viernes, septiembre 23, 2011

Apellidos

Resulta curiosa la costumbre o manía de algunos próceres socialistas por ignorar su primer apellido. Desde el principio de su mandato el Presidente Rodríguez quería ser llamado Zapatero, su segundo apellido, no se si por manía a su padre, amor a su madre o porque Zapatero era menos vulgar que Rodríguez.

Lo mismo está ocurriendo con el candidato del PSOE, Sr. Pérez que obvia este apellido y se hace llamar por el segundo: Rubalcaba, no se si por las mismas razones que el Presidente u otras. Sería bueno que si algún psicólogo hace el honor de leerme, pueda darnos una explicación a este hecho.

No recuerdo que ningún dirigente español haya sido conocido por su segundo apellido, así Suárez era el primer apellido o González, Aznar y antes Franco, Azaña, etc. .La mayoría tenían apellidos normales españoles y ninguno iba al segundo, de hecho creo que de muchos no nos acordamos de ese segundo apellido, lo que no es un desdoro para la madre,¡benditas madres!,tan solo lo habitual.

Quizá estos cambios sean razón o consecuencia de esa nueva ley que permite optar por el apellido del padre o de la madre, así futuros líderes con apellidos uno normal y otro algo menos habitual, podrán usar el que deseen, lo malo es que los padres o el funcionario en su caso, ya le habrán puesto como primero el que consideren e igual no es el que le gusta al futuro candidato, con lo que ya tenemos el lío otra vez.

Ciertamente, los grandes próceres de nuestra historia son recordados por el apellido paterno, salvo algunos casos de grandes nobles que realizaban cambios para perpetuar el rancio abolengo. Probablemente sea injusto que no se recuerde el linaje materno, pero hasta la llegada de Rodríguez no parecía que hubiese grandes problemas ni reivindicaciones masivas al respecto.

Pero como la moda se imponga, menudo follón si, por ejemplo, a Cervantes, Velázquez o Goya hay que empezar a conocerles por su segundo apellido, confieso que en ninguno de los tres ejemplos lo recuerdo en este momento, por lo que expreso mis excusas.

En cualquier caso, tanto Rodríguez como Pérez no serán recordados tanto por si usaban el primer o segundo apellido, como por sus desastres como gobernantes y siempre les quedará el consuelo de que dicho recuerdo, en muchos casos, irá acompañado de un epíteto español, que casi siempre suele ser mentando a la madre, que ya tenemos tela, no recordamos ese apellido pero a la hora de los cabreos siempre tenemos en mente que hay una madre por medio, ¡es que no tenemos solución!.

1 comentario:

Lola dijo...

No le dé demasiadas vueltas: eligen el apellido menos trillado para poder pasar menos desapercibidos en la pequeña historieta de sus legislaturas al frente de las instituciones. Tan seguros están de no alcanzar logros ni glorias, que se aferran al menos a sus nombres, seguidos de sus apellidos menos vulgares, lo mismo que, si se da el caso, sacan a relucir sus ojitos color caca de paloma o sus cejas. Cualquier cosa que les permita ser recordados, sabedores de su nefasta gestión y mediocre preparación.