralea y hasta el Vaticano han pedido su indulto, cosa que no se concedió. El mismo día, en Texas un racista blanco era ejecutado por matar a unos niños negros y de éste no se ha dicho ni pío ni se ha pedido el indulto, también ejecutado , pena que, personalmente, apruebo en este caso como en el anterior, pero parece ser que según el reo así respira la sociedad y sus dirigentes.

Pues bien, en el caso del Pastor Nadarkhani, prácticamente nadie ha salido en su defensa, salvo, mas o menos con firmeza Francia y el Reino Unido, tampoco las organizaciones internacionales, ni la mayoría de los medios. Y si eso ha sido muy general, en España ha quedado plasmado en la diferencia entre las peticiones para el ejecutado en Georgia y el silencio de la ministra de la sonrisa de hiena, Sra. Jiménez, del resto de su gobierno y de la propia oposición que, salvo error que me encantaría rectificar, han dicho poco o nada. Es mas, el gobierno, supongo que a petición de la susodicha ministra o del epítome de la alianza de civilizaciones, Sr. Rodríguez, prohibió una manifestación de la organización Hazte oír, los únicos que se han volcado en la defensa del reo cristiano, ante la embajada iraní, supongo que por no enturbiar la amistad Jamenei-Rodríguez.

Estas son las actitudes de occidente: cobardía y rendición ante los asesinos, cuando no complicidad mas o menos manifiesta y en nuestro país eso se acentúa, claro que viendo lo que está pasando con las cesiones a ETA, ¿de que me indigno o sorprendo?.

1 comentario:

Lola dijo...

Es esa actitud de occidente la que posiblemente propicie su caída. El sentimiento de culpabilidad que va desde el origen, haber matado a Dios es realmente una culpa semasiado pesada, y que hoy tiene otras formas, como el movimiento de los calentólogos del clima o las sucesivas corrientes de pensamiento que aseguran que nuestra civilización es responsable del hambre, de la enfermedad o de cualquier calamidad digna de ser tenida en cuenta. Ciertamente no sé si cumpliremos los 5000 años que sobrevivió la civilización egipcia, lo que sí sé es que la cohesión por la culpabilidad no es una buena idea, además de producir un cansancio intelectual considerable.

Estudiaremos la civilización China y esperemos que no sea tan pusilánime y se sienta orgullosa de su propia hegemonía.