Los ciudadanos asistimos, sorprendidos e indignados, a la evolución de los acontecimientos políticos en Navarra, donde casi dos meses después de las elecciones todavía no hay gobierno y no porque no hubiese un ganador claro, que fue UPN con el 42,80% de los votos, incluso incrementando los resultados de hace cuatro años. Pero, parece ser, que en el nuevo modelo que se está intentando imponer, una mayoría aplastante no da derecho a gobernar. Ya pasó en Galicia, donde a falta de un escaño, el PP no pudo gobernar por la alianza entre los separatistas y los socialistas. Ahora en Navarra, el PSOE intenta una coalición, “contra natura”, con NaBai, conglomerado de grupos separatistas y terroristas y con los comunistas de IU, para gobernar.
Francamente, se está poniendo en cuestión la democracia, porque no es lógico que partidos tan distintos y distantes pacten con el único objetivo de arrebatar el poder a quienes ganan las elecciones. Se está engañando a los votantes y eso es falsear la democracia. Los ciudadanos votamos a los partidos en función de nuestra ideología e intereses y, por tanto, a la organización que postula principios y objetivos más acordes a nuestro pensamiento. Si luego pactan con organizaciones que, en muchos casos, están en las antípodas de lo postulado, es una vulgar estafa, que en cualquier negocio privado daría lugar a una denuncia y, muy probablemente, a una sentencia condenatoria del falsario. Pues en política parece que no es así y ya lo expresaba aquel lamentable personaje llamado Tierno Galván que decía que los programas estaban para no cumplirlos.
Es verdad que los pactos son legales, pero no siempre la legalidad conlleva la legitimidad y si el PSOE pacta con los proterroristas de Na Bai podrá ser legal, pero es ilegítimo porque deja fuera a la fuerza mayoritaria por mor de una alianza que debiera ser imposible debido a sus propios condicionantes, pues si el PSOE se declara democrático y constitucionalista, ¿a santo de que pacta con ese conglomerado, etarras incluidos?. Estas actuaciones, que se han extendido al resto de España, donde, por ejemplo, habiendo ganado solo en 4 capitales va a permitir al PSOE gobernar en 20, o ejemplos vergonzosos hasta la nausea como el de Baleares, donde una coalición de 6 partidos sin nada en común se unen para gobernar e impedir que lo haga el mas votado, el PP. Sobre todo, cuando alguno de esos partidos no deja de ser un simple grupo de presión como Unión Mallorquina, verdadera máquina de conseguir prebendas para sus miembros.
Los granes partidos, están cometiendo muchos errores al unirse a organizaciones separatistas o a grupúsculos como el mencionado y esos errores trasmiten a la ciudadanía la sensación de que la democracia es una mentira, que tu voto al final va a servir para algo diametralmente opuesto a lo que votaste y, con ello, el sentimiento de que la participación es una pérdida de tiempo ya que todo se pastelea entre las cúpulas políticas y que los chalaneos sirven para que los dirigentes se coloquen en buenos puestos con buenas sinecuras. Si a ello unimos el deterioro de los otros poderes del estado como la Justicia o los órganos reguladores de la economía, caso C.N.M.V., no es raro que se empiecen a dar participaciones escandalosas como en el referéndum del estatuto de Cataluña.Si la sociedad se desencanta con el sistema y su tremenda corrupción, se está abriendo paso a que se cuestione el mismo y de la oportunidad a los radicales de turno con sus propuestas simples pero claras que, probablemente no solucionen nada, pero sirvan de válvula de escape a una ciudadanía cada vez mas enfurecida. Los casos de Le Pen en Francia o los menos conocidos de Noruega, Dinamarca o el de Pym Fortuyn en los Países Bajos, son ejemplos de que la irritación popular puede canalizarse hacia quienes propugnan acabar con la corrupción del sistema mediante el personalismo de un líder fuerte y de unas pocas ideas fuerza, ¿nos suena?, pues nuestros políticos deberían reflexionar al respecto y enderezar el rumbo de esta desvencijada democracia para que mas pronto que tarde, no tengamos que lamentar la aparición de otro “cirujano de hierro”.
Francamente, se está poniendo en cuestión la democracia, porque no es lógico que partidos tan distintos y distantes pacten con el único objetivo de arrebatar el poder a quienes ganan las elecciones. Se está engañando a los votantes y eso es falsear la democracia. Los ciudadanos votamos a los partidos en función de nuestra ideología e intereses y, por tanto, a la organización que postula principios y objetivos más acordes a nuestro pensamiento. Si luego pactan con organizaciones que, en muchos casos, están en las antípodas de lo postulado, es una vulgar estafa, que en cualquier negocio privado daría lugar a una denuncia y, muy probablemente, a una sentencia condenatoria del falsario. Pues en política parece que no es así y ya lo expresaba aquel lamentable personaje llamado Tierno Galván que decía que los programas estaban para no cumplirlos.
Es verdad que los pactos son legales, pero no siempre la legalidad conlleva la legitimidad y si el PSOE pacta con los proterroristas de Na Bai podrá ser legal, pero es ilegítimo porque deja fuera a la fuerza mayoritaria por mor de una alianza que debiera ser imposible debido a sus propios condicionantes, pues si el PSOE se declara democrático y constitucionalista, ¿a santo de que pacta con ese conglomerado, etarras incluidos?. Estas actuaciones, que se han extendido al resto de España, donde, por ejemplo, habiendo ganado solo en 4 capitales va a permitir al PSOE gobernar en 20, o ejemplos vergonzosos hasta la nausea como el de Baleares, donde una coalición de 6 partidos sin nada en común se unen para gobernar e impedir que lo haga el mas votado, el PP. Sobre todo, cuando alguno de esos partidos no deja de ser un simple grupo de presión como Unión Mallorquina, verdadera máquina de conseguir prebendas para sus miembros.
Los granes partidos, están cometiendo muchos errores al unirse a organizaciones separatistas o a grupúsculos como el mencionado y esos errores trasmiten a la ciudadanía la sensación de que la democracia es una mentira, que tu voto al final va a servir para algo diametralmente opuesto a lo que votaste y, con ello, el sentimiento de que la participación es una pérdida de tiempo ya que todo se pastelea entre las cúpulas políticas y que los chalaneos sirven para que los dirigentes se coloquen en buenos puestos con buenas sinecuras. Si a ello unimos el deterioro de los otros poderes del estado como la Justicia o los órganos reguladores de la economía, caso C.N.M.V., no es raro que se empiecen a dar participaciones escandalosas como en el referéndum del estatuto de Cataluña.Si la sociedad se desencanta con el sistema y su tremenda corrupción, se está abriendo paso a que se cuestione el mismo y de la oportunidad a los radicales de turno con sus propuestas simples pero claras que, probablemente no solucionen nada, pero sirvan de válvula de escape a una ciudadanía cada vez mas enfurecida. Los casos de Le Pen en Francia o los menos conocidos de Noruega, Dinamarca o el de Pym Fortuyn en los Países Bajos, son ejemplos de que la irritación popular puede canalizarse hacia quienes propugnan acabar con la corrupción del sistema mediante el personalismo de un líder fuerte y de unas pocas ideas fuerza, ¿nos suena?, pues nuestros políticos deberían reflexionar al respecto y enderezar el rumbo de esta desvencijada democracia para que mas pronto que tarde, no tengamos que lamentar la aparición de otro “cirujano de hierro”.
1 comentario:
..."porque no es lógico que partidos tan distintos y distantes pacten con el único objetivo de arrebatar el poder a quienes ganan las elecciones"... Y qué pasa con Canarias, donde el PP pacta con los nacionalistas de CC para que el PSOE (qué ganó las elecciones de goleada) no gobierne. Ah! y además se tragan un estatuto en el qué hay numerosos artículos idénticos a los impugnados por el propio PP ante el TC. Además, se va a tragar medidas de discriminación positiva para que los canarios tenga prioridad a la hora de acceder a un pusto de trabajo en las islas y se va a tragar una Policía Autonómica (a todo lo cual se negó el PSOE) ¿Qué le parece ese pacto anti natura?
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