sábado, diciembre 17, 2011

Turquía: el enemigo en casa


Acaba de celebrarse en Qatar la que, esperemos, sea la última reunión de la absurda Alianza de Civilizaciones, promovida en su momento por el ayatollah Jamenei y hecha realidad por el islamista Erdogan y el paleosocialista Rodríguez. En esta reunión no han estado presentes ninguno de los dos, muestra de la escasa validez de evento, salvo para que el gobierno español haya soltado una carretada de millones.


Esta reunión me da pie para comentar el peligro que representa Turquía para Europa, tanto en lo que se refiere a sus valores como a sus intereses económicos, sociales y políticos. Lo primero que debemos recordar es que desde el siglo XII hasta el XIX, bien entrado, los turcos, entonces Imperio Otomano, han sido los grandes enemigos de Europa, de la Europa cristiana. No en vano, las grandes batallas se libraron contra ellos, desde el primer cerco de Viena, Lepanto, segundo cerco de Viena, reconquista de Europa oriental, lucha contra los piratas berberiscos, aliados de los mismos, etc..No sería hasta, más o menos 1830, con la derrota del pachá de Libia por los “marines” en 1805 y la ocupación de Argelia por Francia, en la década de los ´30, la derrota ante los rusos o la independencia “de facto” por parte de Egipto, cuando se convirtió en el “hombre enfermo de Europa” manipulado por, especialmente, Alemania, Francia y el Reino Unido.


Pese a ello, no desaparecería hasta el final de la P.G.M., cuando, reducida al territorio de Anatolia y Tracia Oriental, se convirtió en la República turca bajo Mustafá Kemal, el defensor de Gallípoli y el hombre que condujo al siglo XX a los turcos. Consiguió romper el típico vínculo estado-religión, convirtió a la república en un estado laico y, hasta su muerte en 1938, realizó cambios importantes. Sus seguidores, Ismet Inonu y el resto consiguieron incardinar el país en occidente, apoyando a EEUU en la guerra de Corea, posteriormente entrando en la OTAN, OCDE, ONU y siendo la gran barrera contra la URSS.


A partir de los ´80, el predominio de los socialdemócratas de Atatürk cede ante las tendencias liberales de políticos como Tamsu Ciller y otros, todo bajo el control de un ejército todopoderosos garante de la laicidad turca. En 1980, el General Evren, ante la crisis entre izquierda y derecha que estaba a punto de generar una guerra civil da el último golpe de estado, endereza la situación y entrega el poder a los civiles.


Sin embargo, nos encontramos en el período de avance del islamismo, triunfo del GIS en Argelia, de los talibanes en Afghanistan, etc..Unido a que el desarrollo del país es muy desigual, hace que, como ocurrirá en Marruecos, Túnez o Egipto, los islamistas empiecen a ganar terreno, sobre todo a partir de una figura carismática: Recep Tayyik Erdogan, exmiembro de la juventudes del islamista MSP y, posteriormente, alcalde de Estambul donde llevó a cabo una política islamista pura. Célebre es su lema recogido del poema de Ziya Gökalp ("las mezquitas son nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los creyentes nuestros soldados"), lo que le costó la destitución.


Ante la desconfianza de una parte de la sociedad turca y del ejercito, pero aprovechando la crisis, crea el AKP al que designa como la versión musulmana de la democracia-cristiana, cuento que le creen muchos líderes occidentales. Escarmentado por su error en la vieja capital del imperio, inicia una política sutil de “islamismo moderado” lo que unido a sus cualidades, la fuerza de su organización y el apoyo internacional le llevan al poder en 2002.


Desde ese momento, va dando los pasos adecuados para irse desenganchando de occidente, no apoya la Guerra del Golfo, se alía con Irán y Rusia, resucita el “panturquismo” hacia los territorios de Asia central, negación a solucionar la partición de Chipre, incluso amenazando a los grecochipriotas con usar la fuerza si continúa sus exploraciones en busca de petróleo, aunque las aguas sean grecochipriotas, amenazas y ruptura de relaciones con Israel a raíz de le detención por la Armada hebrea de los barcos de la llamada “flotilla de la libertad”, con 9 muertos turcos, pero “olvidando” Erdogan que los mismos pertenecían a grupos proterroristas y el no les impidió salir de puerto como si haría Grecia en 2011.


También decidió descabezar al ejército y expulsar o juzgar a mas de 190 altos mandos, casualmente los menos proclives a su islamismo, mediante el descubrimiento de unos supuestos y nunca demostrados complots. Respecto a los kurdos, los sigue oprimiendo y quién critica a Israel por las incursiones en Gaza a por terroristas no duda en hacerlo en Irak y, últimamente, con intervenir en Siria, lo que criticó a la OTAN en Libia.


Con un alto crecimiento económico, aunque desigualmente repartida la riqueza, con un fuerte apoyo popular por aquello de haber devuelto el orgullo a los turcos y con el sorprendente apoyo de EEUU, presiona para que de una vez se le deje entrar en la UE, a la que critica por ser un club cristiano, el que no respeta ni a cristianos, kurdos o judíos.


Afortunadamente, quienes más conocen el percal por sufrirlo: Alemania y Francia se niegan, pues 90 millones de habitantes llevarían a la práctica islamización de Europa, ya muy afectada por esa ola, amén del poder económico y político que la daría a los islamistas.


Quienes no concuerdan con nuestros valores éticos, morales y políticos no deben formar parte de Europa, esa Europa a la que tantas veces subyugaron en sus porciones centro-orientales. Si quieren y se lo permiten, que implanten su islamismo y panturquismo allen de, en las estepas asiáticas de donde proceden sus antepasados y no en nuestra Europa. Es de esperar que el nuevo gobierno español deje de subvencionar la chorrada aliancista y se ponga de parte de quienes consideran a Turquía un elemento extraño, porque de lo contrario el enemigo estará en nuestro propio salón.

1 comentario:

Caminant dijo...

Turquía no es un socio fiable.Son 70 millones de personas que derivan hacia el islamismo y eso es un peligro.
¡Feliz Navidad,amigo!.