sábado, febrero 26, 2011

Déjà vu

Occidente se encuentra atónito ante la ola de revueltas que se están produciendo en el llamado Mundo árabe. Una vez mas, nuestras endebles democracias no saben que hacer ante la ola que se extiende desde el Atlántico al Golfo Pérsico. Frente a dictadores a los que se les ha bailado el agua durante décadas, frente a los asesinos que incentivaron el terrorismo y a los que se les perdonó por mor del business, la arremetida de sus pueblos contra ellos no parece ser asumida por nuestra decadente clase dirigente.

Durante años hemos visto pasearse a los Ben Alí, Mubarak o Gadaffi entre las sonrisas untuosas y serviles de banqueros, intelectuales, periodistas, políticos, etc.. Mamarrachadas del estilo de Gadaffi con su corte de tetonas “guardaespaldas” y congregando a jovencitas europeas para hablarles de lo bueno que es el Islam y que las aticen sus maridos, rematado con frases del estilo “el Islam es la salvación de Europa”, coreadas con aplausos. Curiosamente, esas señoras y señoritas que jaleaban al bufón asesino o callaban ante sus dislates son las que, muy ofendidas, salen a la calle contra Berlusconi porque retoza en sus residencias privadas, eso es una humillación a las mujeres, pero no el servilismo ante el libio, ¡curioso!.

Volviendo al tema central, no debería sorprendernos la actitud de los gobiernos supuestamente democráticos, sean de derechas o izquierdas, pues su obnubilación ante los sátrapas es la historia del siglo pasado. Cuando comunistas, fascistas y nazis empiezan a tomar impulso, las democracias intentan apaciguarlos, así ocurrió con el Reino Unido, Francia y EE.UU. en 1919, cuando podían haber instaurado una Rusia democrática y abandonaron a sus aliados Blancos ( Denikin, Kolchak o Wrangel ) por miedo al virus comunista que luego se expandió. Algo similar pasó con los nazis, pues en 1933-34, Hitler pudo ser frenado sin demasiados problemas, pero la blandengue Europa prefirió hacer concesiones al monstruo que culminaron con la entrega de parte de Bohemia y Moravia, el famoso territorio de los Sudetes, a los nazis entre el alborozo general de gobernantes y pueblos que creían salvar la paz y perdieron ésta y el honor, pues Adolfo se comió Checoslovaquia poco después y a continuación….ya conocemos la historia.

Con el triunfo del comunismo en la S.G.M., otra vez Occidente reculó y de no haber sido por EE.UU., posiblemente toda Europa hubiese caído bajo el régimen asesino de Stalin, Beria, Molotov y sus acólitos, solo la enérgica actuación, Puente Aéreo de Berlín incluido, en 1948-49 frenó las ínfulas soviéticas, pero se estableció un status quo muy favorable a Moscú bajo el que gimieron decenas de millones de personas hasta 1989, siempre con la aquiescencia de los “demócratas” europeos y, también algunos americanos.

Liquidado el comunismo por sus propias contradicciones y la actitud de Reagan Thatcher y el gran Juan Pablo II, aunque no es todos los sitios, recordemos que gobierna en Cuba, Corea del Norte, Laos, Vietnam y China como mínimo u oficialmente, se inició la época de los pequeños dictadores, como o Milosevic. Pero también se les bailó el agua, en Europa hasta 1999 y en el caso de Saddam hasta 2003, ora por su petróleo, ora por su oposición a los ayatollahs, que, por cierto, llegaron al poder por la estulticia, sobre todo del Presidente estadounidense Cárter y el francés Giscard, que lejos de apoyar a los elementos liberales entregaron el poder en bandeja a los clérigos, ¡otro acierto!.

Cuando EE.UU. decide acabar con Hussein tras el 11S, la mayoría de los países se levantan…contra los norteamericanos iniciándose una de las mas absurdas, cretinas y ridículas campañas antiamericanas de la historia. Poco importaba que Saddam liquidase a su propio pueblo, la excusa es que EE.UU., solo quería proteger el petróleo, cosa absurda cuando el propio Saddam cuatro días antes de la invasión le había ofrecido a Bush Jr.el control de sus campos de crudo, pero así se escribe la historia.¡Eso sí!, cuando las tropas americanas mas o menos han pacificado el país, chinos, rusos, franceses, todos excepto estadounidenses, se han llevado las concesiones petrolíferas, ¡vaya, vaya!, ¡petróleo para aquellos que no expusieron la sangres de sus soldados!.

Esos antecedentes hace que no debamos sorprendernos de que si a Ben Alí se le liquidó sin problemas, es un pequeño país con un dictador ni mucho menos de los peores, pero sin gran cosa que ofrecer y si Mubarak se tuvo que ir, tras muchas dudas de las cancillerías y por razones estratégicas, a Gadaffi, el mas asesino, se le ha tratado con guantes de seda hasta que la llamada comunidad internacional ha visto como el pueblo lo iba expulsando hasta dejarle reducido a Trípoli y poco más. Cuando han constatado que ya no se iban a poder seguir haciendo los sustanciales negocios llegó la hora de aplicar el viejo refrán castellano: “a moro muerto, gran lanzada” y la ONU, la OTAN, bla, bla, bla han empezado a soltar denuestos contra el líder de la revolución verde, ¡eso sí!, de ayudar a los libios que están siendo masacrados, nada de nada, a esperar que caiga como fruta madura. La pregunta es ¿y si, por nuestro abandono y cobardía, la fruta de Libia, Egipto, Túnez, etc. la recogen los Islamistas?.

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