sábado, abril 14, 2012

La traición aletea en el ambiente

La estrepitosa derrota del PSOE en las elecciones regionales, municipales y nacionales, incluyendo Andalucía aunque pueda seguir en el poder, ha sido un golpe tremendo, no solo desde el punto de vista político, sino y, esencialmente, económico. El socialismo español ha creado una red de clientelismo tan compacta y compleja que la pérdida de tanto poder les condena a una situación difícil y ya se están produciendo despidos de trabajadores en el partido, lo que no  les importa mucho, pero si como quedan el aparato, acostumbrado a vivir del momio y los paniaguados que les han permitido mantener el poder.

Por ello creo que los análisis que se están haciendo sobre la presión socialista en la calle y el rechazo a cualquier acuerdo en el Parlamento, incluyendo votar contra sus propias leyes, tiene menos que ver con desgastar al gobierno que con su intento de llegar al poder en un gobierno de concentración.

La izquierda siempre ha considerado bastante cobardona a la derecha, incapaz de aguantar la presión de los grupos de choque, lo que he llamado en algún otro “post” la “guardia roja” formada por el 15M, los anti sistema y los delegados sindicales social-comunistas, con lo que harían flaquear al Gobierno. Ello unido a que los poderes fácticos quieren estabilidad y sus relaciones con la izquierda, sobre todo socialista, siempre ha sido, paradójicamente, mejor con el PSOE que con el PP y para ello baste recordar las loas de Botín y otros a Rodríguez, hace viable el proyecto.

Por eso, consideran que esa presión en la calle con incidentes como los de Barcelona, mas la pinza con los separatistas y neoterroristas forzarán al “establishment” y a los socios internacionales a presionar para ese gobierno de coalición que permitiría recuperar parte del poder económico y político y posicionarse cara a las próximas elecciones. Por supuestos que los millones de parados, la brutal crisis en que nos han dejado o el desdoro internacionales importa un ardite, ellos quieren recuperar el momio del poder.

Junto a ellos los nacionalistas catalanes y los neoterroristas vascos presionan también, los primeros intentando seguir succionando la economía del resto de España y los segundos, en connivencia con la izquierda, intentado alcanzar el poder en las provincias vascas como primer paso hacia la independencia. Para ello el PSOE vasco está encantado, como Eguiguren reconoció: romper con el PP y pactar con Batasuna y formar un gobierno de coalición.

Con ello tenemos la traición a España y además sin empacho alguno: el afán de poder de los socialistas, la irracionalidad stalinista de IU y los intentos de separar de la Patria a catalanes y vascos, forman el conglomerado antiespañol.

Frente  a eso, ¿qué se puede hacer?, lo primero denunciarlo y a partir de ahí formar piña en defensa de la unidad de España y de sus intereses socio-económicos-políticos. No será el socialismo rubalcabiano ni el terrorismo vasco ni el victimismo catalán quién saque a España de la crisis actual, solo la unidad de todos los españoles, rechazando a quienes por intereses bastardos, prefieren la destrucción de España y obligando a esos partidos a batirse en retirada.

No debe acobardarnos las demostraciones callejeras, ni los intentos rupturistas de la escoria separatista, debemos ser firmes en nuestros planteamientos, defensa de la libertad y de la unidad de España, demostrando a ese lumpen que no representan más que sus intereses propios e inmorales.

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